De la beca al título

Un nuevo caso de éxito en el acompañamiento de estudiantes por parte de la Facultad: La semana pasada, Leila Abdala, becaria Sadosky durante más de dos años, se recibió de licenciada en Ciencias de la Computación. Ya suman 83 estudiantes becados que obtienen su título de grado.

20 de mayo de 2022

La importancia de la ayuda económica que brinda la Facultad ve sus frutos. Gestionada por la Secretaría de Extensión, Cultura Científica y Bienestar, las becas Sadosky están dirigidas a estudiantes de grado que necesiten apoyo económico y académico para sostenerse en la carrera y, en lo posible, puedan dedicarse a tiempo completo a cursar y no tener que trabajar. Están vigentes desde 2003 y desde ese entonces lograron recibirse 83 de los 199 estudiantes que pasaron por el programa de becas, lo que arroja un índice del 42% en cuanto a finalizaciones de carreras.

Dentro de este porcentaje ahora cuenta Leila Abdala, quien, además, es noticia por ser la primera egresada en Ciencias de la Computación luego de dejar la beca Sadosky. Así lo explica Diego Picco, trabajador social y coordinador del área de Becas de la SECCB: “En principio, los estudiantes de Computación duran poco como becarios porque en general consiguen trabajo. Hacen primero o segundo, enganchan un trabajo y renuncian a la beca. Por eso me resulta significativo el caso de Leila, que siguió estudiando después de conseguir un trabajo y se recibió. Es el primer caso que se recibe después de dejar la beca”.

Promediando la cursada, las herramientas aprendidas y la gran demanda de conocimiento joven en el campo computacional fueron condiciones suficientes para que Leila consiguiera un buen trabajo y pudiera renunciar a la beca. Pero, lejos de dejar sus estudios, continuó cursando. “Yo sentía que no terminar sería negarme oportunidades. Ahora estoy en un trabajo muy bueno, en el que me siento cómoda y puedo aplicar aquello en lo que me especialicé. Pero quizás en el futuro quiera hacer otra cosa, ir a otro trabajo, otro país, o seguir estudiando. Lo que quiera hacer debería depender solo de mí, no de las circunstancias en las que crecí o de mi alcance económico, así que simplemente quise asegurarme de tener todas las oportunidades que pudiera”, aclara la reciente licenciada.

Leila fue becaria Sadosky a lo largo de dos años. Según sus palabras, la beca le dio el apoyo necesario para enfocarse en estudiar durante la parte más complicada de la carrera: “Además, tuve dos excelentes tutores que me ayudaron a aprender a estudiar. Me enseñaron a organizar mis tiempos y priorizar las tareas. Mis tutores (de la carrera y de la SECCB) tuvieron mucha influencia en mis elecciones de cursada por cuatrimestre, sugiriendo qué materias eran compatibles y cómo tener un buen cuatrimestre balanceando avance y dificultad”, afirma.

Aplicó dos veces a la beca. En el año 2014 quedó décima en el orden de mérito y logró entrar en octubre de ese mismo año. Tuvo entrevistas con los trabajadores sociales de la Facultad, quienes visitaron su casa para evaluar su situación de vida y conocer a su familia. Leila lo recuerda de la siguiente manera: “Fue un proceso muy cuidado, en todo momento sentí que más allá de evaluar si darme la beca o no, se preocupaban verdaderamente por cómo estaba y cómo podían ayudar. Aun antes de recibir la beca recibí un montón de consejos”.

Las becas Sadosky se adjudican una vez al año. La inscripción se abre en el primer cuatrimestre, se realiza la selección y se asignan a partir del segundo cuatrimestre. Está pensada para que le permita a un estudiante minimizar su necesidad de generar ingresos propios y dedicarse de manera casi exclusiva al estudio. Los beneficios van desde la asignación mensual, a lo largo de un año, de $25.500 (renovable hasta la graduación según el rendimiento académico) hasta el acceso a beca de comedor, material de estudios en cada cuatrimestre y acompañamiento académico y social.

Javier Massa