Crean nuevos compuestos antivirales y antiinflamatorios

Un equipo de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Medicina de la UBA diseñó moléculas que probaron, en animales, ser efectivas para el tratamiento de la queratitis estromal herpética, que es la principal causa de ceguera infecciosa en los países industrializados y el primer motivo de rechazo del trasplante de córnea.

21 de diciembre de 2009

Un equipo interdisciplinario de investigadores de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) y de Medicina de la Universidad de Buenos Aires diseñó un conjunto de moléculas que, en un modelo animal, probaron ser efectivas para el tratamiento de la queratitis estromal herpética (QH), una enfermedad ocular provocada por el virus Herpes simplex, que es la principal causa de ceguera infecciosa en los países industrializados y el primer motivo de rechazo del transplante de córnea.

El trabajo (una tesis doctoral que condujo a cuatro publicaciones científicas y a una patente) recibió el premio “Dr. Enrique Herrero Ducloux 2009”, que recuerda al primer doctor en química del país y que es otorgado por la Asociación Química Argentina.

Debido a que las lesiones que se observan en la QH no son causadas por la multiplicación viral en sí, sino como consecuencia de la respuesta inflamatoria del organismo a la infección, la enfermedad es tratada actualmente con corticoides, que actúan como antiinflamatorios.

Sin embargo, estos medicamentos también poseen una acción inmunosupresora que puede resultar en la reactivación viral y en la consecuente prolongación de la enfermedad. Por ello, el tratamiento con corticoides suele acompañarse con un antiviral, como el aciclovir (ACV). No obstante, la disponibilidad de drogas antiherpéticas es escasa y, como todas son derivadas del ACV, dejan de ser efectivas en cuanto aparece un mutante viral resistente a cualquiera de ellas.

“Originalmente, el objetivo fue obtener, mediante síntesis química, compuestos que conjugaran en una única estructura las actividades antiviral y antiinflamatoria. Porque el tratamiento mediante un único medicamento sería más cómodo y más barato para el paciente”, cuenta la flamante doctora Flavia Michelini, investigadora del Departamento de Química Biológica de la FCEyN. “Pero los resultados superaron nuestras expectativas”, confiesa.

Los científicos agregaron y quitaron átomos a una molécula de origen vegetal y analizaron los efectos de cada una de esas sucesivas modificaciones químicas en cultivos celulares. Luego, algunos de ellos fueron testeados en ratones, un modelo animal que imita la enfermedad en humanos.

Finalmente, la estrategia dio sus frutos y obtuvieron dos compuestos que no sólo reunían las actividades antiviral y antiinflamatoria en una sola molécula sino que, “además, fueron efectivos para reducir la replicación de virus resistentes al aciclovir y a otros antivirales de uso clínico habitual”, revela Michelini.

“Para nuestra sorpresa, el efecto curativo de ambos compuestos no fue debido a una acción antiviral directa, pues no redujeron la carga viral. Esto sugiere que actuarían mejorando la respuesta inmune innata, a diferencia de los antiinflamatorios convencionales, como los corticoides, que en las mismas condiciones de administración produjeron una exacerbación del daño ocular”, explica.

A las prometedoras cualidades de estos dos estigmastanos (así se los denomina químicamente) se agrega otra más, pues los resultados del trabajo también muestran que ambos compuestos disminuyeron la formación de vasos sanguíneos en las córneas de los animales tratados: “Este efecto antiangiogénico reduciría la llegada de las células inflamatorias al tejido ocular, favoreciendo la mejoría de los animales”, sostiene Michelini, y agrega: “Esta capacidad de inhibir la vascularización los hace promisorios para el tratamiento de enfermedades en las cuales la angiogénesis es uno de los principales factores patogénicos, como ocurre en el caso de los tumores”.

Con una estrategia claramente planificada, el grupo conformado por biólogos, químicos, y bioquímicos continúa generando nuevas estructuras químicas: “Estamos muy entusiasmados porque sabemos que vamos a conseguir moléculas que sean todavía más efectivas”, comenta la doctora Laura Alché, investigadora del Conicet y directora, junto a la doctora Lydia Galagovsky, de la tesis premiada. “Estos resultados nos motivan para investigar el efecto de estas moléculas sobre otros tipos de infecciones, como las causadas por adenovirus y por el virus influenza”, anticipa Alché.

Fuente: Publicado en La Nación el 21/12/2009

Gabriel Stekolschik