
El clima local
El DCAO acaba de incorporar una estación meteorológica automática. Fue instalada en el predio del Bioterio y ya está volcando información a la web cada 10 minutos. Se usará con fines educativos, de investigación y está previsto que se constituya en herramienta para dar a conocer las carreras del Departamento en los colegios secundarios.
Desde hace pocos días, todo aquel que circule por el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos (DCAO) de Exactas se cruzará casi inevitablemente con una consola con datos meteorólogicos. La pantalla de la consola muestra datos como temperatura, sensación térmica, humedad, presión y velocidad del viento, que se actualizan cada diez minutos. Esa información proviene de la novísima estación meterológica instalada por el Departamento en el predio del Bioterio Central, que también la vuelca a la web para que sea consultada en forma libre. “Los departamentos de meteorología de todo el mundo tienen al menos el apoyo de una estación meterológica en su campus, esto es una fuente de motivación para los alumnos y para los docentes, por eso me parece muy importante que contemos con este equipamiento”, indica Celeste Saulo, directora del DCAO, quien se estusiasma proyectando que la nueva estación “va a generar estudios estadísticos, prácticas de docencia y también promover actividades de extensión”.
Alberto Flores es docente e investigador del Departamento y también es un entusiasta. “Con este equipo, tener el dato en la computadora rápidamente, la posibilidad de interrogar a distancia, es sencillísimo. Es de lo más nuevito que hay en el país; los sensores son muy buenos, yo los vengo probando en proyectos propios”, afirma con la solvencia que le otorga ser especialista en instrumentos de medición.
La estación es completamente automática, no requiere que ningún humano tome los registros, su sistema los envía en forma remota a la consola instalada en el Pabellón II. Las variables que mide son las clásicas: temperatura, humedad, lluvia, viento y presión, e incluye el software que permite automatizar la presentación de datos a través de internet. Pero esto puede ser solo el comienzo, “si quisiéramos, por ejemplo, medir la evapotranspiración, le podemos agregar un sensor de radiación solar. Se compra y se enchufa. Es una estación que permite ser actualizada fácilmente”, sostiene Flores, quien se detiene en el tema de los sensores: “En los últimos años se han optimizado mucho porque es un tema delicado, si un sensor se rompe o deja de funcionar correctamente se puede cambiar en forma inmediata por otro y eso vale mucho porque si perdés el dato meteorológico no lo recuperás más; ocurrió aquí, ahora y nunca más. Tienen que ser muy confiables”.
Hasta la llegada de la nueva, la Facultad contaba con una estación tradicional sin mantenimiento rutinario y caída en la obsolecencia, y también con una automática, pero funcionando a medias y sin la posiblidad de enviar los datos de manera remota. Por eso Saulo destaca que “con la nueva estación recuperamos la posibilidad de monitorear la condición actual”. Al respecto, Flores planea mostrar el cambio de registro a sus alumnos: “Por ejemplo, uno quiere trabajar sobre una tormenta que está ocurriendo en el momento, entonces se la setea para que registre datos cada cinco minutos o cada un minuto y puede ir viendo en la pantalla lo que está pasando. Podemos mirar la tormenta por la ventana y por la pantalla. Podemos ver los cambios de la intensidad de la lluvia, de la rotación del viento, los cambios en la presión cuando cae el chaparrón, eso es muy interesante”.
Por su parte, el técnico Gustavo Pittaluga explica el valor de las estaciones automáticas: “Acá no tenés el observador que va tres veces por día, mide, anota en un papel, lo tipea, lo manda con el código y, si se equivocó, tenés toda una cadena de errores. Los sensores cortan esa cadena”, afirma y, al mismo tiempo, rescata que todavía existen registros –la presencia de neblina, por ejemplo– que tienen que ser necesariamente tomados por personas. “Esta estación viene a aportar una opción más a la hora de acceder a datos del tiempo, lo puede usar mucha gente de acá y también de fuera de la Facultad”, indica el especialista.
Este nuevo instrumento, que aporta tanto a la docencia como a la investigación, fue adquirido por el DCAO, en parte, con el aporte económico de la Secretaría de Extensión, Graduados y Bienestar de la Facultad. Este aporte provino de fondos del Programa de Acciones Complementarias Becas Bicentenario, que abastecen actividades de extensión y, más particulamente, aquellas que sirvan como promoción a las carreras científicas. “Tener un buen registro de datos propios nos permite invitar a docentes secundarios a que aborden proyectos sencillos con los chicos a partir de esa información, por ejemplo. Entendemos que estas acciones pueden mejorar la comprensión de la utilidad de nuestras carreras”, sostiene Saulo, quien propone que esta herramienta “puede ser también de utilidad para crear nueva vocaciones.
LA ESTACIÓN ON LINE |
En la web http://estacion.at.fcen.uba.ar pueden consultarse los datos actualizados cada 10 minutos y también los registros de la última semana de los datos actualizados cada 30 minutos. La información acumulada que no esté disponible en la web puede solicitarse por mail a: banco@at.fcen.uba.ar |
Fuente: El Cable Nro. 802