Efecto de un herbicida sobre lagos y lagunas

Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Chascomús, del Instituto de Limnología de La Plata y de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA advierte sobre los cambios producidos en la flora de las lagunas cuando se agrega un formulado comercial que contiene glifosato.

17 de marzo de 2008

El glifosato, que se emplea en la Argentina como herbicida, sobre todo, en los cultivos de soja resistente a este compuesto, produce modificaciones en la flora de lagos y lagunas. Así lo evidencian los resultados de un estudio publicado en la revista Ecological Applications.

Lo cierto es que las prácticas agrícolas actuales, basadas en gran medida en el empleo de glifosato, pueden alterar los ambientes acuáticos naturales, según afirman los autores del trabajo, dirigido por el doctor Horacio Zagarese, investigador del Conicet y del Instituto Tecnológico de Chascomús (Intech), junto al doctor Carlos Bonetto, del Instituto de Limnología de La Plata, e investigadores del laboratorio de Limnología de la FCEyN-UBA. Ellos destacan que este herbicida no es inocuo.

Para analizar el efecto de ese producto, los investigadores fabricaron, en pequeña escala, ambientes acuáticos parecidos a lagunas de la provincia de Buenos Aires. En el predio del Intech, construyeron diez piletones de 25 metros cuadrados por un metro de profundidad, que fueron llenados con agua y se los dejó evolucionar. Finalmente se transformaron en verdaderos cuerpos de agua de poca profundidad. El experimento comenzó cuando se les inoculó diferentes concentraciones de Roundup®, una formulación comercial de glifosato, y algunos se dejaron libres de herbicida, como control.

La doctora Haydée Pizarro, investigadora de la FCEyN y del Conicet, relata: “Ni bien se inoculó el herbicida, y hasta los once días de iniciado el experimento, observamos, en todos los casos, que aumentó la concentración de fósforo total en el agua, debido a que este elemento forma parte de la formulación del herbicida”.

Pero el objetivo principal era indagar el efecto del glifosato en los microrganismos presentes en el agua. “La adición del formulado genera cambios significativos en la estructura y función de las comunidades algales”, señala Pizarro, y destaca: “Tanto el fitoplancton como el perifíton conforman las bases de las cadenas tróficas acuáticas, y las alteraciones que sufran van a generar efectos en cascada en los demás componentes del ecosistema”. El perifíton, que comprende los organismos microscópicos que se adhieren a los troncos o a las plantas acuáticas, funcionan como centinelas locales de contaminación porque es posible saber quiénes y cuántos sobreviven o mueren.

A lo largo de los once días que duró el experimento, la población adherida descendió en forma abrupta, en comparación con las piletas donde no se había colocado el glifosato. “En el fitoplancton también detectamos grandes cambios”, señala la doctora Irina Izaguirre, investigadora de la FCEyN-UBA y del Conicet. «En esta comunidad el hallazgo más interesante fue que mientras la mayoría de las especies algales resultaron afectadas negativamente por el glifosato, un grupo de cianobacterias más pequeñas (menores a 2 micrones) que forman el picoplancton, no sólo resultó resistente al herbicida, sino que su crecimiento se vio fuertemente estimulado”.

Por su parte, Pizarro subraya: “Detectamos cambios que tienen consecuencias ecológicas importantes, pues se está afectando la biodiversidad en general, y por ende, el funcionamiento del ecosistema”. Este trabajo constituye uno de los pioneros en cuanto al estudio del efecto de este herbicida sobre las comunidades acuáticas.

Los investigadores realizaron otros experimentos de mayor duración, en que observaron qué sucedía una vez cumplido el plazo requerido por el glifosato para degradarse. “Vimos que los efectos seguían, no había recuperación de las comunidades, y la cantidad de fósforo en el agua seguía alta”, concluye Pizarro.

Lo cierto es que el glifosato parece estar lejos de ser inocuo. Cuando culminen los estudios que numerosos grupos de investigación, muchos de la FCEyN, están realizando a distintas escalas, incluyendo anfibios y monos, entre otros, tal vez se tenga un panorama más preciso sobre los riesgos que puede entrañar este producto.

Una vida nada breve
¿Cómo actúa el glifosato? “Este herbicida inhibe la producción de aminoácidos aromáticos en plantas, que son esenciales para su crecimiento”, explica la doctora María dos Santos Afonso, investigadora del Departamento de Química Inorgánica de la FCEyN- UBA.

Si bien se afirma que el glifosato tiene una vida media muy breve, la doctora dos Santos Afonso señala que el compuesto puede mantenerse en el ambiente durante tiempos más prolongados, fundamentalmente, porque se adhiere a los minerales del suelo y de los sedimentos y, “cuando está unido a otros compuestos, no puede degradarse”, advierte. Para que pueda hacerlo, tiene que estar libre. En cambio, cuando se une a los minerales del suelo, no se degrada y, por ende, permanece más tiempo en el ambiente. Es más, puede volver a liberarse y dispersarse.

Fuente: Publicado en La Nación el 17/03/2008

Susana Gallardo