34ª Olimpíada Argentina de Química
Finalizó una nueva edición del certamen nacional del Programa Olimpíada Argentina de Química organizada por la Facultad, con ceremonia de clausura y entrega de medallas. Por primera vez en más de 30 años, el evento no contó con los recursos que tradicionalmente aportaba el Estado nacional.
Del 29 de octubre al 1 de noviembre, 192 estudiantes de escuelas secundarias de todo el país demostraron su talento en la 34ª Olimpíada Argentina de Química (OAQ) en el Hotel Luz y Fuerza, en Villa Giardino, Córdoba. Esta competencia fue una experiencia enriquecedora para fomentar vocaciones científicas en futuros profesionales de la industria y un motivo de orgullo para la educación pública Argentina.
El Programa OAQ, creado hace 34 años por la Facultad busca mejorar las condiciones para la enseñanza de la química, estimular el interés por esta disciplina y despertar las vocaciones científicas y técnicas en la comunidad estudiantil preuniversitaria. Principalmente, este certamen nacional se plantea como una competencia académica de autosuperación que, a lo largo de los años, ha crecido y logrado potenciar la participación de estudiantes de todo el país.
Para Soledad Antonel, encargada del área pedagógica de las OAQ, la participación de jóvenes es un impulso para seguir adelante y superar las dificultades. “Inspiran y motivan pasión, entusiasmo, dedicación y curiosidad para otros chicos y chicas de su edad. Son la generación que puede transformar el presente y futuro de nuestro país”, sostiene.
Durante el año, las y los estudiantes de entre 13 y 18 años que desean participar de este certamen nacional de tres días deben prepararse y entrenar en sus escuelas para superar varias instancias clasificatorias: las competencias colegiales, intercolegiales y zonales.
“Una vez que llegan a la olimpiada, la primera actividad académica que realizan con docentes de OAQ son clases de consulta previas a rendir el examen de todos los niveles” explica Soledad Antonel, una de las responsables del área de certámenes del Programa. Y relata: “Reciben charlas sobre diversas áreas de la química y participan de conferencias, que este año estuvieron a cargo de Maria Ana Castro, directora de la Licenciatura en Ciencias Químicas”.
Junto a Juan Pablo Marcolongo, también responsable del área de certámenes del Programa, coordinaron al equipo técnico pedagógico, integrado por docentes e investigadores de los Departamentos de Química Inorgánica, Analítica y Química Física y Química Orgánica: Rosalía Agusti, Cecilia Sorbello, Nicolás Diego González Bardeci, Agostina Mazzeo, Romina Cingolani y Cecilia Gallego, quienes prepararon los exámenes de las etapas zonal y nacional para los grupos de estudiantes de las 20 provincias participantes.
Con vocación y sin financiación
El 2024 comenzó con gran incertidumbre en relación a la continuidad del Programa OAQ. Durante tres décadas, el Ministerio de Educación de la Nación brindó apoyo y auspicio ininterrumpido a diversos programas olímpicos de ciencias, pero recién el 3 de octubre de este año, la actual Secretaría de Educación de la Nación dio una primera señal de apoyo, aprobando su continuidad. Sin embargo, hasta la fecha, aunque se asegura que la adjudicación está en trámite, los fondos solicitados aún no han sido aprobados.
La pregunta inmediata del comité olímpico y del equipo técnico pedagógico de OAQ en la etapa de planificación fue: “¿Cómo continuar con todas las actividades sin recursos?” Ante esta situación, las autoridades de la Facultad aseguraron “vamos a hacer todo lo que podamos y más para sostener al Programa Olimpíada Argentina de Química”.
Esta demora llevó a la Facultad a asumir los gastos necesarios para preparar las actividades académicas y, por primera vez en la historia del Programa, a que los grupos de estudiantes y profesores solventen los costos de estadía durante el certámen nacional.
“La Facultad fue nuestro sostén, buscando los medios económicos para continuar con todas nuestras actividades habituales. Solventaron los gastos operativos del certamen y dispusieron del personal administrativo para colaborar con el desarrollo de nuestras actividades”, expresa emocionada Soledad Antonel, también investigadora del CONICET. Y agrega: “El Programa OAQ no podría existir sin la Universidad Pública, a la que le estaremos eternamente agradecidos y a la que defenderemos siempre”.