
Nuevo Centro de Producción de Anticuerpos
La Facultad contará con un Centro de Producción de Anticuerpos, gracias al financiamiento de un proyecto otorgado por la Universidad de Buenos Aires. El espacio permitirá sustituir la compra de anticuerpos por su producción, reducir costos y generar insumos claves para la investigación científica y la vinculación con empresas biotecnológicas.
Lo que comenzó como un sueño de pasillos de laboratorio, hoy es una realidad: la Facultad tendrá su propio Centro de Producción de Anticuerpos. El futuro centro estará destinado a producir anticuerpos específicos y secundarios, insumos ampliamente utilizados en biología molecular, celular y en distintas aplicaciones clínicas y terapéuticas. También se comercializará con distintas empresas biotecnológicas, lo que permitirá articular capacidades con el sector productivo.
El proyecto, impulsado por los departamentos de Química Biológica y de Fisiología, Biología Molecular y Celular, resultó beneficiado con un subsidio de 50 millones de pesos del programa de Proyectos Estructurales de Investigación y Desarrollo en Áreas Estratégicas con Impacto Social (PIDAE), otorgado por la Universidad de Buenos Aires. La mitad del subsidio ya fue ejecutada en la compra de una incubadora de dióxido de carbono y una cabina de flujo laminar.
El coordinador del nuevo centro será Martín Monte, profesor adjunto del Departamento de Química Biológica e investigador independiente del CONICET en el Instituto de Química Biológica (IQUIBICEN). La estructura organizacional se completará con un coordinador adjunto y un consejo asesor que se designarán una vez que se formalice su creación. “Hace tiempo venimos hablando con Javier Santos, del Centro de Producción de Proteínas, y coincidimos en que era momento de avanzar con nuestros propios anticuerpos. Son herramientas claves para muchas investigaciones”, señala Monte.
“Comprar un tubo de anticuerpos ronda los 1000 dólares. Es un insumo que se usa mucho en la Facultad y, en un contexto donde cada vez tenemos menos recursos, evaluamos que la mejor opción era empezar a producirlos nosotros mismos”, explica Patricio Santagapita, secretario adjunto de Investigación Científica y Tecnológica de la Facultad.
El nuevo centro se integrará a una estrategia más amplia que busca consolidar servicios científicos de calidad, tanto para la comunidad de Exactas como para otras universidades, institutos y empresas de base tecnológica. En ese marco, la Facultad también impulsa la creación del Centro de Genómica y Bioinformática -ya en funcionamiento- y promueve el fortalecimiento del Centro de Producción de Proteínas Recombinantes.
Los tres centros trabajarán en conjunto y estarán ubicados en el segundo piso del Pabellón 2, en un espacio a confirmar antes de fin de año, lo que permitirá compartir equipos e insumos. “También pensamos en un espacio visible desde afuera para que las y los estudiantes puedan ver cómo se trabaja”, agrega Santagapita. Mientras tanto, el Centro de Anticuerpos funcionará provisoriamente en el Departamento de Química Biológica, donde ya se han hecho experiencias exitosas de producción a pequeña escala.
La puesta en marcha del centro requerirá, además del equipamiento, personal calificado que pueda dedicarse de forma exclusiva a su funcionamiento, lo cual representará un nuevo desafío considerando los problemas de financiamiento que afronta el sistema educativo y científico nacional. “Necesitamos reforzar los centros con cargos técnicos, pero el problema es que actualmente la carrera de Personal de Apoyo a la Investigación y Desarrollo de CONICET está cerrada. Es un momento complejo”, señala Santagapita.
Además de trabajar con el Centro de Genómica y Bioinformática y con el de Producción de Proteínas Recombinantes, el nuevo centro se articulará con el Bioterio, donde se alojan los animales necesarios para la obtención de sueros. “Todas las tareas que involucran el uso de animales están reguladas por la Comisión Institucional para el Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio (CICUAL), que evalúa y aprueba los protocolos con criterios éticos y científicos”, aclara Monte.
Con esta iniciativa, la Facultad refuerza su compromiso con la ciencia pública de calidad, impulsando soluciones ante la escasez de recursos y apostando al trabajo colaborativo entre departamentos, centros e institutos. “No queremos que la investigación pare. Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance como gestión para evitarlo”, cierra Santagapita.