Proteínas hechas en casa

Se inauguró el Centro de Producción de Proteínas Recombinantes (CPPR) en el subsuelo del Pabellón 2. El nuevo laboratorio se propone como un espacio transversal que beneficiará a la investigación y a la docencia en la Facultad.

28 de marzo de 2023

La idea surgió en 2019, cuando un grupo de investigadores e investigadoras de la Facultad, con un importante impulso de Darío Estrin, decidieron encarar un proyecto ambicioso: montar un laboratorio de producción de proteínas recombinantes, incluyendo anticuerpos, y lograr abastecer a laboratorios de investigación propios y de otras facultades de la UBA. También se propuso articular con la industria y con el CEBEM (Centro de Biología Estructural del Mercosur), del cual Exactas es miembro.

“Estamos muy contentos de inaugurar este espacio colaborativo, abierto y transdepartamental para poder resolver los problemas proteicos. Está pensado para el uso de toda la Facultad y ha sido posible gracias al esfuerzo de muchas personas y al apoyo de las gestiones desde que empezamos en 2019”, celebró durante el acto de inauguración Javier Santos, investigador del Instituto de Biociencias, Biotecnología y Biología Traslacional (iB3) y director del flamante laboratorio.

El CPPR es un nuevo espacio que puede facilitar el trabajo de muchos proyectos locales al proveer insumos de biología molecular y celular que hoy representan un elevado costo. “Ahora se podrán producir en la Facultad a un costo infinitamente menor”, se entusiasma Santos.

“Muchos proyectos de investigación y de docencia que hoy no se pueden llevar adelante por el costo de las enzimas recombinantes o anticuerpos se verían beneficiados con este tipo de iniciativa colaborativa, solidaria y transversal”, asegura. Y agrega: “En ese sentido, creemos que el CPPR es un atajo y una forma de vincularnos”.

Además, el investigador señala que el equipamiento necesario para producir y purificar proteínas recombinantes, y su consecuente reparación, también es muy costoso. Para su adquisición, se utilizaron recursos provenientes de distintos subsidios. Por su parte, la Facultad otorgó un cargo equiparado docente para que el laboratorio cuente con una técnica especializada.

El centro alberga equipamiento de primera calidad y tiene, además, un espacio en el segundo piso donde fue ubicado un biorreactor. Para poder trabajar en él se propone un esquema de uso abierto pero solidario, donde quienes lo utilicen puedan realizar algunas tareas asociadas a su cuidado y desarrollo.

“No necesariamente se trata de comprar insumos o equipamiento, sino, por ejemplo, aplicar a subsidios que puedan permitir llevar adelante un mantenimiento efectivo del laboratorio y su equipo. Por supuesto, habrá quien pueda aportar recursos o insumos, entonces la idea es lograr una conjunción entre todas las posibilidades”, explica Santos.

Para el director, es importante que esos esfuerzos se puedan homologar de alguna manera y lograr equidad entre quienes participen. “El espíritu es que todos los usuarios y usuarias colaboren de forma equitativa en el mantenimiento y la mejora”, afirma.

La breve inauguración, que se llevó a cabo el lunes 27 de marzo, contó con la presencia de autoridades de la Facultad y de investigadores e investigadoras de distintos departamentos, que apreciaron con entusiasmo las nuevas instalaciones mientras ya deliberaban acerca de lo que allí se producirá.

“Ojalá sea un impulso para solucionar no solo problemas de investigación, sino también de docencia, y facilitar que jefes de trabajos prácticos lleven a cabo trabajos espectaculares con proteínas sofisticadas que son caras de producir”, concluyó Santos al culminar el acto.

Adrián Negro