Dos décadas equiparando derechos

El programa de becas Sadosky de la Facultad cumple 20 años. Su rol es clave para que una gran cantidad de estudiantes se gradúen e inicien una carrera profesional o de investigación. La importancia de brindar oportunidades y las historias que hubiesen quedado truncas si no se reconociera el derecho al acceso y la permanencia en la universidad.

17 de noviembre de 2023

Iván está haciendo su doctorado en el área de neurociencias. Contó con una beca Sadosky desde el segundo año de su cursada de licenciatura hasta que se graduó. Estuvo a punto de abandonar todo: “No tenía plata ni para pagar el colectivo”, cuenta.

Su relato es el de muchos y muchas: las condiciones materiales pueden dificultar y hasta impedir el acceso a la universidad. La exigente carga horaria y el tiempo necesario para estudiar no siempre coinciden con las necesidades del hogar, la familia y la economía personal. No importan las ganas ni la vocación. “Siempre tuve pasión por esto, no quería hacer otra cosa”, expresa Iván al recordar aquellos días.

Hoy investiga sobre enfermedades neurodegenerativas, particularmente Alzheimer, utilizando herramientas de aprendizaje automático “para entender cómo funciona la enfermedad en el cerebro, en el habla, y relacionar todas esas cosas”, dice. Si no hubiera sido por la beca hoy no estaría investigando sobre un tema tan crucial.

Fiorella es estudiante de la carrera de Geología y cuenta con la beca Sadosky desde el tercer año. Hoy le faltan solo tres finales para recibirse. “No tengo una familia en contacto con la universidad. Papá siempre nos inculcó que la única forma de salir adelante es estudiando, como si fuera la fórmula mágica para salir de la pobreza”, comenta mientras sonríe. Cuando recibió el mail de confirmación de la beca sintió que se terminaba la incertidumbre: “Supe que me iba a recibir”, asegura.

El programa de becas Sadosky para estudiantes de grado de todas las carreras de Exactas funciona desde el 2004. Actualmente, está dirigido por la Secretaría de Extensión, Cultura Científica y Bienestar (SECCB) y ya ha beneficiado a 199 estudiantes. De ese total, 83 se han graduado, superando así el porcentaje promedio de graduación de la Facultad.

“Son varios los motivos por los cuales este programa de becas es un orgullo de Exactas”, sostiene Francisco Romero, secretario de la SECCB. Y explica: “Es el único en el que los requisitos de acceso son prácticamente universales. No importa el promedio, la edad o la nacionalidad. Obviamente, cuando se accede a la beca, hay un nivel de exigencia de ir aprobando materias para recibirse en tiempo y forma, pero para solicitarla, no”.

Por otro lado, una vez otorgada, no requiere volver a presentarse para su renovación. Mientras se cumplan en tiempo y forma los requisitos de aprobación, se mantiene hasta culminar la carrera. A su vez, Romero destaca el poder de compra de la beca. Hoy alcanza los 120 mil pesos mensuales durante los doce meses del año, un monto muy superior a becas similares.

“Tenemos mecanismos para ir actualizando el monto cada tres o cuatro meses cuando, por lo general, otras becas lo hacen anualmente”, afirma Romero, quien además recuerda que al comenzar la actual gestión de la Facultad, en agosto de 2022, una de las primeras medidas fue aumentarla, en ese momento, a 40 mil pesos.

El programa también contempla la entrega de materiales de estudio, como cuadernos, lapiceras y resaltadores, y un vale diario para almorzar gratis en el comedor. Además, desde hace un año y gracias a una donación, se ha comenzado a implementar la entrega a préstamo de una notebook mientras dure la beca.

Otra característica es el seguimiento y acompañamiento constante, tanto pedagógico como social, lo cual permite estar alerta y evaluar la calidad del programa. “Tenemos dos trabajadoras sociales que se comunican permanentemente con los estudiantes”, comenta Romero, para quien transformarse en estudiante universitario no es una tarea sencilla. “Tenemos una serie de dispositivos, como tutorías y talleres de estudio, que la Facultad brinda a todo el estudiantado pero con un particular énfasis sobre los becarios Sadosky porque suelen ser quienes más lo requieren”, agrega.

El programa se financia prácticamente con los gastos de funcionamiento de la Facultad que provienen del presupuesto, lo cual implica un esfuerzo importante. Sin embargo, también depende de los aportes de donaciones a través de FUNDACEN, la Fundación Ciencias Exactas y Naturales. Actualmente se financian seis becas anuales gracias a las donaciones de graduados y graduadas.

En cada convocatoria se inscriben entre trescientas y cuatrocientas personas. El promedio de becas de cada año oscila entre 35 y 45. “Tenemos la aspiración de ampliar la cantidad de becarios”, expone Romero. Y concluye: “Hay una tensión entre extender la beca o sostener el poder de compra. Si uno tuviera más donaciones y más ingresos se podrían cubrir los dos ejes”.

Testimonios

Para conocer más historias de las y los estudiantes beneficiarios de las becas Sadosky pueden ingresar al siguiente link

Exactas UBA