Dussel, Bär, Paz y Paenza.

Un libro que se puede leer y no leer a la vez

Se llevó a cabo en el Aula Magna del Pabellón I la presentación del flamante libro sobre la mecánica cuántica escrito por el prestigioso investigador y profesor de la Facultad, Juan Pablo Paz. En la obra, el autor enfrenta el desafío titánico de intentar explicar, para el común de los mortales, en qué consiste esta teoría que parece empecinada en ir en contra del sentido común pero que constituye una de las más importantes revoluciones científicas del siglo XX.

10 de mayo de 2017

Cuántas personas son capaces de creer que, aún con el mayor rigor en el control de las variables, dos experimentos idénticos pueden dar resultados diferentes; que un fotón se comporta como onda o como partícula según las pretensiones del observador; que un gato imaginario dentro de una caja puede estar, al mismo tiempo, vivo y muerto. Sin embargo, estos son sólo algunos de los misteriosos postulados de una rama de la física encargada de explicar el comportamiento de la naturaleza en la escala infinitamente pequeña: la “mecánica cuántica”.

A pesar de resultar tan anti intuitivos y de colisionar contra el sentido común, sus bases fundamentales han sido comprobadas en reiteradas ocasiones a partir de algunos de los experimentos más bellos de las ciencias naturales. En definitiva, la física cuántica es considerada una de las revoluciones científicas más importantes del siglo XX y promete protagonizar una revolución tecnológica en el siglo XXI. Ahora bien, ¿es posible elaborar una explicación que le permita a una persona totalmente ajena al ámbito de la física comprender una teoría tan alejada -y aun contraria-, de su experiencia cotidiana?

Esa fue la misión que decidió asumir Juan Pablo Paz cuando comenzó con una tarea que le demandó tres años de trabajo y que culminó con la publicación del libro “La física cuántica. Todo sobre la teoría capaz de explicar por qué los gatos pueden estar vivos y muertos a la vez”. Paz es físico, investigador del CONICET y profesor del Departamento de Física de Exactas. A lo largo de su carrera recibió numerosos premios, entre ellos, fue reconocido como “Investigador de la Nación Argentina” en 2014. Además es un referente internacional de la mecánica cuántica en general, y de la computación cuántica, en particular.

La presentación de la obra se realizó en el Aula Magna del Pabellón I y participaron del panel: Guillermo Dussel, profesor Emérito de la UBA; Nora Bär, periodista científica del diario La Nación; Adrián Paenza, matemática y divulgador, y el propio autor del libro.

El inicio del encuentro estuvo a cargo de la directora adjunta del Departamento de Física, Andrea Bragas, quien realizó una breve presentación de cada uno de los integrantes de la mesa y destacó la trayectoria científica de Paz.

Luego, Guillermo Dussel hizo una minuciosa descripción de cada uno de los capítulos del libro y consideró que la física cuántica era un tema muy difícil para hacer una obra de divulgación que no se quede en la superficialidad. “Creo que Juan Pablo lo ha logrado”.

Desafío cumplido

A su turno, Nora Bär destacó la extensa trayectoria de Paz que lo ha llevado a convertirse en un destacado referente de esta disciplina. Por esta razón, señaló que cada vez que surge alguna novedad relacionada con la física cuántica “inmediatamente recurrimos a él para que nos explique el tema y opine al respecto”.

Posteriormente, la periodista apeló a su sinceridad y realizó una valiente confesión frente a todo el auditorio en relación con la dificultad que tenía para comprender el tema cada vez que habla con Paz. “A uno le queda siempre la sensación de haber estado mirando una película en sueco o en japonés, de la cual entiende aquí y allá alguna palabrita mientras el resto desaparece en una brumosa nube de conceptos difíciles y abstrusos realmente casi imposibles de aprehender para un no iniciado”. Y, enseguida, recurrió a una frase de uno de los máximos referentes históricos de la física cuántica, Richard Feynman, quien alguna vez dijo: “Nadie comprende la física cuántica”. “Si él lo dijo, uno está perdonado, ¿no?”, preguntó Bär con humor.

Con toda esa carga a cuestas, la periodista contó que cuando Paz le habló de su libro, ella se imaginó que sin dudas sería un trabajo importante, que valdría la pena leerlo para tratar de captar alguna escena más en esta difícil película de la ciencia, pero que sería un texto arduo, exigente. “Cuando lo empecé a leer, créanme, se me cayó la mandíbula”, graficó y rápidamente abundó: “Me encontré con un lenguaje accesible sin por eso hacerlo infantil o banal, un lenguaje que hablaba sobre física cuántica pero también hablaba -por lo menos para mi que estoy en este oficio-, sobre cómo debemos transmitir la ciencia. Es de una claridad y de una valentía que no son habituales”.

Bär siguió, con mucho entusiasmo, desgranando los diferentes tópicos que recorre el libro y precisó que la obra no sólo se refiere a la física cuántica sino que relata el trabajo que hacen los investigadores, no elude la emoción, transmite la sorpresa que se siente frente a un resultado que va en contra de lo esperado y es muy firme en el rechazo de la utilización espuria de la cuántica para legitimar lo que Paz mismo califica de “chantadas”. “Esa banalización aparece por todos lados. Desde la meditación cuántica, pasando por la dieta cuántica, a cualquier cosa exótica se le pone el adjetivo cuántico para que adquiera carta de ciudadanía científica”, rechazó la periodista.

Para finalizar, Bär comparó la lectura de este libro con la situación de estar charlando con un amigo que sabe mucho de un tema y al que le podemos hacer las preguntas que queramos. “Él las contesta todas con mucha piedad, en especial, para con los lectores no entrenados”.

A la calle con la ciencia

Adrián Paenza comenzó aclarando que no había leído el libro pero adelantó que lo iba a leer porque nunca había entendido la física cuántica. “Hubo mucha gente que intentó explicármelo y yo algunas veces dije que sí, que entendía, pero en realidad siempre me voy pensando que en realidad no entendí nada. Me queda la esperanza de que este libro me permita, finalmente, entenderla”.

Luego, el matemático y divulgador, hizo foco más que en el contenido, en la importancia y la valentía que había tenido Paz en escribir un libro de estas características. En ese sentido, criticó a los que siempre se apuran en censurar a todos aquellos que llevan a cabo acciones para acercar la ciencia a la sociedad. “Algunos científicos sienten que forman parte de una élite, lo disfrutan y hasta lo estimulan. Se genera así una distancia, una situación en la que hay alguien que es el que sabe y te lo hace notar todo el tiempo”, afirmó con disgusto y contrapuso: “Por eso es bienvenida toda herramienta que saque la ciencia a la calle”.

Otro aspecto que resulta crucial para Paenza es que este tipo de herramientas de comunicación de la ciencia ayudan a combatir la falsa percepción que existe en la sociedad de que para estudiar alguna de las carreras científicas que ofrece Exactas hay que tener una inteligencia privilegiada o ser un nerd. “No es que yo quiera que todo el mundo sea físico, matemático o biólogo, pero por lo menos pongamos estas carreras en el menú con cierta decencia”.

Para graficar la situación recurrió a una anécdota. “Una persona que estaba dando un viernes el pronóstico meteorológico por televisión dijo: ‘la probabilidad de que llueva mañana es de un 50% y la del domingo también es del 50%. Por lo tanto hay un ciento por ciento de probabilidades de que llueva el fin de semana’. Esto que genera risas a mí me dio un fastidio enorme. Porque suele decirse: ‘Bueno, no importa’. Bueno, a mí sí me importa. Y como a mí me importa entender voy a leer el libro que hoy se presenta. No sé si lo voy a lograr pero no debe haber nadie más calificado que Paz para intentarlo”.

Chantas cuánticos

Llegó el momento en que el autor tomó la palabra y, de inmediato, aclaró que no iba a dar una charla sobre mecánica cuántica. “A los que estén interesados les puedo recomendar un libro”, bromeó. Retomando la seriedad por el camino de la compleja relación entre el escritor y su obra contó que el texto le demandó tres años de trabajo a lo largo de los cuales por momento sufrió una profunda sensación de hartazgo. “Espero que a ustedes no les pase lo mismo cuando lo lean”, ironizó.

Pero más allá de esta situación, Paz dijo estar agradecido porque la creación de esta obra le había permitido releer trabajos de algunos de los más grandes físicos de la historia como Planck, Einstein y Bohr. Y que, además, se divirtió mucho al entrelazar un capítulo con la obra teatral Copenhague (N. R.: la obra relata un encuentro de los físicos Niels Bohr y Werner Heisenberg con el trasfondo del debate ético por el uso de la ciencia para el desarrollo de armas nucleares). “Recuerdo que en algunos ensayos yo trataba de explicarles algunos conceptos a los protagonistas, los actores Juan Carlos Gené y Alberto Segado. Gené, que hacía de Bohr, me honró con su presencia en la primera clase de Física Teórica II. Esto me permitió anunciar que, con la presencia de Niehls Borh, se iniciaba el curso de física cuántica”, recordó Paz, y remató la anécdota: “Después del curso me dijo: ‘¡Qué bárbaro! No entendí nada’”. Las risas estallaron en el auditorio.

Más adelante, Paz señaló que le interesó mucho escribir sobre el indeterminismo porque, desde el punto de vista de la física cuántica, el azar es algo intrínseco en la naturaleza. Por este motivo, remarcó que si dos experimentos idénticos dan resultados diferentes esto no se debe a la incapacidad del científico sino que se trata de un principio fundamental de la naturaleza. “Esto, por supuesto, nos impone ciertas limitaciones en el proceso de conocimiento”, aseguró, y se lamentó: “Son cosas maravillosas y misteriosas pero que no dejan de generarnos cierta repulsión intelectual, por lo menos, en mi caso”.

Estas y otras rarezas de la mecánica cuántica son cuestiones tan fundamentales que forman parte de la ciencia básica -“la ciencia inútil al decir de algún funcionario”, ironizó Paz- y parecen carecer de cualquier tipo de aplicación. Sin embargo, sobre la base de estas características exóticas, comenzó a desarrollarse desde hace dos décadas la segunda revolución de la física cuántica que involucra el desarrollo de nuevas tecnologías, desde la manipulación individual de átomos, hasta la computación cuántica y máquinas que funcionan a escala atómica. “Todo esto es una enseñanza clara de que no se puede separar la ciencia básica de la aplicada”, aseguró.

Ya sobre el final de su intervención Paz no quiso dejar de referirse al capítulo del libro en el cual dirige sus dardos a los que él denominó “chantas cuánticos”. Se trata de todo tipo de personajes que distorsionan la mecánica cuántica para dar forma a nuevos enfoques new age, holísticos, sanadores. “Uno de estos chantas visitó hace poco el país, Amit Gozwami, y fue recibido por el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires para que los asesore en cómo usar la física cuántica para desarrollar nuevas formas de creatividad, para formar mejor a nuestros docentes. Una barbaridad terrible”, se lamentó.

Para cerrar, Paz quiso ser más riguroso con relación a lo que quería decir con chantada. “Me refiero a la gente deshonesta intelectualmente que asegura que la creencia en otras vidas o en ciertos orígenes del universo están demostradas por la física cuántica”, dijo con fastidio y completó: “Gozwami y otros predicadores prometen curarte, hacerte feliz, cambiar tu vida o hacer un mundo mejor usando ingeniosamente la mecánica cuántica. Eso es chantada y lo considero peligroso”

Gabriel Rocca