Cero+Infinito, un proyecto con historia

Nació en 2006 como necesidad de más espacio de docencia e investigación. Con el impulso del Ministerio de Ciencia y las autoridades nacionales que gestionaron los fondos, en 2015 se licitó la obra que hoy es casi una realidad.

10 de julio de 2019

El nuevo edificio ya está entre nosotros. Lo venía estando desde hace más dos años, en sus distintas etapas de desarrollo, pero hace pocas semanas que ya no lo recubre el perímetro de obra y terminó de integrarse al paisaje de Ciudad Universitaria. Eso sí, todavía no está en uso: la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (ex Ministerio) se encuentra concluyendo la etapa de detalles de obra y licitación de mobiliario y equipamiento antes de realizar la entrega definitiva a Universidad de Buenos Aires.

Más allá de las formalidades, desde hace un tiempo vienen circulando imágenes del interior del nuevo pabellón y algunos medios de comunicación comenzaron a publicar artículos sobre este edificio que llama la atención por su modernidad y sus líneas disruptivas frente al entorno de los edificios vecinos, con la impronta de la década del 60 del siglo pasado, época en que fueron construídos.

“Cero + Infinito” fue un proyecto que nació de las necesidades generadas por el desarrollo que tuvo el sistema científico Argentino a partir del año 2003, con un marcado aumento de investigadores e investigadoras, más equipamiento y nuevas líneas de investigación. Se ideo, desarrolló, consolidó y se gestionó su financiamiento internacional en un periodo extenso, y no menos intenso, que va desde 2006 hasta 2015.

Apenas abra sus puertas, “Cero + Infinito” va a aportar en su planta baja 23 aulas de docencia, 10 aulas-laboratorios de computación, además de aulas de seminarios y espacios de estudio para los alumnos. El primer piso está destinado a oficinas para los grupos de investigación de los departamentos de Computación y Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, el Instituto del Cálculo y el Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria (CELFI) destinado a recibir científicos, principalmente de Latinoamérica, que trabajen en el área de Ciencia de los Datos. Este incremento de metros cuadrados supone un gran impacto en la disponibilidad de nuevos espacios para todos los departamentos docentes de la Facultad, tal como fue proyectado en el Plan de Obras propuesto en el año 2006 por el anterior decano Jorge Aliaga.

A continuación, una cronología con solo algunos de los hechos más destacados de la historia del nuevo edificio:

agosto 2006

El decano Jorge Aliaga presenta, al inicio de su gestión, el Plan de Obras 2006-2010, que incluye la ampliación de espacios para docencia e investigación “como consecuencia del aumento del número de investigadores y becario” a través de la ampliación del Pabellón I y la readecuación del Pabellón II”.

julio 2007

La Facultad presenta un proyecto de mejoras de la enseñanza ante el Banco Iberoamericano de Desarrollo (BID) para ampliar el Pabellón I.

octubre 2008

Se obtiene financiación del Ministerio de Economía de la Nación para realizar el anteproyecto del edificio.

enero 2009

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva acuerda impulsar la creación de un nuevo edificio en forma coordinada con la Facultad.

febrero 2009

El graduado de Exactas Sebastián Ceria se suma a la propuesta de encontrar una solución integral para los espacios de investigación y docencia de los distintos departamentos y se compromete aportando recursos materiales y trabajo para impulsar el proyecto.

febrero 2010

Sebastián Ceria contacta e involucra en el proyecto al destacado arquitecto Rafael Viñoly. El ministro Lino Barañao considera que la incorporación del estudio de Viñoly ofrece valor agregado al edificio y facilita la obtención de recursos para construirlo.

diciembre 2010

El estudio Viñoly avanza con el proyecto y elabora los planos de lo que sería el edificio “Cero + Infinito”: dos plantas, dos parques internos (el cero y el infinito, por su fisonomía), subsuelo para máquinas, paredes exteriores de vidrio, techo verde y refrigeración geotérmica, en un espacio total de 17.000 metros cuadrados.

febrero 2011

Tras la renovación del mandato de Cristina Fernández y la confirmación de Lino Barañao en su cargo de ministro, el proyecto edilicio es relanzado. Se realiza una reunión en la Casa Rosada en la que participan la Presidenta, el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Rafael Viñoly, Sebastían Ceria y  autoridades de la Facultad.

marzo 2011

Con el aval presidencial, la Facultad organiza un equipo técnico para avanzar con los detalles de la obra y elaborar los pliegos necesarios para realizar la licitación.

julio 2012

La Facultad entrega los pliegos al Mincyt para su elevación al BID.

septiembre 2012

El BID acuerda un crédito por 10 millones de dólares.

noviembre 2012

Se firma un convenio entre la UBA  (rector Rubén Hallú) y el Mincyt (Ministro Lino Barañao) para la construcción del edificio «Cero + Infinito» en el predio de Ciudad Universitaria.

abril 2013

Debido a que BID no permite cofinanciación de obras con otros organismos de crédito,  la diferencia entre el monto del crédito y el costo total de la obra la debía aportar el Tesoro Nacional. El Mincyt, con la ayuda y el apoyo del Ministerio de Economía de la Nación gestiona exitosamente los fondos para toda la obra ante el Banco de Desarrollo de América Latina.

diciembre 2013-marzo 2014

Se realiza la primera licitación.

julio 2015

Se deja sin efecto la primera licitación por ser las ofertas mucho mayores que el valor de referencia y se realiza una segunda licitación.

octubre 2015

Después de la aprobación, por parte de Axel Kicillof, del crédito del Banco de Desarrollo para América Latina que permite financiar la obra completa, el ministro de Economía, Lino Barañao y el rector de la UBA, Alberto Barbieri, presentan de manera pública el proyecto de “Cero+Infinito” en un acto realizado en las oficinas del Polo Científico-Tecnológico.

Se adjudica la obra a la empresa Constructora Sudamericana por un valor de 461 millones de pesos. Se define el inicio de las obras para el segundo semestre de 2016 y se prevé un plazo de ejecución de 20 meses.

julio 2019

 El nuevo edificio está casi finalizado, quedan pendientes refacciones menores y la compra de todo el mobiliario de aulas y oficinas y el equipamiento para los laboratorios d computación (licitaciones en curso). Se contempla la entrega del edificio a la Universidad en el transcurso de 2019.

Exactas UBA