
Una historia de dos
María Laura Guichón y Fernando Milesi realizaron sus estudios de grado y se doctoraron en biología en la Facultad. Se conocieron mientras cursaban y juntos, ya como pareja, viajaron a Inglaterra a realizar un posdoc. Mientras disfrutan de su primer bebé, nos cuentan cómo hicieron para compatibilizar los tiempos de sus carreras, las diferencias entre aquí y allá y por qué decidieron quedarse en Argentina.
Los dos entraron al CBC en el 89 y llegaron a Exactas un año después. Se conocieron, se pusieron de novios, e hicieron la carrera juntos. A fines del año 96 se recibieron de licenciados en Biología con orientación en Ecología. “La única diferencia es que ella hizo una tesis de licenciatura y yo, en cambio, cursé una materia más”, recuerda Fernando Milesi.
Ambos estaban decididos a llevar adelante una carrera como investigadores y para eso el siguiente desafío era doctorarse. A mediados de la década del 90 conseguir una beca era una empresa muy complicada, además, las perspectivas para el trabajo científico eran desalentadoras, por lo cual, muchos egresados decidían hacer su doctorado en el exterior. Ellos sin embargo, no compartían esa idea. “Conocíamos algunas historias de colegas que se habían ido y no la habían pasado muy bien -cuenta Fernando-. Estaban muy solos, se enfrentaban a un nivel demasiado competitivo. Nos parecía mejor continuar nuestra formación acá”.
Por fortuna, María Laura Guichón consiguió rápidamente una beca de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires. “Si bien hice mi tesis en la FCEyN, mi lugar de trabajo era la Universidad de Luján. Eso me permitió presentarme para esa beca”, explica. En el caso de Fernando, la situación resultó bastante más difícil y tuvo que trabajar durante tres años en consultoría hasta que en el año 98 obtuvo una beca del Conicet. “Fue casi al límite; un poco más y quedaba afuera por la edad”.
El proyecto de la pareja era, una vez finalizados los doctorados, realizar un perfeccionamiento en el exterior. De allí que, en abril de 2003, María Laura se postuló y ganó una de las prestigiosas becas UNESCO L´Oreal para viajar a la Universidad de Southampton, en Inglaterra. Al mismo tiempo, también obtuvo una beca posdoctoral del Conicet para trabajar con un investigador argentino en el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén. “Por suerte en el Conicet permitieron que me tomara una licencia de manera que pudiera viajar y, a la vuelta, seguir con ese trabajo”, señala.
La propuesta, además, llegaba en un momento ideal porque Fernando ya había completado el trabajo de campo para su doctorado y ahora necesitaba tiempo para escribir. “El plan siempre fue conseguir algo que nos cerrara a los dos. En este caso la ventaja era que me permitían incorporarme a su laboratorio, me daban un lugar de trabajo y acceso a las facilidades de la universidad para trabajar en mi tesis”.
Con todos los detalles resueltos, la pareja partió por un año hacia Southampton en julio de 2004. Ambos coinciden en considerar la experiencia como muy buena. Desde el punto de vista profesional destacan las facilidades que, para trabajar, significa contar con una amplia disponibilidad de recursos, tanto económicos como técnicos. Sin embargo, estas mismas características los llevaron a revalorizar el nivel académico y el compromiso que desarrollan los biólogos en la Facultad. “En cuanto a la formación no tenemos nada que envidiarles, ni a nivel de la licenciatura, ni del doctorado. En lo que los dos notamos mucha diferencia es en las ganas y el compromiso personal. Creo que como acá es tan difícil sacar adelante una carrera de investigación, el que lo logra es porque realmente ama lo que hace. Allá, tal vez, como es más fácil, se parecía más a un empleo de oficina, uno trabaja de 9 a 17 y después se va a su casa”, describe María Laura.
En relación con el aspecto humano, Fernando cuenta que “el estereotipo del inglés es real, no establece relaciones fácilmente. Conocimos mucha gente pero no hicimos muchos amigos. Para nosotros no fue tan difícil porque estábamos juntos”.
A mediados de 2005 emprendieron el regreso al país. Si bien hubieran podido quedarse uno o dos años más, nunca estuvo entre sus planes permanecer demasiado tiempo en el exterior. Además, a María Laura la estaba esperando la beca del Conicet y ese era un compromiso que no se quería perder. Por eso a la semana del aterrizaje en Buenos Aires ya estaban de nuevo de viaje, esta vez hacia Junín de los Andes para realizar su posdoc. Allí Fernando completó su tesis de doctorado. Luego de un año volvieron y se establecieron en Luján.
Actualmente María Laura es investigadora del Conicet y docente de la Universidad de Luján, en tanto Fernando está completando se beca posdoctoral del Conicet en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad y ya se postuló para el ingreso a la carrera de investigador.
Al mirar hacia atrás y observar todas las alternativas que recorrieron para lograr realizarse como investigadores, Fernando reflexiona, “yo creo que una cosa importante es elegir, porque afuera hay muchas posibilidades pero no todas son buenas. Antes la gente agarraba cualquier cosa porque acá no había oportunidades, pero ahora yo recomiendo ser selectivo”. María Laura, por su parte, completa, “yo creo que es bueno intentar una experiencia afuera. Pero creo, también, que no cualquier experiencia es buena. Entonces es piola tratar de ir en buenas condiciones y hacer algo que realmente te interese”
Fuente: El Cable Nro. 695