La vereda de Pitágoras

El matemático de Exactas Pablo Amster, acaba de lanzar un nuevo libro y presentará otro en la próxima Feria de Libro. En esta entrevista con el Cable describe de qué se tratan sus obras, opina acerca de actual boom mediático de la matemática y expone las estrechas relaciones de esta ciencia con el arte.

15 de abril de 2008

– Contanos acerca de tu nuevo libro Fragmentos de un discurso matemático.

– Es un paseo por temas de matemática pero deteniéndome en conexiones con la literatura, la filosofía, la música. Voy contando todo lo que se me ocurre a partir de un tema y lo voy relacionando, entramando distintos discursos. Un poco por eso el título, que está inspirado en Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes. Es un libro para público amplio, no tiene un alto grado de complejidad matemática. Si uno cursó Análisis I, tal vez le pueda encontrar mayor sentido a ciertas cosas, pero no es un requisito. No hace falta saber más que lo que se aprende en el secundario.

– En la próxima Feria del Libro vas a presentar, además, Mucho poquito y nada, ¿de qué se trata?

– Ese libro tiene un subtítulo que es Un pequeño paseo matemático y es bastante literal. Realmente se trata de mirar el mundo bajo la mirada matemática. Es un libro pensado para lectores a partir de los once años. Hubo una intención de incorporar cosas divertidas, de intentar que sea llevadera la lectura. Se trata de contar alguna idea, alguna anécdota histórica. De cómo uno puede, por ejemplo, caminando por la calle encontrar una demostración del Teorema de Pitágoras mirando las baldosas del piso. Eso me pasó a mí: yo iba caminando por la calle, veo eso y cuando llego a la reunión a la que me estaba dirigiendo digo: “en la vereda de la otra cuadra se puede demostrar Pitágoras”. Todos me miraron con una cara…

– ¿Cuál es tu opinión acerca de esta especie de boom mediático que está viviendo la matemática?

– Creo que está bien divulgar, “popularizar” la matemática, pero siempre buscando preservar la calidad. Me parece bárbara la difusión que está teniendo pero lo que hay que aclarar es que la matemática no es sólo eso. Uno se puede dejar cautivar por algunas cosas muy simples y muy atractivas, pero bueno, la matemática no es sólo caminar, ver el piso de baldosas y sacar Pitágoras. Libros de divulgación matemática hubo siempre, pero ahora especialmente el boom en la tele de Adrián (Paenza), que ya era una persona muy conocida en los medios y muy respetada en el ambiente periodístico, le dio un impulso enorme.

– A mucha gente ese éxito le resultó sorprendente, ¿a vos?

– Es cierto, la gente se sorprende mucho, pero a mí no me sorprende tanto, porque son cosas muy atractivas. Lo que él cuenta, en general, él mismo lo dice, son cosas conocidas que figuran en los libros de divulgación desde hace muchos años. Pero, de repente, que alguien que es un referente, que es reconocido, las junte todas y las cuente con un lenguaje ameno y entretenido, me parece lógico que tenga éxito.

– En tus libros vos establecés una conexión muy firme entre matemática y arte. Sin embargo esto no resulta evidente para la mayoría de las personas, que incluso suelen verlos como opuestos.

– Para los que trabajamos en matemática resulta natural pensarla como artística. La estética aparece todo el tiempo, tenemos criterios estéticos para valorar un teorema. Ahora, si vos me decís cómo hago para convencer a alguien que está en cualquier otro tema, mi técnica es tratar de conectar la matemática con el discurso del otro. Entonces si le gusta la literatura le busco un ejemplo en Borges, en Pessoa o en Chesterton donde aparece una idea matemática. Si le gusta la música, seguro que le puedo dar ejemplos donde aparecen manifestaciones de estructuras matemáticas en la música. La gente me suele decir,”yo no sé nada de matemática pero me convenciste de que puede haber algo así”.

– Danos algún ejemplo de esa presencia de la matemática en la literatura.

– Leer a Borges y no darse cuenta de sus contenidos matemáticos, para mí es casi como no haberlo leído. Borges además se declaró amante de la matemática, hablaba de los infinitos y tiene un montón de ideas que remiten a la matemática. Otro ejemplo sencillo que yo menciono en uno de mis libros es un poema que se llama “El poeta es un fingidor”, escrito por el portugués Fernando Pessoa, que dice: El poeta es un fingidor/ finge tan completamente/ que hasta finge que es dolor/ el dolor que en verdad siente. Y eso sólo ya tiene una idea matemática. Esa frase remite a una de las más famosas paradojas de Epiménides. Epiménides era cretense y también poeta y decía: “Todos los cretenses son mentirosos”. Entonces, siendo él cretense, su frase tenía que ser mentira. Y bueno, acá es lo mismo, Pessoa que es un poeta, dice que el poeta es un fingidor, entonces bueno si el poeta es un mentiroso, él, que es poeta tiene que mentir. Eso quizá lo lee alguien que no es matemático, que no sabe de lógica y se le pasa, pero a mí enseguida me remite a la matemática.

– ¿Y un ejemplo musical?

– Por empezar si uno estudia teoría musical ahí va a ver matemática por todos lados. No casualmente la primera formalización, de lo que luego se fue configurando como la escala moderna, fue la escala de Pitágoras. Además, en esa época, la música era una rama de la matemática. Toda la teoría musical que sale de ahí esta regida por relaciones matemáticas. Después esa misma escala pitagórica tuvo algunas correcciones y, en realidad, la escala que usamos ahora es la escala atemperada de Bach, que fue construida usando logaritmos, o sea que en lo más básico, que es la escala musical ya aparece la matemática. Además, Bach componía y la lógica interna de sus obras es profundamente matemática. De hecho Bach daba clases de matemática.

Fuente: El Cable Nro. 681

Gabriel Rocca