Sin financiamiento pero con medallas

El equipo argentino obtuvo dos medallas de bronce y una mención de honor en la 56º Olimpíada Internacional de Química celebrada en Arabia Saudita. Un nuevo logro del Programa de la Facultad a cargo del certamen que casi se interrumpe por no contar, por primera vez en más de 30 años, con los recursos tradicionalmente aportados por el Estado nacional.

30 de julio de 2024

Del 21 al 30 de julio se celebró la edición 2024 de la OIimpíada Internacional de Química en Arabia Saudita. La competición reúne a estudiantes secundarios de todo el mundo para resolver exámenes de gran complejidad con temas que muchas veces no se llegan a ver ni en las carreras universitarias de grado.

Para llegar a participar hay que superar diferentes instancias de evaluación y selección. Primero deben obtener buenos resultados en las olimpíadas nacionales, cuya última edición fue en noviembre de 2023, y luego superar el proceso de selección del Programa Olimpíada Argentina de Química, creado por la Facultad en 1991 con el fin de contribuir a mejorar las condiciones para la enseñanza de la química. A partir de ahí, comienza un entrenamiento teórico y práctico a cargo de docentes de Exactas UBA. Finalmente, por orden de mérito se conforma el equipo de cuatro integrantes que va a competir.

De esa manera, Agustín Boutet, de la EETP Nº 129 de Sunchales, Santa Fe, y Joaquín Ulises Herrera Hinojosa, de las Escuelas Técnicas Raggio, de la Ciudad de Buenos Aires, obtuvieron Medallas de Bronce. Por su parte, Ariel Gaspar Grillo, del Instituto Politécnico Superior General San Martín, de la ciudad de Rosario, alcanzó una Mención de Honor, y Alejo Baikauskas Seipel, del Instituto Industrial “Luis A. Huergo”, de la Ciudad de Buenos Aires, un Diploma de Participación.

El jefe de la delegación argentina fue el profesor Nicolás González Bardeci y todo el equipo de docentes del Programa fueron los tutores de los participantes. “Cuando pudimos confirmar la participación después de tanta incertidumbre, los chicos estaban súper entusiasmados”, relata Soledad Antonel, investigadora del CONICET y una de las responsables del área de certámenes del Programa. Y suma: “El entrenamiento consiste en clases teóricas de Química Inorgánica, Química Analítica, Química Orgánica y Físico Química, además de clases experimentales de laboratorio. Después, en junio, comenzamos las clases específicas para la competición”.

“En noviembre habíamos seleccionado a veinticuatro estudiantes con las mejores calificaciones del certamen nacional, pero no sabíamos si íbamos a poder participar de la Olimpíada Internacional porque sospechábamos que con el cambio de gobierno peligraba el financiamiento”, comenta Antonel, quien además es profesora del Departamento de Química Inorgánica, Analítica y Química Física de la Facultad.

Finalmente, las sospechas se confirmaron. Después de más de tres décadas ininterrumpidas de financiamiento del Ministerio de Educación de la Nación, la actual Secretaría de Educación no habilitó los fondos necesarios para costear los gastos de la preparación y el viaje. “El camino fue muy difícil. Deberíamos haber empezado el entrenamiento a principios de marzo, pero como no teníamos ninguna respuesta sobre el financiamiento y la continuidad del Programa por parte de la Secretaría de Educación, tuvimos que postergarlo”, recuerda Antonel.

La investigadora señala que, al enterarse de la interrupción del Programa y de la participación argentina en las Olimpíadas, las autoridades de la Facultad iniciaron gestiones rápidamente y abrieron una campaña de donaciones. “Además de las donaciones que obtuvimos, la UBA nos financió dos pasajes y la propia organización de la Olimpíada Internacional costeó uno más. Sin eso no hubiésemos podido ir”, afirma.

Por esas complicaciones, el entrenamiento de los chicos se demoró tres meses, lo cual los dejaba en desventaja frente a otros competidores. “Los resultados son muy buenos y alentadores. No podemos pedir más porque, verdaderamente, por cómo era el panorama para este año y ante la falta de una preparación con más tiempo, los chicos tuvieron excelentes desempeños en exámenes que son muy difíciles. Estamos muy felices”, celebra Antonel.

Adrián Negro