150 años, una historia

Por primera vez, la Facultad contará con un libro que abarca desde sus antecedentes más lejanos hasta el presente. El trabajo fue realizado por cuatro integrantes del Programa de Historia de Exactas. El texto, a partir de un exhaustivo análisis documental, promete abrir polémicas, develar misterios y contradecir algunas hechos considerados verdaderos por cierto relato mítico vigente hasta la actualidad.

15 de octubre de 2015

En parte, la iniciativa se debe a ese extraño y poderoso influjo que ejercen los números redondos. Lo cierto es que la Facultad tuvo que esperar 150 años para darse el gusto de tener un libro que cuente en detalle todo su recorrido: “Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales”, es su título. Sus autores son cuatro integrantes del Programa de Historia de Exactas: Eduardo Díaz de Guijarro (coordinador del Programa), Beatriz Baña, Carlos Borches y Raúl Carnota.

“La propuesta surgió del decano vinculada con el 150 aniversario de la Facultad. Al principio dudamos un poco porque era un desafío importante. Nosotros lo habíamos pensado para más adelante. La realidad es que la fecha resultó un disparador y nos forzó a apurarnos pero creo que llegamos a un resultado interesante”, comenta Díaz de Guijarro con satisfacción.

A lo largo de sus 350 páginas el libro recorre desde los primeros antecedentes de las ciencias en Buenos Aires hasta el presente y desarrolla la historia de la Facultad en el marco de la realidad social y política del país, e incluye referencias a la historia de las ideas sobre la ciencia y los cambios del modelo universitario, planteando no sólo los proyectos, logros y fracasos de la Facultad sino también los múltiples conflictos que la atravesaron. “Queremos dejar en claro que el libro no cierra el estudio sobre la historia de la Facultad, más bien, nos gustaría que lo abriera”, asegura Díaz de Guijarro.

Una de las características más salientes de la obra es que se basa en un notable trabajo de búsqueda y análisis de archivos. “Queremos destacar que esta investigación fue posible gracias al trabajo de la gente de Despacho y Biblioteca que conservan, en forma ordenada y accesible, la documentación de Exactas. Creo que una historia así no se podría haber escrito en muchas facultades”, reconoce Carlos Borches.

– Muchas veces este tipo de libros se escriben como una compilación donde diferentes autores se abocan a trabajar sobre períodos específicos. Ustedes, en cambio, decidieron que el libro en su conjunto fuera de cuatro autores, ¿Por qué?

– CB: Nosotros cuatro venimos trabajando hace tiempo en el Programa de Historia y muchos de los temas los tenemos muy discutidos. Éramos conscientes de los matices que podíamos tener respecto de algunos períodos pero se buscaba, justamente, que el libro tuviera un tono único y no la yuxtaposición de diferentes voces. Eso requería de un trabajo intensísimo, la mayor parte del cual recayó en manos de Eduardo, que era quien tenía que destilar larguísimas discusiones de horas y plasmarlas, a veces, en pocas páginas. Me parece que se logró. Y creo que el trabajo resultó muy interesante porque el hecho de haber tenido estas discusiones, nos obligaba a afinar en los argumentos, en las formas de exposición, y me parece que todo eso fue enriquecedor.

– Una de las características del libro es que incluye un intenso análisis documental a partir de múltiples archivos de la facultad.

– EDG: Quisimos hacer una historia lo más abarcativa posible. Entonces tomamos desde los hechos previos a la formación del Departamento de Ciencias Exactas de 1865 hasta el presente, narrando la historia de la Facultad con varios marcos de referencia conceptuales. Para lograr eso la referencia imprescindible es la documentación escrita. Muchos de estos temas son altamente controvertidos y despertaron polémica en su momento y ahora también. Entonces, hemos tratado de evitar al máximo posible todo lo que pueda aparecer como una simple opinión de los autores. Siempre intentamos que el enfoque utilizado estuviera respaldado por datos documentales. De manera que toda polémica, que nosotros deseamos que se genere, es una invitación a un debate fundamentado. Ese trabajo de búsqueda de fundamentación ha sido uno de los temas que más nos ocupó, como se refleja en el siguiente hecho: el libro tiene 18 capítulos, un prólogo, una introducción, un epílogo. La cantidad de páginas que ocupa la bibliografía es mayor que el más largo de los capítulos.

– A partir de ese fuerte trabajo documental que llevaron a cabo, ¿hubo algún dato particular que los haya sorprendido, o que refute algún punto tomado como válido por el relato mítico de la historia de Exactas?

– EDG: Encontramos muchas perlitas de ese tipo. Estas curiosidades refuerzan la convicción de que nunca la historia es simple y lineal sino que está llena de contradicciones, de conflictos, de cosas que quizás no son como se cuentan. Podemos mencionar alguna aunque sin adelantar la respuesta. Hay toda una serie de versiones sobre cómo terminó la primera computadora que hubo en la Facultad, la famosa Clementina, que empezó a funcionar en 1961 y que muchas veces se dice que fue destruida en “la noche de los bastones largos”; otros sostienen que funcionó durante mucho tiempo más; algunos, incluso, afirman que está acá, en un museo de la Facultad. ¿Cuál es la verdad sobre el destino de Clementina? Hay muchas otras cuestiones. Yendo al origen de la UBA, ¿fue realmente Rivadavia el primer organizar de la UBA, o no?

– CB: Vos cuando contás una historia podés hacer hincapié en las rupturas pero también podés mirar por el lado de las continuidades. Por ejemplo: el episodio de “la noche de los bastones largos”, sin dudas fue traumático para nuestra facultad. En Computación quedó un solo profesor, todos los demás renunciaron. Pero hubo otros departamentos que no fueron afectados de la misma manera. La situación de Computación llevó a pensar que Clementina había sido destruida, pero no fue así, la computadora siguió funcionando y el Departamento se rearmó luego de un tiempo. Otras líneas de continuidad se pueden rastrear a partir del golpe de Estado de 1955. Hay como una sensación de que muchas de las mejores cosas vinculadas con la ciencia comienzan después de esa fecha avalada por una historiografía muy amplia que no casualmente fue escrita por intelectuales que participaron de un lado de ese episodio político. Pero, cuando uno empieza a mirar los papeles, se encuentra con sorpresas. Por ejemplo, que la estructura departamental de la Facultad se puede rastrear antes de esa fecha; que la participación de muchas de las personalidades de la Facultad, que fueron muy relevantes durante la década del 60, ya las podemos encontrar antes de 1955 cumpliendo una tarea muy digna. Claro, después, algunos pasados se borran y otras cosas se resaltan.

– ¿Cuáles creen que serán las polémicas más acaloradas que va a despertar el libro?

– CB: Hay debates que tienen vigencia en el presente, como la situación de la universidad en los 70 o toda la situación de la Facultad en el marco de las políticas llevadas a cabo por el menemismo. Esas situaciones están abiertas e influyen directamente en la política actual. Hay otras cuestiones más antiguas que hace unos veinte años podían despertar debates acaloradísimos y que hoy, me parece, la comunidad universitaria ya las puede mirar desde otro lugar. Puedo contar una experiencia personal. En el año 92 escribí en el Cable una nota sobre la legislación universitaria peronista señalando que la gratuidad estaba ahí, no en la reforma del 18 como se decía en la década del 80. Eso llevó a que algunas personas de la Facultad fueran a ver al decano Recondo para pedir mi renuncia. Esas cosas, hoy en día, son impensables.

– EDG: Muchos de los temas que se tratan en los últimos capítulos es posible que contengan aspectos polémicos: la relación de las universidades con los organismos multilaterales de crédito; las líneas de investigación predominantes en los países centrales y su relación con los problemas nacionales; la relación entre ciencia básica y tecnología, son temas que están en discusión en este momento en la Facultad. También las etapas en las que el movimiento estudiantil tuvo participación protagónica siguen siendo controvertidas, aunque hayan pasado casi 100 años, como por ejemplo, las consecuencias de la Reforma del 18. Nosotros tratamos de mostrar algo que sí es muy importante y es que la historia de una facultad, como la de una sociedad, es una historia de conflictos. No hay etapas idílicas. Por eso desterramos el concepto de la “década dorada” tan usado para el período 55/66. Nosotros decimos expresamente que no la vamos a llamar de esa manera porque eso sugiere una realidad donde todo era armonioso y no era así. Fue una época de grandes logros pero también de terribles conflictos que tratamos de mostrar.

– ¿Quiénes les gustaría que sean los lectores de este libro?

– CB: El lector predominante que uno tiene en la cabeza son los jóvenes, los que tienen esa curiosidad de conocer qué es este lugar adonde están haciendo su carrera. Después, también el lector que tiene formación y, en muchos casos, posición tomada sobre muchos momentos de la historia de la Facultad como participante de una discusión para enriquecer el debate. Pero creo que hay como un imperativo moral de transmitir un mensaje a las generaciones siguientes para que tengan muy clarito que estas paredes materializan un proceso histórico, cargado de conflictos, de relaciones, que va más allá de la vocación que uno puede tener por la ciencia y que expresan tensiones políticas a nivel nacional e incluso internacional.

– EDG: Suele ocurrir que los primeros lectores de este tipo de trabajos son las personas que han protagonizado una parte de esta historia y que buscan el libro para verses reflejadas. Pero, el principal esfuerzo está centrado en que este trabajo les llegue a los estudiantes. Para mí, el objetivo principal, si hay que resumirlo en una sola frase, es mostrar que la historia y el presente de esta facultad no terminan en las paredes de un pabellón ni en los límites de Ciudad Universitaria, sino que van mucho más allá; que la facultad y cada uno de sus protagonistas están totalmente inmersos en una sociedad que tiene problemas que se entrecruzan y viven dentro de la facultad. O sea, que esta historia, la de Exactas, forma parte de la historia de la sociedad.

Presentación
El libro “Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales”, se presentará formalmente el jueves 29 de octubre, a las 18.00, en el Aula Magna del Pabellón II. La apertura del acto estará a cargo de Omar Coso (representante de Exactas en EUDEBA), Gonzalo Álvarez (presidente de EUDEBA) y el decano Juan Carlos Reboreda.

Posteriormente, se desarrollará una mesa redonda integrada por: Pablo Buchbinder, coordinador del Programa de Historia y Memoria de la UBA; Adrián Paenza; Alberto Kornblihtt, y Eduardo Díaz de Guijarro.

Durante el evento se ofrecerá una venta promocional del libro por un valor de 200 pesos. Se solicita que quienes deseen participar de esta campaña completen sus datos en el siguiente formulario: http://sg.exactas.uba.ar/libro

Gabriel Rocca