Exactas sin acceso a publicaciones digitales

De forma inédita, la Facultad dejó de tener acceso a las plataformas bibliográficas que le permiten llegar a las publicaciones científicas más importantes del mundo y rankear internacionalmente a sus investigadores e investigadoras. Se debe a la falta de renovación de las suscripciones por parte de la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación.

8 de marzo de 2024

En los últimos días, la Secretaría Académica y la Secretaría de Investigación Científica y Tecnológica de la Facultad hicieron circular un aviso indicando que desde el lunes 4 de marzo se dejó de tener acceso a los contenidos que ofrecen algunas plataformas como Scopus, ScienceDirect y Reaxys.

El mensaje aclara que el acceso a esos recursos depende del pago de las suscripciones a cargo de la nueva Subsecretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación. La fecha de expiración de los servicios se cumplió el 31 de diciembre de 2023 y al día de hoy no hay novedades sobre su reanudación.

“Salirse de este circuito es quedarse afuera, y lo cierto es que la producción científica que hacemos en Exactas estaba muy bien integrada al circuito de comunicación científica en el mundo, en parte, gracias a utilizar estas herramientas”, comenta Martín Williman, subsecretario de Biblioteca de la Facultad.

Williman explica que estas plataformas son enormes bases de datos que contienen miles de artículos científicos de las más importantes publicaciones con referato del mundo. “Para ser bien evaluadas y lograr un impacto importante, las revistas tratan de que sus artículos integren estas bases de datos y los investigadores, para tener una buena evaluación y un buen índice h, que es con el que se los evalúa internacionalmente, también tratan de estar adentro”, afirma.

El índice h es utilizado generalmente por las entidades internacionales que brindan subsidios para la ciencia y estas plataformas bibliográficas son las únicas que lo evalúan porque se hace en función de sus bases de datos con artículos científicos de calidad. “Lamentablemente no tienen un reemplazo, si bien puede haber vías alternativas para acceder a determinados artículos, nunca vamos a poder suplir las herramientas de búsqueda bibliográfica, la evaluación y la posibilidad de ver los índices de impacto”, agrega Williman.

Se trata de una situación inusual. Ante las reiteradas consultas que fueron llegando por la falta de acceso, la Facultad se comunicó con el Sistema de Bibliotecas e Información de la UBA, quienes a su vez consultaron con el área de Biblioteca Electrónica de la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación. La respuesta fue común para todas las universidades: los sistemas se cerraron por falta de pago y ante los contratos vencidos se debería hacer una nueva negociación.

“Todavía no hay novedades al respecto”, dice Williman. Y agrega: “Esas negociaciones suelen ser largas, así que es inevitable quedarse un tiempo sin el servicio”. Para el subsecretario, siempre que se deben renovar los contratos se genera un momento de incertidumbre pero termina por resolverse sin perjudicar el servicio. “Ha ocurrido que se bajen algunas herramientas por poco uso, pero nunca una interrupción como ésta. Contamos con Scopus desde hace más de diez años y nunca se dio de baja”, sostiene.

Williman informa que la respuesta oficial plantea la apertura de nuevas negociaciones, aunque “contemplando las necesidades reales actuales”. “No sé qué significa eso” —expresa el subsecretario— “el acceso con el que contábamos ya había sido evaluado por gente idónea y no es exhuberante, universidades de otros países tienen un acceso mucho más amplio. Lo nuestro era modesto pero adecuado”.

Dentro de la universidad, el uso de las plataformas es libre para la comunidad académica, incluso para la ciudadanía en general, con lo cual, redunda en un beneficio para toda la población, posibilitando el acceso público al conocimiento científico mundial.

Williman recuerda que existe el sistema de préstamo interbibliotecario, que la Biblioteca de la Facultad pone a disposición, un clásico servicio que involucra a una red de bibliotecas e instituciones para dar con algún material buscado. “Los bibliotecarios son muy buenos armando redes, tejiendo contactos, intercambiando favores, entonces, se consiguen materiales de forma bastante eficiente”, comenta.

Este recurso, en tiempos normales, suele ser uno de los últimos, cuando lo que se busca es de difícil acceso, por lo general, documentos no digitalizados. “Queremos ampliarlo, sabemos que va a ser más rápido si se trata de algo a lo que no se accede simplemente por falta de pago de las plataformas bibliográficas”, manifiesta. Y advierte: “no sabemos cuánta demanda podremos afrontar además de que no se pueden reemplazar todas las herramientas que ofrecen, como las búsquedas avanzadas o los índices de impacto”.

Adrián Negro