Nuevo laboratorio de bioseguridad nivel 3
Llegó a la Facultad un flamante módulo de laboratorio de seguridad biológica nivel 3, que fue ubicado junto al Bioterio. Permitirá trabajar con patógenos que requieren un alto nivel de bioseguridad. Fue posible gracias a un subsidio del extinto programa Equipar Ciencia, de 2023, que ofrecía el ex Ministerio de Ciencia y Tecnología.
La Facultad acaba de incorporar un nuevo laboratorio modular de seguridad biológica nivel 3. Este moderno espacio está diseñado para permitir la investigación de agentes que requieren un alto nivel de bioseguridad, como la Mycobacterium tuberculosis, el virus de la rabia o el VIH, entre otros.
Este nuevo laboratorio consiste en un módulo pre armado de 15 metros de largo por 7 de alto, fabricado en el parque industrial de Burzaco por la empresa argentina CUBEN y traído a Exactas en un camión especial el jueves 29 de agosto por la mañana, donde operarios de la empresa y personal capacitado de la Facultad lograron instalarlo mediante un complejo sistema de grúas en la platea de cemento construida en el mismo predio del Bioterio, y junto al IFIBYNE, con el cual compartirá un grupo electrógeno como precaución frente a eventuales cortes de luz.
La incorporación de este nuevo laboratorio es consecuencia de una situación de financiamiento estatal que ya no existe. Fue posible gracias al Programa Federal Equipar Ciencia 3, dependiente del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología, que permitió acceder a los fondos necesarios. “La partida asignada para el proyecto fue de un millón de dólares, adjudicado a mediados del 2023, pero cuando el pago se hizo efectivo se pesificó al valor de ese momento y, con la devaluación de diciembre, el financiamiento disponible disminuyó considerablemente. Afortunadamente, la existencia de una empresa local hizo que se pudiera adecuar el equipo a los fondos disponibles. El módulo tiene la posibilidad de ir ampliándose en la medida que se necesite”, explica Silvia Ledesma, secretaria de Investigación Científica y Tecnológica de la Facultad.
El laboratorio cuenta con un sistema de presiones diferenciales negativas que no permiten que el aire salga del recinto, lo cual genera un ambiente aislado del exterior. Esto se complementa con un sistema de tratamiento de residuos sólidos y líquidos, los cuales deberán ser manipulados de manera específica según las normas internacionales de la Organización Mundial de la Salud para estos casos. El laboratorio cuenta con los debidos protocolos para poder manejar cualquier posible contención antiderrame, como las duchas con alto contenido de cloro que permiten la descontaminación de las personas antes de abandonar el recinto.
La decisión de invertir en un laboratorio BSL-3 (biosafety level 3) responde a la creciente necesidad de contar con instalaciones adecuadas para el manejo de patógenos peligrosos. Al respecto, el Instituto de Química Biológica de la Facultad fue quien se puso al hombro las gestiones administrativas con la empresa, y todos los departamentos docentes e institutos CONICET involucrados en la temática coincidieron en la importancia de esta obra dada la falta de un espacio de tales características en la Facultad.
“Teníamos que recurrir al Instituto Malbrán para usar sus instalaciones y trasladar las muestras hasta allá, con todas las dificultades del caso. Hace un tiempo que no nos permiten utilizarlas porque están en reparación, entonces tuvimos que pedir permiso al INTA para usar las cabinas de bioseguridad de nivel 3”, señala Verónica García, investigadora principal del CONICET y directora del Instituto de Química Biológica, quien agrega que el nuevo laboratorio “es un logro muy grande para la Facultad. Estar en el proceso, ver cómo fue la gestación y después tenerlo acá es un momento hermoso”.
El espacio, disponible para toda la Facultad, será gestionado por una comisión provisoria integrada por Paula Tribelli y Nancy Tateosian, del IQUIBICEN, y Berta Pozzi, del IFYBINE, quienes junto con el Servicio de Higiene y Seguridad de la Facultad serán las encargadas de evaluar su funcionamiento y autorizar a las personas que soliciten utilizar las instalaciones, quienes previamente deberán cumplir con una capacitación obligatoria. “No cualquiera puede trabajar en un BSL-3. Hay que estar preparado para ponerlo en marcha, controlar muchas variables. Requiere un alto nivel de seguridad, tanto para el exterior como para el interior del mismo”, indica Teresa Marzola, directora del Servicio de Higiene y Seguridad.
El laboratorio, equipado con las últimas tecnologías en control de infecciones y seguridad, marca un hito importante para la comunidad científica argentina. “Esto va en línea de lo que queremos hacer como gestión: promover espacios de uso común. No queremos comprar un equipo para un laboratorio en particular y nada más”, indica Ledesma, y agrega: “quiero resaltar la importancia de los programas como el Equipar Ciencia 3 porque, sin ese tipo de programas, hubiera sido imposible que una institución pública adquiriera una facility de esta categoría”.