Identifican una alteración sexual en caracoles costeros

La masculinización de ciertos moluscos hembras por tóxicos es mayor en las zonas de intenso tráfico marítimo, según un relevamiento científico realizado a lo largo de los 4700 kilómetros costeros, desde Mar del Plata hasta Lapataia, cerca de Ushuaia.

30 de junio de 2009

Los caracoles, esos moluscos inofensivos, diseminados por las costas argentinas sufren en carne propia los efectos de la contaminación marina. Compuestos de ciertas pinturas náuticas les altera la sexualidad. Es que las hembras de algunas especies toman caracteres masculinos. Este fenómeno conocido como impostación sexual o imposex se registra en distintos puntos del país de acuerdo con un estudio efectuado a lo largo de los 4700 kilómetros costeros, desde Mar del Plata en la provincia de Buenos Aires hasta Lapataia, cerca de Ushuaia, en Tierra del Fuego.

“Tras el relevamiento realizado en todo el litoral atlántico advertimos que el problema de imposex estaba sumamente difundido, sobre todo en sitios con importante tráfico marítimo”, precisa el doctor Pablo Penchaszadeh, investigador Superior del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, quien llevó adelante esta seguimiento en 2008 junto con colegas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Dr. Maximiliano Cledón-CONICET), Centro Nacional Patagónico de Puerto Madryn-CONICET (dirigidos por el Dr. Gregorio Bigatti), y del Centro Austral de Investigaciones Científicas de Ushuaia-CONICET (dirigidos por la doctora Elba Morriconi) y los estudiantes de doctorado Andés Averbuj, Mónica Premost, Valeria Teso y Soledad Zavala.

Ellos analizaron 1805 ejemplares de una docena de especies de gasterópodos marinos y observaron, en algunos casos, cambios llamativos de aspecto. “Las hembras de algunas especies toman caracteres masculinos. Es decir, desarrollan un pene que le obtura la vagina. No es una reversión sino una impostación sexual e impide la reproducción”, relata el Penchaszadeh. ¿Qué es lo que causa esta alteración? “Compuestos contaminantes presentes en el agua como el tributil-estaño (TBT), que es utilizado como biocida en pinturas anti-incrustrantes con las que se protegen los barcos y los muelles. Este compuesto tiene una vida media de nueve meses en el agua y de cinco años si queda atrapado en los sedimentos”, agrega el especialista, honrado con el premio Caballero de las Palmas Académicas de la República Francesa en 2007.

El estudio determinó qué especies de caracoles son más sensibles a la contaminación del TBT y cuáles no. “Esto es importante para poder hacer diagnósticos de salud ambiental e identificar especies sensibles a determinados compuestos químicos. Así, si se encuentra una población afectada, inmediatamente se sospecha que se está en presencia del contaminante”, subraya Penchaszadeh, sobre el trabajo que fue aprobado para su publicación recientemente por la prestigiosa revista inglesa Bulletin of Marine Pollution.

Todo empezó en Mar del Plata

El descubrimiento en la Argentina de este fenómeno es relativamente nuevo. “En el 2001, -recuerda Penchaszadeh- un estudiante de mi laboratorio, Andrés Averbuj, investigando la reproducción de unos caracoles en la zona de Mar del Plata, no encontraba hembras. “Son todos machos”, informaba, y yo le decía: “Mirá bien…” Pero insistía en su observación. Por esa época yo asistí a un congreso científico en el que se presentó una ponencia sobre impostación sexual en caracoles. ¿Sería posible que estuviéramos ante esa situación en los caracoles de Mar del Plata? Así fue, en efecto. En la población marplatense de los caracoles estudiados no había hembras en condiciones de reproducirse, porque su vagina estaba obturada por un pene. Parecían todos machos. Las hembras ni podían copular ni podían evacuar sus huevos y reproducirse, y era una población sólo de individuos viejos. Era la primera vez que se encontraba tal fenómeno en la Argentina”.

Desde entonces a la actualidad los casos hallados se multiplicaron. “La masculinización en moluscos marinos ha sido documentada para más de 200 especies de caracoles en el mundo”, historian los doctores Bigatti y Penchaszadeh, al tiempo que precisan: “Este fenómeno es dosis-dependiente, por lo que a mayor concentración de TBT, mayores efectos de imposex”.

El pormenorizado estudio realizado en toda la costa argentina arrojó que en general este fenómeno estaba relacionado con el movimiento de embarcaciones navieras. “En las cercanías de los puertos con mas alto tráfico marítimo de la Patagonia como Puerto Deseado,Ushuaia, Puerto Madryn y San Antonio existe un mayor índice de imposex que en aquellos que muestran menor actividad. En las zonas prístinas el porcentaje de imposex fue nulo”, comparan.

Este panorama debe ser tenido en cuenta por las autoridades locales y regionales a criterio de los investigadores para “crear políticas que eviten el uso de estos contaminantes y encaren la investigación de componentes anti-incrustantes que estén libres de TBT para su uso tanto en Argentina como en otros países sudamericanos”.

Fuente: Publicado en La Nación el 30/06/2009

Cecilia Draghi