Fotografía: Luiza Cavalcante.

Género y ciencia en la Universidad

GenEx Abierto fue un encuentro para conversar y reflexionar colectivamente sobre la igualdad de género en Exactas con foco en los ámbitos académicos y de investigación compartidos como comunidad.

18 de julio de 2025

Se llevó a cabo en la Facultad la actividad GenEx Abierto, una propuesta que se estructuró en torno a dos actividades grupales complementarias con un objetivo común: construir y fortalecer los espacios de convivencia como el “Programa por la Igualdad de Género” y las políticas institucionales que lleva adelante la Facultad a través de la Secretaría de Equidad de Género (Sequigen).

La primera actividad fue una instancia participativa que reunió a docentes, nodocentes y estudiantes con el objetivo de promover el intercambio de sugerencias, ideas y propuestas, dar a conocer al equipo de GenEx, visibilizar sus áreas de abordajes y el funcionamiento del “Protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual en la Universidad de Buenos Aires”.

“La idea fue generar un espacio de escucha e intercambio. No solo para dar a conocer cómo funciona nuestro equipo, sino también para compartir cómo trabajamos. Y, sobre todo, que pudieran acercar sus dudas e inquietudes”, enfatizó Ana Quaglino, secretaria adjunta de Promoción de la Equidad y los Géneros de Exactas. Y agregó: “Siempre vamos a querer crecer en participación para construir estos cambios culturales de forma colectiva. Cuanto más crezcan las dinámicas abiertas de diálogo, más se enriquecen los espacios de convivencia, promoviendo la integración e igualdad”.

La segunda parte del encuentro estuvo dedicada a la presentación de una investigación reciente (2024) sobre carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) con enfoque de género, realizada por la Cátedra Regional UNESCO Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina (FLACSO-Argentina), con la coordinación de la investigadora Gloria Bonder y con el apoyo de la Comisión Nacional Argentina de Cooperación con la UNESCO (CONAPLU).

El eje de la investigación fue conocer cómo percibe y se posiciona la comunidad docente ante la incorporación de la perspectiva de género en los contenidos curriculares. Los resultados fueron presentados por Anabella Benedetti, investigadora e integrante del equipo coordinador de la Maestría en Género, Sociedad y Políticas (FLACSO), y Carolina Spataro, investigadora del CONICET con sede en el Instituto Gino Germani (UBA).

Ambas señalaron que las desigualdades entre mujeres, varones y diversidades sexo-genéricas se evidencian en el acceso a recursos y oportunidades en ámbitos como la educación, el trabajo, la salud y la participación política. Para el análisis, se relevaron seis espacios de formación universitaria (seleccionados con un criterio federal) mediante entrevistas en profundidad a docentes y responsables de políticas de equidad.

En ese marco, Exactas representa el 49% de los datos recolectados, seguida por en un 18,2% por el Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en un 23,7%. El 9,1% restante corresponde a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), al Observatorio de Género y Derechos Humanos de la Universidad del Chubut (UDC) y la Secretaría Académica de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO).

Miradas, desafíos y resistencias

La singularidad de Exactas en esta temática se inscribe en una trayectoria institucional sostenida. En los años ‘90 la creación de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT) –impulsada por la química Ana Franchi junto a Diana Maffía y Silvia Kochen, entre otras– constituyó un hito al ser una plataforma reivindicativa que permitió reunir a investigadoras y docentes de diversas institucionales.

Además, desde 2007, los grupos de trabajo del Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (CEFIEC) llevaron adelante líneas de investigación relacionadas con la perspectiva de género en la formación en distintas materias de los profesorados. En 2016 se creó el Programa GenEx y en 2022 la Secretaría de Promoción de Equidad y Géneros (Sequigen) junto a la Secretaría Académica comenzaron un trabajo articulado con cada departamento docente para incorporar la perspectiva de género en las currículas y bibliografías.

“A pesar de ser datos preliminares, representan ampliamente a nuestra comunidad. No solo por las 269 respuestas obtenidas, sino por la riqueza de los comentarios”, destacó Quaglino. Y amplió: “Contar con información sobre nuestra propia comunidad es clave para pensar y ejecutar nuestras políticas institucionales. Es un camino que empezamos con la primera encuesta sobre violencias de género en Exactas”.

Las carreras STEM poseen un rol clave en el desarrollo tecnológico e innovador para el crecimiento de las economías nacionales y regionales. Según datos de UNESCO, sólo el 33,3% de las investigadoras en el mundo trabajan en STEM, y solo el 35% de las y los estudiantes son mujeres. Persisten estereotipos de género que asocian determinadas carreras con un perfil masculino o femenino. Mientras computación, ingeniería eléctrica o petróleo continúan muy masculinizadas, áreas como matemática muestran cierto cambio.

La investigación de Benedetti y Spataro invita a repensar las STEM como espacios más igualitarios y colaborativos, y pone en cuestión las resistencias que persisten al incorporar perspectiva de género en los contenidos curriculares. Pero también sobrevoló en ellas que la sensibilización podría plantear desafíos o resistencias. ¿Cuáles son esas resistencias? ¿Qué significan? ¿Cómo se podrían superar?

Las indagaciones ahondaron en observar: cómo valoran las y los docentes la integración del enfoque de género, cómo responden a cuestionamientos estudiantiles sobre el punto de vista epistemológico sesgado, y si existen políticas institucionales claras para modificar las currículas. Ante este amplio abanico de respuestas apareció una definición a desglosar: “El hueso duro de roer”.

Avances y tensiones

Por un lado, al indagar si existen obstáculos que limiten la participación de las mujeres en STEM, el 54% identificó acordar totalmente en que el desarrollo de sus carreras se ve limitado por las responsabilidades de cuidado, la dificultad para acceder a puestos jerárquicos y, sobre todo, los desafíos para sostener trayectorias profesionales. Un 36% opinó acordar parcialmente en la existencia de cambios aún lentos.

Sobre la valoración de ciertas acciones se observa que: el 60,2% consideró muy importante implementar estrategias didácticas para una participación igualitaria y un 28,7% importante. El 45% valoró como muy importante revisar los contenidos para evitar reproducir estereotipos y el 31,3% lo juzgó importante. El 39% vio importante incluir la temática en los objetivos curriculares para revertir las desigualdades y el 33,1% lo observó muy importante.

En contraste, ante la promoción del uso del lenguaje no sexista un 69,9% lo vio importante, mientras que un 16,3% lo consideró poco importante. Y al preguntar por la integración de bibliografía y contenidos con perspectiva de género: un 65,8% lo consideró importante y un 22,7% poco importante.

Del análisis emergen dos dinámicas contrapuestas: una facilitadora que impulsa demandas de abajo hacia arriba en la voz de ayudantes, auxiliares o estudiantes; sensibilidad de la comunidad científica para pedir asesoramiento y voluntad institucional para dar respuestas a las inquietudes. Y otra obstaculizadora que argumenta una incompatibilidad disciplinar sobre los contenidos de las materias; una falta de tiempo para formarse y una falta de recursos para incorporar profesionales con expertise.

“Leímos datos de personas que de alguna manera tienen alguna sensibilización de género, pero también hay que ver qué pasa adentro. Porque hay posiciones muy claras pero pueden aparecer resquemores ante ciertas propuestas”, reflexionó Benedetti. “Especialmente, en este contexto nacional, aparece como un campo polarizado, pero en realidad es muy heterogéneo”. Finalmente, para Spataro, la publicación de este informe puede tener un efecto multiplicador dado que “puede motivar a otros equipos a construir esta agenda con recursos humanos y económicos disponibles de acuerdo las posibilidades de cada institución”.

Paola de Titto