La vuelta al labo

La Facultad está transitando el retorno a las tareas de investigación, que se encontraban detenidas desde marzo. La vuelta a laboratorios y oficinas se está dando a partir de estrictos protocolos sanitarios que prevén pautas para el ingreso, circulación, uso de los espacios e interacción entre personas.

30 de noviembre de 2020

Después de ocho meses de confinamiento, los pabellones de Exactas están volviendo a cobrar actividad. Todavía de manera moderada, desde los primeros días de noviembre algunos grupos de investigación comenzaron a retomar tareas en los laboratorios y oficinas de los departamentos docentes e institutos.

El retorno se inició de acuerdo con lo permitido por el paso a la etapa de Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio, dispuesto por el Gobierno Nacional. La Facultad determinó las nuevas pautas de funcionamiento en sintonía con lo resuelto por el rectorado de la Universidad de Buenos Aires, que dispuso apertura de los establecimientos sin acceso de estudiantes ni público general a partir del 9 de noviembre, habilitando actividades administrativas y tareas de investigación que requieran presencialidad.

En Exactas, las autoridades decidieron abrir algunas actividades de investigación que justifiquen la urgencia de su retorno, de acuerdo a los cupos máximos de personas por espacio físico -los denominados “aforos”- y bajo estrictos protocolos sanitarios. Por el momento, se encuentran autorizadas para ingresar 180 personas, de las cuales 125 son investigadoras e investigadores.

Todo con protocolo

Si bien la vuelta representa una mínima parte de la actividad normal de la Facultad, significó un gran esfuerzo de gestión para establecer las condiciones sanitarias apropiadas. Entre otras tareas, este primer paso requirió elaborar protocolos, desarrollar sistemas informáticos para el control de acceso, adquirir equipamientos, insumos sanitarios, probar productos y dispositivos para sanitización, desarrollar cartelería, acondicionar espacios, capacitar al personal de Seguridad y Control y de Servicios Generales, además de la tarea de coordinación permanente con los departamentos e institutos para definir aforos, ingresos y el seguimiento de los protocolos.

“Todo el mundo que está entrando a la Facultad tiene perfectamente definido por qué entra, adónde va y quién lo autorizó. Cada departamento, cada instituto, cada sector, tiene determinado un aforo que se debe respetar, eso nos permite controlar la cantidad total de gente en cada uno de los edificios”, explica el vicedecano, Luis Baraldo.

Todo aquel grupo de investigación que requiera volver a la actividad, se lo indica a la dirección de su departamento, se procede a evaluar el pedido y, en caso de ser aprobado, se establece día de la semana y franja horaria en que podrán ingresar las personas afectadas a las tareas de investigación. Además de la aprobación, quien desee ingresar deberá completar una declaración jurada online (por una única vez) y leer los protocolos que se cuadren en su actividad. Tanto los protocolos como la declaración jurada y demás información sobre COVID-19 se pueden consultar en el micrositio del Servicio de Higiene y Seguridad de la Facultad.

Quienes regresen a los pabellones de Exactas se van a encontrar con cartelería con indicaciones de circulación en los pisos y escaleras (las hay habilitadas para subir y otras para descender), con el aforo, ubicado en las puertas de oficinas, laboratorios y ascensores, y cartelería de procedimientos de prevención en baños y en sectores donde hay equipos de uso común.

Volver seguros

Cuando la investigadora, el investigador o el personal no docente ingrese a cualquiera de los edificios de Exactas se debe presentar en los sectores de ingreso, donde es recibido por personal de Seguridad que mide su temperatura, higieniza sus manos y, posteriormente, chequea su autorización en el sistema. Para agilizar más el ingreso, está disponible la opción de solicitar una tarjeta que permite escanear los datos para el ingreso.

Este registro que plantea la Facultad permite conocer ingresos, egresos, itinerarios y usos de los espacios por cada persona autorizada, lo que hace posible, en caso de que alguien presente síntomas de COVID-19, hacer el rastreo de contactos estrechos porque es posible saber en qué sector estuvo, por cuánto tiempo, por dónde transitó y con qué personas compartió el lugar.

“Lo que queremos es que la gente que venga a trabajar a la Facultad se sienta en un ambiente lo más seguro posible”, indica el vicedecano y agrega que “tratamos de anticipar todas las situaciones posibles”. Un ejemplo de esto es el consentimiento que se presta en la declaración jurada de aislamiento en un espacio destinado para tal fin en caso de detectarse fiebre. Al respecto de la detección, Baraldo subraya que “es fundamental que quienes accedan se comprometan a informar si presentan síntomas, eso nos permite rastrear los contactos estrechos y el control del acceso evita que los casos sospechosos ingresen al edificio. Esto minimiza el ingreso de casos sospechosos a los edificios”.

Por el momento, los ingresos aprobados son únicamente aquellos solicitados por los Departamentos e Institutos, de acuerdo con los criterios definidos por cada uno. También pueden ingresar (pero no permanecer) las y los estudiantes que se acerquen al Pabellón 2 a retirar o devolver libros de la Biblioteca Central.

 

 

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