
Ciencia por aquí, ciencia por allá
Por primera vez Exactas participa de una iniciativa de la National Science Foundation para el intercambio de alumnos de química con universidades de Estados Unidos, dirigido a que los estudiantes de grado realicen una experiencia de investigación de tres meses en un laboratorio de otro país. Los estudiantes estadounidenses llegaron a principios de junio.
“En febrero del año pasado me encontraba en la Universidad de Florida y un profesor de esa universidad y viejo compañero de la Facultad, Adrián Roitberg, me comentó que estaban planeando organizar este tipo de intercambio. De movida me pareció una idea interesante”, recuerda Luis Baraldo, profesor de la Facultad, investigador del INQUIMAE y responsable de esta iniciativa. “Ellos tiene un programa similar con Francia por el cual, todos los años, envían diez estudiantes y reciben diez estudiantes franceses que van a la Florida o, previo acuerdo, a alguna otra universidad de Estados Unidos”, explica.
El proyecto surgió a partir de una propuesta presentada por la Universidad de Florida, para que la Nacional Science Foundation (NSF) a través de su programa “Experiencias de Investigación para Estudiantes de Grado”, (REU de acuerdo con la sigla derivada de su nombre en inglés), financie el intercambio de estudiantes con universidades de Sudamérica.
El REU, del que participan las principales universidades de Estados Unidos, brinda la oportunidad a un grupo de estudiantes de realizar una experiencia de iniciación en investigación, de tres meses, en un laboratorio seleccionado, con el objetivo de que realicen ciencia de alta calidad. “La idea es que los estudiantes de grado tengan ocasión de empezar a hacer investigación mientras están cursando con la intención de impulsarlos a que se decidan a hacer un doctorado”, expresa Baraldo, y agrega, “ellos tienen mucho interés en internacionalizar la educación. Quieren que los alumnos, en plena etapa formativa, sepan cómo se hace ciencia en otras partes del mundo y que la ciencia también ocurre más allá de sus grandes universidades”.
Luego de viajar y visitar diferentes instituciones de América del Sur, la propuesta se concretó en septiembre pasado e incluyó a Exactas y a tres universidades del Estado de San Pablo, Brasil. “Ellos exploraron y eligieron aquellos lugares que pensaron que podían tener un impacto más beneficioso sobre sus alumnos, tanto desde la calidad del trabajo científico como de la experiencia cultural. Está claro que la elección significa que ellos aprecian el trabajo que nosotros hacemos aquí”, expresa Baraldo con satisfacción.
La financiación otorgada por NSF cubre los viajes y los gastos para los estudiantes que viajen a Brasil o a Argentina. El alojamiento estará a cargo del país anfitrión. La situación se invierte respecto de los alumnos argentinos que vayan hacia Norteamérica. Por esta razón la Facultad tenía que comprometerse a reunir los recursos necesarios para ese fin. “Conseguimos apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias, que se ofreció a financiar una parte del proyecto, y después hay una pequeña colaboración de la Fundación Ciencias Exactas”, relata.
A principios de junio los jóvenes estadounidenses, seleccionados luego de un riguroso concurso de antecedentes, llegaron a Exactas y rápidamente se incorporaron a los laboratorios, donde permanecerán hasta mediados de agosto. A casi dos meses de su arribo, Baraldo realiza una evaluación muy positiva de la experiencia. “Realmente se han adaptado muy bien y están trabajando fuerte y con entusiasmo. Yo estoy dirigiendo a uno de los chicos, William Shipman, y la verdad es que ha evolucionado mucho en este tiempo. También ha sido muy interesante para mí y para todo el grupo. Es una experiencia que nos enriquece mucho y que nos ayuda a contextualizarnos en relación con lo que es la ciencia en el mundo”.
Para los jóvenes norteamericanos el viaje en sí mismo constituye una verdadera aventura. Cuentan que les gustó mucho Buenos Aires, que la gente los ha tratado muy bien y, algunos de ellos, además, han aprovechado para practicar sus conocimientos del idioma español. En cuanto a la actividad científica, se manifestaron muy entusiasmados por el apoyo que reciben y, sobre todo, por el grado de autonomía con el que desempeñan sus tareas. “En el laboratorio yo he tenido mucha libertad para decidir lo que quería hacer y para aplicar mis conocimientos en química, mucho más que en Estados Unidos. Realmente estoy disfrutando de esta independencia en el trabajo”, asegura Thi Nguyen Huynh, una de las estudiantes visitantes.
“Yo estoy buscando algún otro programa para quedarme hasta diciembre”, dice entusiasmada Mehrnoosh Arrar, otra de las estudiantes y sigue, “en Estados Unidos, para los estudiantes de grado, hacer investigación es diferente que aquí. Allá es algo extra, como para que el estudiante vea cómo se hace. Aquí yo hice más en un verano que allá en todo el año. Estoy aprendiendo un montón”.
A partir de estos buenos resultados, todos desean que esta iniciativa se extienda en el tiempo. De hecho desde la NSF ya han asegurado fondos para que el programa se prolongue por cuatro años. Sin embargo la continuidad del proyecto no está asegurada. “Francamente la limitante son nuestras fuentes de financiación -se preocupa Baraldo-. De hecho, este año, nosotros todavía no pudimos concretar nuestra parte del intercambio debido a que los recursos no llegaron a tiempo. Si todo sale bien nuestros alumnos partirán hacia allá recién en diciembre”. Y agrega: “En Estados Unidos, con este programa, están dando una señal a los alumnos. Están diciendo: ‘sí, nos interesa que hagan el doctorado, nos interesa que hagan una carrera en ciencia’. Yo creo que nosotros necesitamos mucho de este tipo de mensajes”.
Fuente: El Cable Nro. 694