Los frutos de las Sadosky

Santiago Llanos y Carla Viazzo, becarios Sadosky, se graduaron en Física y Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, respectivamente. Desde su creación, hace 20 años, el programa de becas suma 91 estudiantes que lograron culminar sus estudios de grado.

El desarrollo de un país no es magia. Gracias al programa de becas Sadosky, gestionado por la Secretaría de Extensión, Cultura Científica y Bienestar de la Facultad, hay dos nuevos estudiantes que han logrado culminar sus estudios de grado: se trata de Santiago Llanos y Carla Viazzo, licenciados en Física y Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, respectivamente. Con ellos, ya son 91 las personas que pasaron por el programa de becas vigente hace 20 años y se graduaron.

Llanos vive en Zárate. Empezó la carrera de Física con la idea de viajar todos los días para cursar porque no podía pagar un alquiler en Buenos Aires. “Necesitaba trabajar y, al estar tan lejos, perdía muchas horas viajando. Se me hacía muy difícil. El boleto del único colectivo que hace el recorrido, a precio de hoy, vale 2.500 pesos. O sea, 5 mil pesos ida y vuelta por día”, indica el flamante licenciado para contextualizar la situación en la que decidió recurrir al apoyo de las becas Sadosky.

Se enteró de la existencia del programa a través de la cartelería oficial de la Facultad y se le otorgó la beca en el segundo cuatrimestre que cursó. “Ahí realmente empecé la carrera, en ese momento pude avanzar en serio. Estoy sumamente agradecido con la beca Sadosky. No sé si hubiese podido continuar mis estudios si no hubiese tenido esa ayuda”, agrega Llanos, quien realizó su tesis de licenciatura sobre el tema datación por radioisótopos.

Por su parte, Viazzo es oriunda de Florencio Varela. Cuando comenzó la carrera de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, en marzo de 2020, los problemas de conectividad en su zona, la pandemia y el inconveniente de que su madre quedó desempleada la llevaron a recurrir a las becas Sadosky para continuar con sus estudios. “Me enteré de las becas por los mails institucionales. Fue una tranquilidad enorme porque en el momento en que mi mamá no tenía trabajo fue muy difícil todo. Vivo en una zona donde no hay wifi, teléfono ni cable. Para cursar, me conectaba desde el celular con los datos móviles pero era muy difícil por la poca señal que había. Si a todo eso le sumo haber tenido que trabajar, hubiera sido imposible”, señala la reciente licenciada, quien tuvo como tutora a la trabajadora social e integrante del programa de becas, Daniela Chiozza.

Viazzo realizó su tesis acerca del desempeño de los pronósticos estacionales de viento en Argentina y su aplicabilidad en la industria de la energía eólica. Pero su empuje no culmina ahí: aplicará a la beca doctoral para downscaling estadístico y dinámico para eventos compuestos de precipitación. Al respecto, señala: “Un sistema de becas es importantísimo para garantizar igualdad de oportunidades. No todos tenemos la posibilidad de estudiar, de vivir en una zona cercana a la facultad o de tener personas que nos pueden apoyar económicamente mientras estudiamos”.

Las becas Sadosky funcionan desde el 2004 y son financiadas, en su mayoría, con fondos propios de la Facultad provenientes del presupuesto general. También hacen sus aportes donadores a través de la Fundación Ciencias Exactas y Naturales y de graduados y graduadas.

El programa es coordinado por Diego Picco, trabajador social de la SECCB, quien señala con justificada emoción que ”el éxito del programa se mide en que los chicas y las chicas logren recibirse de la carrera que eligieron. Para nosotros es un orgullo por el esfuerzo que hicieron y es bueno saber que este tipo de programas tienen sentido”.

Las 47 becas disponibles se adjudican una vez al año. Los beneficios van desde la asignación mensual, a lo largo de un año, de 250 mil pesos (renovable hasta la graduación según el rendimiento académico) hasta el acceso a una beca de comedor, material de estudios en cada cuatrimestre (cuadernos, lapiceras y resaltadores), acompañamiento académico y pedagógico constante, tutorías, talleres de estudio y la entrega a préstamo de una notebook mientras dure la beca. En cada convocatoria se inscriben entre trescientos y cuatrocientos estudiantes.

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