
Con la comida no se juega
El Departamento de Industrias de la Facultad adhirió formalmente al Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos. La iniciativa apunta a desarrollar un conjunto de acciones para disminuir la enorme cantidad de comestibles que se estropean o descartan antes de ser consumidos por las personas. Según estudios de la FAO la cifra alcanza los 1.300 millones de toneladas anuales.
De acuerdo con estudios realizados por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) el mundo vive una paradoja cruel e inexplicable: mientras cerca de mil millones de personas pasan hambre, alrededor de un 30% de la oferta global de alimentos, unos 1.300 millones de toneladas, se desechan en todo el planeta cuando todavía son aptos para el consumo humano.
Los alimentos se pierden o se desperdician a lo largo de toda la cadena de producción, desde la etapa agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares. Según explica la FAO, cuando esto ocurre antes de llegar a su fase de producto final o a la venta minorista, se habla de pérdida de alimentos. Por ejemplo: cuando las manzanas recolectadas se caen del camión que las transporta.
En cambio, cuando alimentos aptos para el consumo son descartados por los minoristas o los consumidores, se habla de desperdicio de alimentos. Por ejemplo: cuando esas manzanas tienen manchas o están golpeadas.
Con el objeto de revertir esta grave situación, la FAO viene trabajando sobre una iniciativa mundial junto con gobiernos, instituciones de investigación, productores, distribuidores, minoristas y consumidores, coordinando distintos enfoques sobre el problema y promoviendo cambios.
En nuestro país, el gobierno nacional creó en 2015 el “Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos”, cuyo objetivo central es, según indica la resolución, “coordinar, proponer e implementar políticas públicas, en consenso y con la participación de representantes del sector público y privado, sociedad civil y organismos internacionales, que atiendan las causas y los efectos de la pérdida y el desperdicio de alimentos”.
Recientemente, se llevó a cabo un encuentro en el Ministerio de Agroindustria durante el cual más de cuarenta entidades, cámaras e instituciones firmaron su adhesión formal a esta iniciativa. Entre ellas está el Departamento de Industrias de la Facultad.
“La movida surgió a partir de una invitación que recibió el Departamento. Dada la trayectoria histórica que tenemos estaba claro que teníamos que participar”, señala Sandra Guerrero, directora del Departamento.
En efecto, desde hace décadas, diferentes grupos vienen trabajando en múltiples líneas de investigación fuertemente ligadas a evitar que se desechen alimentos, ya sea aprovechando desperdicios para generar compuestos de valor o bien reduciendo las pérdidas con novedosos métodos de preservación.
Justamente, uno de los ejes en los que se encuentra estructurada la iniciativa es denominado: “Investigación, tecnología y conocimiento”. “En esa línea resulta muy claro que el Departamento tiene mucho para aportar. Todavía no sabemos exactamente cómo se instrumentará, si mediante asesorías, a través de charlas o de algún otro tipo de actividades. Es el Ministerio el que nos va a ir guiando en cuanto a cómo colaborar desde nuestro lugar de experiencia en ese terreno para poder brindar herramientas a los otros miembros que forman parte del programa”, apunta Guerrero.
Otros de los aspectos sobre el cual el Programa convoca a trabajar es el referido a “información y comunicación”. El tema cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que en nuestro país, de acuerdo con las estadísticas, se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año, lo que equivale a 365 kilos por persona por año, o expresado de otra manera, un kilogramo por día por persona. En este terreno el Departamento y la Facultad tienen mucha tarea para hacer.
“En este ámbito nuestra tarea pasa por trabajar en la concientización de la comunidad de Exactas en general y de los alumnos en particular. Porque hay un aspecto que resulta sorprendente: de acuerdo a un estudio realizado por la Escuela de Nutrición de la UBA con cada festejo que se realiza arrojando alimentos por el egreso de un alumno se pierden unas dos mil calorías”, revela Guerrero y agrega: “Es cierto que hay una tradición, que muchos están esperando ese momento, pero hay que sugerir alternativas como para evitar la utilización de alimentos”.
Además del Departamento de Industrias, también adhirieron al Programa la Escuela de Nutrición de la UBA y el Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía; empresas, como Carrefour y Danone; cámaras empresarias: CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) , COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios); organismos públicos: INTI, INTA, ANMAT, SENASA, y la Universidad de Tres de Febrero y Maimónides, entre muchos otros.
“El programa está empezando y hay que ponerse a trabajar. Nosotros hemos convocado a gente del Departamento para que se conforme una comisión para empezar a pensar de qué manera, con qué herramientas lo vamos a llevar adelante. Queremos que nuestro compromiso con esta iniciativa sea como una identificación del Departamento”, se entusiasma Guerrero y proyecta: “Vamos a a evaluar qué resultados obtenemos en los próximos meses y, si son positivos, la idea es que la movida empiece a trascender y que la Facultad toda se sume en la tarea de concientización porque el festejo lo hacen los alumnos que se reciben de todas las carreras”.