
El fueguito de César
El viernes pasado se proyectó el documental “Un fueguito, la historia de César Milstein”, en el Aula Magna del Pabellón II. La directora, Ana Fraile, estuvo presente y charló con el auditorio una vez finalizada la película.
En diciembre de 1999, César Milstein dictaba una charla en el Aula Magna del Pabellón II de Exactas. La había titulado “La curiosidad como fuente de riqueza” y la presenciaron más de mil asistentes, que colmaron el auditorio. Ese sería el último paso del Nobel por la Facultad que lo formó.
Hace pocos días, Milstein volvió al Aula Magna del Pabellón II, hecho documental, de la mano de “Un fueguito, la vida de César Milstein”, el film de Ana Fraile que se estrenó hace pocos meses en el circuito comercial. A comienzos de año, la realizadora –y sobrina nieta de Milstein– le propuso a la Facultad proyectar su trabajo una vez que se bajara del circuito comercial, con el propósito de llegar a un público más específico que el de las salas de exhibición. Y se concretó el viernes pasado. En la proyección estuvieron presentes la directora y el coguionista, Lucas Scavino, quienes charlaron con el público.
“Un fueguito” recorre la vida del notable científico argentino a partir de variados registros, entre los que se destacan las filmaciones caseras en Súper 8 y las tomas fotográficas realizadas por el propio Milstein, que invitan a dar un paso hacia su intimidad. Si bien el eje está atravesado -a partir de los registros de su archivo personal- por la idea del recuerdo subjetivo a partir de las imágenes, se complementa con partes de una larga entrevista que le realizara su colega inglés David Secher, en 1999.
Aparte de los registros propios y su testimonio personal, “Un fueguito” busca descubrir la personalidad de Milstein a través de otras voces: los realizadores entrevistaron a familiares directos (entre los que está Celia, su esposa) y una buena cantidad de colegas en varios países, con especial atención en los investigadores cercanos a su labor cotidiana en Cambridge y a sus discípulos. Incluyendo también lecturas en off de algunas de sus cartas personales, Fraile logró caracterizar a su tío abuelo de manera familiar, cercana, sobre todo para aquellos que reconocen su figura y su valor.
Los anticuerpos y las patentes Entre los tópicos que atraviesan la biografía científica de Milstein está el hecho de que no se ocupara de obtener patentes por sus descubrimientos y también su rechazo a desarrollar empresas biotecnológicas a partir de sus propios avances científicos. Los temas, que son abordados parcialmente en el documental, provocaron preguntas del público una vez finalizada la proyección. Al respecto, Ana Fraile comentó que la tecnología de los anticuerpos monoclonales, nacida en el laboratorio de Milstein, tuvo como uno de sus efectos “la posibilidad de hacer empresas, y varios de los investigadores del laboratorio se unieron para producir cierto tipo de anticuerpos monoclonales”. Milstein, por su parte, “se distanció muy rápidamente de las empresas”, indicó la directora y agregó que “César participó de estas empresas, pero solo como asesor científico, nunca quiso estar en los directorios”.
En el documental, se lo puede ver a Milstein narrando el confuso episodio por el cual no consiguió patentar sus anticuerpos. Si bien el trámite lo habría iniciado, por alguna razón no dilucidada los papeles nunca llegaron a la oficina de patentes. “En el 75, los patentamientos no eran algo frecuente”, contó Fraile en el auditorio. “Algunos decían que César no quería patentar, otros que era muy despistado y no le interesó para nada el tema de los papeles y dejó pasar el tiempo. Y también es cierto que los papeles que entregó se perdieron”.
Profundizando la explicación que da el propio Milstein en pantalla sobre las desavenencias administrativas, la directora indicó que “quizás no estuviese todavía aceitado el tema de los trámites de patentes en esa época”.
El fueguito del título
Un tema que despertó curiosidad fue el del título de la película. Ante la pregunta ¿por qué “Un fueguito”?, Fraile explicó que su tío abuelo falleció en Inglaterra, y allá se acostumbra hablar en los funerales. “Desde acá mandamos un cuento de Eduardo Galeano para que sea leído, que se llama Un mar de fueguitos, donde se describen distintos tipos de fueguitos que representan a distintos tipos de personas”, relató la directora. “Galeano termina diciendo que hay algunos fuegos que encienden otros, y para mí César significaba eso. Fue el primer título y a lo largo de mi investigación y de hablar con gente descubrí que no era sólo yo la que pensaba eso sino que había otros que lo asociaban a ese fueguito. Y quedó”.
La directora también destacó que, tanto ella como Celia Milstein -quien impulsó la realización del film-, “desde un inicio quisimos contar la historia de los personajes que fueron parte de las construcción científica”. Y agregó, para cerrar la tarde, que “estaba muy interesada en mostrarla acá, en Exactas, porque me parece que es importante que los estudiantes sepan quiénes fueron parte de su lugar de formación, y para que se den cuenta de que son gente como ellos y para motivarlos en el estudio de sus carreras”.
Fuente: El Cable 748