
Los mejores del barrio
Por tercer año consecutivo, un equipo de la Facultad integrado por estudiantes de computación obtuvo el título de Campeón Latinoamericano en una competencia mundial que se llevó a cabo en Suecia. Además, consiguieron una posición destacada entre las cien universidades participantes.
“Yo ya había estado hace dos años en esta competencia y quería volver. Pero existe una restricción por la cual nadie puede participar del mundial más de dos veces y mis compañeros de aquel equipo ya era la segunda vez que competían. Entonces tenía que ponerme en campaña para buscar gente nueva, sangre joven y con ganas, porque esta era mi última oportunidad”, cuenta divertido Alejandro Deymonnaz, que con sus 23 años, es el más “experimentado” integrante del equipo de computación que se consagró Campeón Latinoamericano en la final mundial de la Competencia Internacional de Programación ACM, llevada a cabo recientemente en Estocolmo, Suecia.
A partir de la convocatoria de Alejandro se sumaron Agustín Gutiérrez e Ignacio Rossi. Entre los tres ya se conocían por haber participado en otros torneos durante la etapa de la escuela secundaria. “Me interesó porque la competencia en sí está muy buena”, dice Agustín. “¡Sí, y porque la final se hacía en Estocolmo!”, lo provoca Alejandro. Ignacio por su parte, además de computación, estudia matemática y es justamente el encargado, dentro del grupo de resolver los problemas. “Yo ya había participado en tres olimpíadas de matemática, pero la diferencia es que ahí uno compite solo. Acá los nerds vienen en pack de tres”, se ríe Ignacio.
Una vez reunidos, comenzaron a practicar hacia mediados del año pasado, dirigidos, como todo equipo que se precie, por un entrenador. “Básicamente lo que tuve que hacer es organizar un poco a los chicos. Como hay mucho material en Internet se pueden bajar pruebas viejas que hayan tomado en competencias anteriores. Entonces los chicos se juntaban y hacían simulacros de competencia, y después con los resultados se fijaban cómo les hubiese ido”, explica Francisco Roslan, también estudiante de computación y entrenador del equipo.
Para llegar a la competencia mundial, el equipo tuvo que superar, primero, una selección interna en la Facultad y luego una instancia regional sudamericana. En ese torneo las tres plazas que se disputaban fueron ocupadas por representantes argentinos: el primer lugar fue para Exactas, el segundo para la Universidad Nacional de La Plata y el tercero para la Universidad Nacional del Sur.
La final mundial se llevó a cabo el sábado 18 de abril. Participaron 100 equipos pertenecientes a otras tantas universidades de 88 países del mundo. Tuvo lugar en un enorme salón a lo largo de cinco horas. Cada equipo contó con un escritorio y una PC y al comenzar la prueba les entregaron 11 problemas. Aquellos que resolvían la mayor cantidad de problemas en menos tiempo eran los ganadores.
“Una particularidad que tiene es que cada vez que resolvés un problema, lo mandás por la computadora, y te responden enseguida si está bien o está mal. Si está mal te penalizan con 20 minutos de tiempo extra, pero lo podés volver a mandar cuantas veces quieras. Y cuando está bien, viene un tipo con un globito con helio del color del problema que resolviste y te lo ata al escritorio”, explica Alejandro. “Cuando ves pasar los globitos y vos estás trabado con un problema te querés matar”, se divierte Agustín.
El equipo de Exactas logró resolver 5 de los 11 problemas. Con este resultado se ubicó en el lugar número 20 a nivel mundial. El primer puesto general fue alcanzado por el equipo de la Universidad de San Petersburgo, en Rusia, y el segundo, por estudiantes de la Universidad Tsinghua, de China. La actuación de Exactas fue la mejor entre todos los equipos latinoamericanos que participaron.
“Los resultados generales tardaron una hora y pico en darlos a conocer pero nosotros a los cinco minutos de terminada la prueba fuimos a preguntarles a los brasileños cuántos problemas habían resuelto. Cuando nos dijeron que habían hecho 4 ya nos quedamos tranquilos”, relata Alejandro como para demostrar que esta rivalidad trasciende en mucho las fronteras deportivas.
Un punto importante a tener en cuenta es que este resultado no constituye un hecho aislado, ni es fruto de la casualidad, dado que constituye el tercer año consecutivo en el que un equipo de la Facultad obtiene un lugar destacado en esta competencia. “Yo creo que en Argentina hay muy buena capacidad humana para obtener este tipo de resultados”, sostiene Francisco. “Para mí lo importante es que va formándose una tradición. En este equipo lo teníamos a Francisco que había participado ya dos veces en esta competencia y yo también ya había intervenido. Esa experiencia se transmite y ayuda un montón. Cuando competí hace dos años el entrenador de ese momento también había participado con muy buenos resultados. Creo que se va haciendo una cadena y está muy bueno”, afirma Alejandro.
Ante semejantes declaraciones de sus compañeros, a Ignacio y Agustín no les quedan muchas alternativas: van a tener que tomar la posta y armar un equipo para volver a competir el año que viene. “Y sí, vamos a tener que poner un aviso que diga: se busca nerd…(risas). No, en serio, tenemos la intención de encontrar a alguien más, entrenar juntos y volver a participar a ver qué pasa”, asegura Agustín. Los rumores indican que Alejandro sería el nuevo entrenador. Consiguieron mucho, van por más.
Fuente: El Cable Nro. 718