
Cómo pobló el hombre América del Sur
Modelos físico-matemáticos simulan los obstáculos que pudieron toparse nuestros antepasados y calcularon que demoraron alrededor de 2000 años en poblar toda Sudamérica. El tiempo estimado coincide con las fechas que arrojan los restos arqueológicos.
Físicos y arqueólogos reconstruyeron paso a paso como nuestros antepasados poblaron el continente. “A través de modelos físicos determinamos cuanto tardó en llegar el hombre desde el Estrecho de Bering (al norte de América) hasta Sudamérica, teniendo en cuenta distintas condiciones. El tiempo estimado, unos 6000 años, coincide con las fechas que arrojan los restos arqueológicos hallados en el extremo sur del continente”, indica la doctora Ana Osella, directora del laboratorio de Geofísica Aplicada y Ambiental (GAIA) del departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Los científicos argentinos centraron la atención en seguir el rastro de cómo fue el ingreso humano a Sudamérica. “Las Américas, y especialmente Sudamérica, son las últimas masas continentales ocupadas por el Homo sapiens a lo largo de su historia”, indican José Luis Lanata, director del Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas del CEBBAD-CONICET-F. F. de Azara y docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, junto con los físicos Osella y Luis Martino.
América, un continente nuevo a la hora de ser pisado por nuestros antepasados, no presentaba por ese entonces, -hace poco menos que 20 mil años-, el mismo paisaje de hoy. “La evidencia de la dispersión humana en América del Norte y Central indica que poblaciones de cazadores recolectores ingresaron a través de Beringia, un puente terrestre que unía América con Asia en distintos períodos durante el Pleistoceno final, hace 18-20 mil años”, publica el reciente artículo en la prestigiosa revista Physical Review.
De ese primer punto de partida que hoy está ocupado por el Estrecho de Bering, el hombre se topó varios miles de años más tarde con otro cuello de botella espacial al sur de América Central. “Nuestras simulaciones arrojan que un mínimo de 600-700 individuos debieron arribar/estar/ en El Darién (Panamá) en el momento de entrada a Sudamérica”, calculan Lanata, Osella y Martino.
Si el grupo de “adelantados” hubiera sido de menos hombres, la dispersión no hubiera sido exitosa y se habrían extinguido en el intento de acuerdo con los modelos de estimaciones que tienen en cuenta innumerables factores como crecimiento demográfico y la capacidad de sustento del ambiente, es decir la potencialidad que ofrece una región de satisfacer las demandas de alimento y supervivencia.
“Los fisicos -explica Osella- estamos acostumbrados a experimentar como fluye un fluido en un medio poroso bajo ciertas condiciones. Uno asemeja estos modelos a los obstáculos con que nuestros antepasados se toparon como ríos, montañas, la condición ambiental de esa época, y como el hombre los fue sorteando, sumado a tasas de crecimiento, muerte y demás”. Las fórmulas y numerosos datos se cargan en programas de computación y un antepasado virtual surge en el monitor. “Uno simula todas las opciones posibles y de este modo calcula cuanto demoró el hombre en llegar desde lo que era Alaska hasta Tierra del Fuego. Luego se comparan estos resultados con los datos que se obtienen de hallazgos arqueológicos y coincide el tiempo estimado por los físicos con las fechas que arrojan los restos arqueológicos”, agrega.
Según las estimaciones obtenidas, la dispersión en Sudamérica fue especial. “En general se ha discutido “el poblamiento” de América como un solo paquete. Los diferentes modelos que hemos desarrollado tienen en común que muestran a Sudamérica como algo particularmente distinto. Con su propia dinámica poblacional y propia trayectoria histórica. Creemos que fue un proceso rápido de dispersión, más que en el caso de América del Norte, y que pudo llevar como máximo 2000 años, quizás menos, varios cientos de años menos”, enfatiza Lanata, desde Inglaterra donde es Simon Bolivar Professor del Leverhulme Centre for Human Evolutionary Studies de la Universidad de Cambridge.
Con estos datos construyeron mapas en que se observa como habría sido la migración humana inicial de América. “En todos lo casos, los modelos muestran que, por un lado, la península de Yucatán, sur de México y Guatemala, y por el otro, la región amazónica fueron regiones en donde la densidad poblacional pudo ser alta desde los primeros momentos de la dispersión inicial. Esto es diferente a lo que se creía antes, donde se esperaba más población al norte que en el sur; simplemente porque se había poblado primero”, indica Lanata.
Los resultados de estos modelos que simularon el pasado coinciden con los descubrimientos arqueológicos disponibles de sitios sudamericanos. Este minucioso estudio del ayer con técnicas que parecen del futuro, brinda otro modo de echar luz sobre como fue el camino inicial del Homo sapiens en América.
Importancia del trabajo |
Desde la Universidad de Cambridge, el investigador del CONICET y de la UBA José Luis Lanata, indicó que este estudio “muestra que investigadores y docentes provenientes de ciencias que pueden parecer totalmente diferentes, trabajan en conjunto. Por otra parte, los resultados que estamos alcanzando sirven como modelos para poder confrontar con otros casos en el mundo. Por ejemplo, lo que estamos viendo es que hay una capacidad innata en nuestra especie -y quizás en nuestro género- por dispersarse. Pero parece que a medida que salimos de Africa, la dinámica parece agilizarse, acelerarse. América, y Sudamérica en particular, son los casos “testigos” para ello. Muchos colegas de diferentes partes del mundo lo han comenzado a comprender a partir de las investigaciones que hemos desarrollado en conjunto”. |
Fuente: Publicado en La Nación el 07/11/2007