Foto: Diana Martinez Llaser

Me juego por la ciencia

La Facultad llevó una feria de ciencias a la colonia deportiva de la UBA para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, mostrar el quehacer del trabajo científico y transmitir la importancia que tiene la educación para potenciar el desarrollo personal y las capacidades de niños y niñas. Las actividades y estaciones interactivas propusieron recorridos que recibieron cientos de miradas atentas y curiosas.

20 de febrero de 2024

El lunes por la mañana en la colonia deportiva, que la Secretaría de Bienestar Estudiantil de la UBA organiza todos los años en el campo de deportes ubicado en Ciudad Universitaria, pasaron cosas. Los grupos Pekes, Minis, Deportistas y Juveniles –con chicos y chicas de 3 a 16 años– interactuaron de forma lúdica, y a través de propuestas participativas, con la investigación y el trabajo científico que Exactas produce diariamente.

Por primera vez el año pasado, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia –que tiene como fecha aniversario el 11 de febrero de cada año– el área de género del Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular de Exactas realizó una jornada con diversas acciones para relacionarse con la ciencia y visibilizar la figura de las mujeres científicas.

Para Verónica de la Fuente, referente de ese Departamento, doctora en Ciencias Biológicas, docente e investigadora de CONICET en el IFIBYNE “al enmarcar la actividad en esta fecha reforzamos que cualquier persona –sin distinción de géneros– debe poder hacer ciencia si es lo que le gusta. Y que los beneficios de la ciencia son para toda la población en un sentido amplio. Esto tiene que ver con cómo se genera el conocimiento y cómo diseñamos nuestros experimentos quienes hacemos ciencia”.

En la edición de este año, la Facultad consolidó la iniciativa precedente con la organización y coordinación de actividades temáticas -sobre biología, química, geología, paleontología, física, matemática, datos, computación, oceanografía y atmósfera- con estaciones participativas coordinadas por el Equipo de Popularización de la Ciencia -dependiente de la Secretaría de Extensión, Cultura Científica y Bienestar- y de la Secretaría de Promoción de la Equidad y Géneros.

Con el propósito de fortalecer los lazos con nuestra comunidad, compartir aquello que se produce en los laboratorios y motivar el derecho al conocimiento, la potencia de este evento se logró con el trabajo conjunto y la diversidad de miradas de cada uno de los espacios de la Facultad. “Cada una de estas áreas puso en juego su expertise acumulado para pensar y llevar adelante las actividades. Y creo que esta experiencia de trabajo conjunto eleva el piso de la calidad de las actividades que hacemos” afirmó Santiago Sosa, secretario adjunto de Extensión, Cultura Científica y Bienestar.

En este sentido, Ana Quaglino, doctora en Ciencias Biológicas y secretaria adjunta de Promoción de la Equidad y Géneros de Exactas enfatizó “nos pareció importante sensibilizar y reforzar con el equipo de extensionistas sobre diferentes dimensiones en las que es posible transversalizar la perspectiva de género en la comunicación pública de la ciencia en general”. Y sumó que: “Como integrantes de la comunidad de Exactas tenemos algo para reflexionar y aportar en este sentido. Aunque hay varios indicadores que vienen mejorando a lo largo de los años, aún resta realizar un gran trabajo para lograr igualdad de oportunidades en el acceso y participación plena en estos ámbitos”.

La ciencia sobre la mesa

Como sucede en diversos eventos de comunicación pública de la ciencia a lo largo del año, y con la disposición de mesas en forma circular en el microestadio del campo de deportes, los chicos y chicas de diferentes edades conocieron las características del universo y de los planetas del sistema solar, descubrieron desde los misterios de la luz hasta las particularidades de microbios, bacterias y hongos y reconocieron réplicas de fósiles (inclusive quienes quisieron pudieron llevarse un ejemplar realizado –en el momento– en yeso). Seleccionaron en qué situaciones se transmite el chagas, observaron el ciclo de vida de los animales, dialogaron sobre las corrientes y los sedimentos y se fascinaron ante las reacciones y transformaciones de los elementos según su combinación. En los stands de las actividades de programación y robótica, junto a los juegos matemáticos, se plantearon resoluciones de problemas y desafíos mentales.

Desde la organización se preparó material con el objetivo de visibilizar los derechos de las niñeces a educarse en todos sus niveles e interpelar sobre su imaginario respecto de qué estudiar cuando fueran grandes, haciendo una carrera universitaria, estudiando alguna profesión relacionada a lo que vieron en la Feria y utilizando la tecnología para mejorar su entorno.

El itinerario de iniciativas, enmarcadas en promover el acceso a la capacitación y la investigación de mujeres –dado que en Argentina de las mujeres que se inscriben a una carrera universitaria (en comparación con el 37.9% de los varones) el 18% lo hace en disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería o matemática–, recuperó las trayectorias de científicas pioneras, destacó los valiosos aportes que actualmente realiza la comunidad científica desde sus espacios de grado y posgrado e invitó a reflexionar sobre la inclusión y la disparidad de género y diversidades en el acceso a posibilidades y reconocimientos dentro de la comunidad científica.

“Este tipo de actividades cobra relevancia ya que poder llevar parte de lo que hacemos en nuestra Facultad a las infancias no solo es una oportunidad sino un deber” reforzó Santiago Sosa. Y agregó: Las vocaciones científicas son algo que se construye desde muy temprana edad. En particular, en niñas y diversidades resulta esencial estimularlo no sólo en el ámbito tradicional –que es la escuela– sino también desde otros ámbitos y de otras maneras como es la experiencia lúdica y experimental que se propone en las ferias de ciencias que llevamos adelante”.

En sintonía, para Ana Quaglino, “al poner en foco la relevancia que tiene la educación desde las infancias, la Facultad tiene el gran desafío de seguir reflexionado sobre qué quiere transmitir y cómo puede contribuir –desde todos sus espacios– a igualar las oportunidades de acceso, permanencia y trayectoria plena”.

 

Fotografías: Diana Martinez Llaser / Exactas UBA.

 

 

Paola de Titto