En carrera

Con el objetivo de formar recursos humanos sólidamente capacitados en el desarrollo y la implementación de tecnologías de base biotecnológica en escala productiva, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) lanzaron, luego de un trabajo conjunto de dos años, este nuevo postgrado.

2 de junio de 2009

Con la presencia de las máximas autoridades, el jueves pasado quedó oficialmente inaugurada la carrera de postgrado de Especialización en Biotecnología Industrial a cargo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), tras dos años de un trabajo conjunto de las dos instituciones en busca de conformar una propuesta de capacitación para preparar recursos humanos en temas relacionados con el desarrollo y la implementación de tecnologías de base biotecnológica en una escala comercial.

“Creemos firmemente que podemos desarrollar una industria biotecnológica en la Argentina en sus múltiples vertientes y eso requiere de profesionales adecuadamente preparados”, enfatizó Lino Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva durante el acto de lanzamiento oficial de esta flamante especialización, al tiempo que recordó: “Nuestra facultad dio ejemplos de que esto es posible, en los años 50 ó 60, cuando sus egresados sentaron las bases de la industria química, mucho de ello todavía existe. Los tiempos han cambiado, y la biotecnología es una de las áreas en la que es posible reproducir un fenómeno similar”.

A la satisfacción por esta nueva iniciativa expresada por el titular de la cartera científica se sumaron en sentido coincidente las palabras del decano de Exactas, Jorge Aliaga; así como los directivos del INTI, Cesar Zunini, Director del Programa de Desarrollo -quien acudió en representación del presidente, Enrique Martínez-; y Alberto Díaz, director del Programa de Biotecnología.

“Esta maestría -resaltó Aliaga- es distinta, en alguna medida, porque muchas veces surge de un grupo de docentes. En este caso fue al revés, nosotros recibimos una demanda, en este caso del INTI, y convocamos a acercar propuestas, nombres y demás a los docentes de todos los departamentos que nos parecía que tenían alguna pertinencia. Fue muy productivo porque se sumaron todas las distintas experiencias y se armó una propuesta muy interesante. De alguna manera, la oportunidad del postgrado se observa porque se ha logrado un número importante de alumnos interesados en cursarlo. Esto es muestra de que había una necesidad y que el trabajo se hizo muy bien”.

Por su parte, desde el INTI, Díaz memoró los primeros pasos para crear esta especialización en forma conjunta con nuestra casa de estudios. “Hace menos de dos años que empezamos a charlar. De nuestro lado, sabemos que existe una necesidad en cuanto a la formación de un tecnólogo en la parte biológica, o un biólogo ingeniero”, remarcó, y enseguida agregó, “el INTI no se ocupa de formar gente como lo hacen las facultades y ahí se nos ocurrió contactar a Exactas”. Mas adelanté sintetizó: “Simplificando mucho es como si la facultad fuera para nosotros, el área de investigación y nosotros (el INTI) el área de desarrollo. Obviamente es una simplificación pero es una muy buena complementación que nos puede servir para seguir adelante”.

Precisamente para llevar adelante el área de desarrollo de la maestría, Zunini anticipó que “ya tenemos prácticamente listo para inaugurar en los primeros días de agosto la Planta Piloto de Bioprocesos del INTI-Biotecnología”. Se trata de un área de 350 metros cuadrados, en un primer tramo, que incluye zonas bien diferenciadas como un área de fermentación y cultivo celular masivo; un área de purificación; y un área de control de calidad microbiológico y de biología molecular, entre otras.

Sin ocultar las expectativas y la confianza ante este proyecto en marcha, el ministro Barañao subrayó: “Estamos convencidos de que es posible crear riqueza en el país a partir del conocimiento, riqueza no entendida en su connotación de lucro desmedido sino de prosperidad, de posibilidad de crear puestos de trabajo de calidad. Esta es, quizás, la principal demanda de la sociedad que tiene como nueva forma de inclusión social la creación de empresas de base tecnológica. Para que esto ocurra es necesario preparar a nuestros egresados de forma acorde y esto requiere actualizar no sólo la parte curricular sino también la infraestructura necesaria”.

A clase, en junio

“¿Esta nueva iniciativa tiene antecedentes en el país?”, se le consultó a la directora de la flamante carrera, Miryan Cassanello, investigadora del PINMATE-Departamento de Industrias, de esta casa de estudios; y a la directora adjunta, María de los Ángeles Cappa, de INTI-Biotecnología. “Hay carreras de grado y de postgrado en biotecnología pero mayoritariamente orientadas hacia la biología molecular aplicada. Esta carrera busca fortalecer la etapa posterior de desarrollo de un proyecto productivo. En realidad, a partir de la respuesta masiva que hemos tenido de interesados, creemos que hay una cierta área de vacancia en la oferta de capacitaciones en este sentido”, destacó Cassanello.

Asimismo, Cappa coincidió en que la mayor parte de las propuestas existentes están orientadas a la parte molecular, en cambio esta carrera “pretende ver la biotecnología industrial en el desarrollo productivo, es decir, a partir de que uno tiene una buena idea desde la investigación cómo hacer para llevarla a una etapa productiva. Para eso hay que pasar por una etapa piloto y ahí interviene la planta de bioprocesos del INTI. Se va a intentar capacitar y formar a la gente en el escalado de los procesos biotecnológicos”.

El lanzamiento de esta iniciativa es fruto de un intenso trabajo previo. “Esta especialización -indica Cassanello- se crea a partir de un diagnóstico que realizó el INTI, en base a una consulta a empresas que tienen algún proceso cuya tecnología es de base biotecnológica, que detectaba cierta vacancia de recursos humanos para la implementación de procesos biotecnológicos en una escala industrial. A partir de ese diagnóstico, el INTI decidió montar una planta piloto de bioprocesos que disminuyera el riesgo que implica probar un desarrollo hecho en el laboratorio en una escala de mayor capacidad”.

Esa infraestructura se “inaugura el 4 de agosto en el INTI”, precisa Cappa y detalla que “tiene características particulares porque es multipropósito con áreas clasificadas, equipamiento de última generación, validable a futuro. Estas condiciones hacen esta planta única en el sector público”.

Con una carga horaria de 488 horas a lo largo de un año, esta carrera que otorga el título de Especialista en Biotecnología Industrial de la Universidad de Buenos Aires tiene una amplia salida profesional. Por ejemplo, puntualiza Cassanello: “En empresas que empleen procesos de base biotecnológica para el desarrollo de sus productos. Fundamentalmente, se usa en el sector farmacéutico, que es el motor del desarrollo biotecnológico por el precio de los productos, pero también puede haber procesos biotecnológicos en empresas de alimentos, de limpieza, de cosmética, textiles, en la producción de combustibles y para el tratamiento de efluentes”. El abanico es muy variado porque “la biotecnología -subraya Cappa- es una tecnología de carácter “horizontal”, es decir, que impacta en distintas industrias y en sus procesos productivos”.

Para simplificar, se los suele denominar con colores de acuerdo a los diferentes sectores de aplicación: biotecnología roja -medicina y medicamentos-; verde – agro-alimentos-; blanca -industria general: productos químicos, nuevos materiales, biocombustibles-; y azul -organismos marinos-.

En la Argentina, de acuerdo con un análisis del sector que abarca 71 empresas biotecnológicas, se encontró que las mismas facturan alrededor de mil millones de pesos anuales, y emplean a poco más de cinco mil personas altamente capacitadas. Por su objeto, las empresas biotecnológicas tienen una fuerte vocación en innovación, según se indica desde los fundamentos de esta nueva especialización que tendrá dos sedes de cursada. Una de ellas es el Pabellón II de Ciudad Universitaria, y la otra el INTI, en General Paz y Constituyentes.

La carrera, que apunta tanto a formar recursos humanos que requieren las empresas ya existentes como también a que sus graduados puedan desarrollar nuevos emprendimientos, culmina con un proyecto supervisado por un profesor, que debe ser presentado y defendido ante un jurado de profesores designado por el Comité Académico. “Alternativamente pueden darse una práctica profesional supervisada o puede hacerse dentro de un convenio vinculación con alguna empresa”, indican.

Entre los objetivos propuestos se propone que el egresado adquiera un panorama actualizado de las metodologías y los avances en las diversas ramas que involucra la biotecnología industrial y que tenga acceso a un contacto personal con profesionales que ya trabajan en el sector. Con muchas expectativas, tras casi dos años de preparativos, finalmente este lunes 1º de junio comenzó a dictarse este nuevo postgrado. Biotecnología industrial ya está en carrera.

En pocas líneas
La nueva carrera de postgrado comenzó a dictarse el pasado lunes 1º de junio.

Las clases tienen lugar, mayoritariamente, cuatro veces por semana de 18 a 22 horas.

Una parte se cursa en Exactas y otra en la Planta Piloto de Bioprocesos del INTI, de avenida General Paz y Constituyentes.

La especialización dura dos cuatrimestres (un año) y tiene una carga horaria de 488 horas.

Está dirigida a graduados de universidades nacionales, provinciales o privadas autorizadas por el Poder Ejecutivo Nacional, o del extranjero que posean título equivalente, en Licenciatura en Ciencias Químicas, Ciencias Biológicas, Biotecnología, Ciencia y Tecnología de Alimentos, Bioquímica, Farmacia, Agronomía, Veterinaria, Ingeniería Química, Ingeniería Industrial, Ingeniería de Alimentos, y carreras afines, cuya duración no sea menor de cuatro años.

Esta propuesta se encuentra estructurada a partir de 5 materias iniciales de articulación y de 20 materias de especialización, encuadradas en ciencias básicas, tecnología, economía y regulaciones.

Aranceles para estudiantes argentinos: matrícula de 600 pesos y 10 cuotas mensuales de 600 pesos.

Para mayor información, dirigirse a cebi@de.fcen.uba.ar

Fuente: El Cable Nro. 718

Cecilia Draghi