Fotografía: Diana Martinez Llaser.

Finalizó la remodelación del comedor del Pabellón 1

El miércoles 19 de marzo, el comedor del Pabellón 1 reabrió sus puertas luego de más de dos meses de intensas obras de remodelación. La renovación, que implicó una inversión de casi 287 millones de pesos, abarcó mejoras en la infraestructura eléctrica, sanitaria y de gas, además de la renovación de la cocina, extractores, mesadas, vestuarios, rampas y depósitos.

21 de marzo de 2025

El comedor del Pabellón 1 reabrió sus puertas el miércoles 19 de marzo después de una importante remodelación de sus instalaciones. La obra, que comenzó el 2 de enero y se llevó a cabo durante el verano para no interferir con el ciclo lectivo, finalizó el sábado 15 de marzo y estuvo bajo la supervisión de la Secretaría Técnica de la Facultad.

Las mejoras realizadas abarcaron varios aspectos fundamentales: se instalaron mesadas de acero inoxidable y granito en la cafetería, se renovó el sistema de extracción de aire, se repararon los motores de ventilación y se implementó un nuevo sistema de desagüe para prevenir obstrucciones. Además, se construyó una cocina exclusiva para la preparación de alimentos aptos para personas con celiaquía, se incorporó un espacio con lavadoras industriales y se renovó por completo la instalación eléctrica, incluyendo térmicas y tableros nuevos. 

También se instalaron heladeras empotradas bajo mesada de acero inoxidable, termotanques de última generación, se renovaron los vestuarios con duchas para el personal y se amplió el depósito, incorporando rampas y barandas para facilitar el acceso de mercadería y personas con movilidad reducida, a la vez que se colocó cemento alisado en sus pisos para facilitar la limpieza. 

La superficie total intervenida fue de aproximadamente 200 metros cuadrados. Los trabajos fueron realizados por la empresa Infraestructura Básica Aplicada S.A. y requirieron una inversión superior a los 287 millones de pesos, de los cuales 230 millones fueron otorgados por la Universidad de Buenos Aires como fondos adicionales para remodelaciones especiales. El resto de la inversión fue financiado por la Facultad a través de la Fundación Ciencias Exactas y Naturales (FUNDACEN), especialmente para la compra de las mesadas y heladeras, que quedarán como patrimonio de la Facultad al finalizar la concesión de la empresa Maximia, encargada de gestionar el comedor desde 2023.

“El día que Maximia se vaya, lo único que se llevaría son las cocinas, el horno pizzero y una freidora. Eso es de ellos. Pero el resto queda para la Facultad. De ahí la importancia de esta obra”, señala Nicolás Pregi, secretario técnico de la Facultad.

El rediseño de la cocina optimiza los procesos operativos y cumple con las normativas bromatológicas vigentes. Al respecto, se establecieron circuitos diferenciados para la manipulación de alimentos y se incorporaron áreas específicas para el lavado de verduras y carnes, lo que evita la contaminación cruzada. 

En este sentido, Pregi destacó: “nos asesoramos con la empresa Poyín, especializada en mesadas de acero inoxidable, porque más allá de lo estético, el acero inoxidable se limpia mejor y no deja restos de comida. También trabajamos con el Servicio de Higiene y Seguridad, que se encargó de los matafuegos y de supervisar la parte bromatológica”.

Aunque la remodelación mejoró considerablemente el funcionamiento del comedor, aún se están llevando a cabo algunos ajustes menores en el sistema eléctrico. Sin embargo, los servicios esenciales como agua, gas y electricidad ya están operativos desde la reapertura. 

Según Pregi, «en estos casos, existe un fondo de reparo que no se le paga a la empresa constructora hasta que se certifique que todo está en orden. Estamos evaluando el funcionamiento general para dar oficialmente por concluida la obra. Actualmente firmamos un acta de recepción provisoria, en la que se dejan algunos puntos por observar, pero estuvimos hablando con la gente de Maximia y están muy conformes con las obras». 

Esta remodelación se considera una de las obras de infraestructura más relevantes de los últimos años en la Facultad, mejorando las condiciones del servicio de alimentación para toda la comunidad académica. Además, ya se están evaluando mejoras similares para el comedor del Pabellón 2 aunque, debido a su mayor superficie y complejidad espacial, esta remodelación requerirá una planificación más exhaustiva y una inversión superior.

Javier Massa