Para verte mejor

A principios de este año la Facultad incorporó un flamante microscopio electrónico de barrido, de origen alemán, que permite obtener imágenes de alta resolución en la nanoescala. El nuevo equipo, que forma parte del Centro de Microscopías Avanzadas de Exactas, resulta, por sus características, único en el país.

28 de abril de 2009

Apenas comenzaba el mes de febrero cuando en Ciudad Universitaria se pudo ver a una inmensa grúa levantando tres cajas para introducirlas en el primer piso del Pabellón I. Su contenido era un equipo de última generación largamente esperado por muchos investigadores de la Facultad. Se trataba del microscopio electrónico de barrido modelo SUPRA 40, adquirido a la empresa alemana Carl Zeiss, que llegaba para incorporarse al Centro de Microscopías Avanzadas (CMA) de Exactas.

“Nosotros contábamos con un microscopio electrónico de barrido, muy bueno, pero que tenía una tecnología de unos 15 años de antigüedad y eso nos generaba algunos problemas”, cuenta Lía Pietrasanta, coordinadora del CMA. Esa situación generaba la necesidad de, por lo menos, lograr una actualización del equipo. Entonces el Centro formó parte de un subsidio otorgado por la Agencia, a través de su Programa en Áreas Estratégicas (PAE), con la intención de optimizar su funcionamiento. Entre otras cosas se había pensado en incorporar una plataforma antivibraciones y un sistema de cancelación del campo magnético, que perjudicaba la adquisición de las imágenes.

“También queríamos comprar una interfase que nos permitiera manejar el microscopio desde afuera, porque la computadora que tenía era grande como una mesa”, recuerda Pietrasanta, y agrega, “para esto, en particular, teníamos un presupuesto de 50 mil dólares, porque también necesitábamos los demás accesorios”. Entonces se reunieron con el presidente de la División Microscopía Electrónica de Carl Zeiss Alemania, le explicaron la situación y le dijeron con cuánta plata contaban. El empresario escuchó con atención y les dijo que se iba a volver a comunicar para darles una respuesta.

Al día siguiente llegó la llamada esperada, y con una gran sorpresa. “Nos dijo que si bien la suma de dinero era muy baja, íbamos a poder tener un microscopio nuevo cuyo costo, de base, es de 350 mil euros. Y que esa era una inversión que la compañía quería hacer para el CMA en particular y para toda la comunidad científica del país. Para nosotros fue algo extraordinario”, recuerda entusiasmada Pietrasanta, y añade que también se incluyeron los gastos de envío, seguros e instalación.

El modelo SUPRA 40 cuenta con un cañón de electrones por emisión de campo que ofrece alto brillo y estabilidad. Esta nueva herramienta está basada en la última versión de la columna Zeiss Gemini FESEM que permite obtener imágenes de altísima resolución, que puede alcanzar los 1,5 nanómetros en determinadas condiciones. Otra gran ventaja es que su modo de operación es muy simple y se lleva a cabo desde una PC similar a las hogareñas. Además, a diferencia del modelo anterior, todas las imágenes están digitalizadas.

Esta nueva pieza tecnológica se viene a sumar a otros dos equipos que continúan funcionando en el CMA: un microscopio electrónico de transmisión Phillips EM 301 y dos microscopios de fuerza atómica AFM Multi Mode con controladores NanoScope III y NanoScope IIa-Quadrex. Además de microscopios ópticos Axioscope II de Carl Zeiss.

El Centro de Microscopías Avanzadas brinda servicios tendientes a posibilitar el desarrollo de investigaciones de diferentes disciplinas. Recurren al CMA investigadores de ésta y otras facultades de la UBA, de otras universidades e institutos y también de empresas. Además brinda cursos de formación en el uso de las técnicas de microscopía con las que trabaja.

Por otra parte, desde este año, el Centro forma parte del Sistema Nacional de Microscopía (SNM), creado en 2008 por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El nuevo organismo tiene, entre sus objetivos, establecer un registro de los equipamientos y servicios de microscopia existentes en organismos públicos del país; optimizar el funcionamiento de los equipos; promover la incorporación de nuevo equipamiento; impulsar estrategias de negociación conjunta con proveedores de equipos y servicios de mantenimiento; y contribuir a la formación de recursos humanos.

El nuevo organismo, está poniendo en marcha, además, varios programas a través de los cuales las instituciones que lo integran podrán pedir financiamiento para la reparación y adquisición de equipamiento. “En Argentina -señala Pietrasanta- hay una importante cantidad de centros con equipamiento mayor, pero hay muchos microscopios que no están funcionando porque están rotos. Y no se los puede reparar por falta de fondos. Sería muy importante poder recuperarlos”.

El SNM también cuenta con un programa destinado a proveer fondos para la formación de recursos humanos. Este punto resulta clave ya que, en numerosas oportunidades, cuando un centro adquiere un microscopio con tecnología de última generación, no existe ninguna persona, no sólo en ese centro si no en todo el país, capacitada para operarlo. “Lo ideal es apuntar a una formación en la casa matriz de la empresa que lo desarrolló. Pero, para que te des una idea, una capacitación de sólo dos días en microscopios de fuerza atómica, en la empresa Veeco, en Estados Unidos, cuesta seis mil dólares. Es imposible. Por eso me parece una iniciativa muy valiosa”, concluye Pietrasanta.

Fuente: El Cable Nro. 714

Gabriel Rocca