
Caliente porvenir
A lo largo de la semana pasada se desarrolló en Buenos Aires un congreso internacional de meteorología bajo el lema “Los desastres naturales y el cambio climático”. Entre los expertos que participaron se encuentra la climatóloga Graciela Raga, graduada de Exactas, quien actualmente se desempeña en la UNAM. En diálogo con el Cable, Raga vaticinó un escenario muy difícil para el futuro del planeta.
Graciela Raga se recibió de licenciada en Meteorología en Exactas en 1983 y desde hace más de 25 años se encuentra investigando en distintos institutos del exterior. Trabajó en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y actualmente se desempeña en el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). También formó parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático dependiente de la ONU. De paso por Buenos Aires para participar del XIII Congreso Latinoamericano e Ibérico de Meteorología (CLIMET XIII) y el X Congreso Argentino de Meteorología (CONGREMET X), la experta mantuvo una intensa charla con el Cable en la que alertó acerca de las graves consecuencias que el cambio climático provocará en el planeta y se mostró sumamente escéptica respecto a la posibilidad de que los gobiernos adopten las acciones necesarias para revertir la situación.
– ¿Hay relación entre el cambio climático y los desastres naturales? ¿De qué tipo?
– Todos quienes estudian el clima han estado viendo cambios en las distribuciones de distintas variables, como la temperatura y las precipitaciones en distintas regiones del mundo. Al poner todo eso junto en el contexto del IPCC, surgen mapas donde se ven las variaciones de los últimos 50 años. Allí, se observa que han aumentado, por ejemplo, las frecuencias en que se dan las olas de frío y de calor, las precipitaciones extremas y las sequías, en distintas regiones del mundo. En noviembre de 2008 en México, por ejemplo, se produjo una tormenta que causó 800 mm de precipitación en tres días. Eso hizo que las represas se tuvieran que abrir. Cientos de miles de personas estuvieron bajo el agua por un par de semanas. Estas represas no están preparadas para 800 mm porque se construyeron hace cincuenta años y la climatología no mostraba, hasta ese momento, ningún evento de esa magnitud.
– Todavía hay algunos científicos que ponen en duda la existencia de un cambio climático producido por la actividad humana. ¿Cuál es su opinión?
– Yo no tengo dudas al respecto. Las series de tiempo son muy largas y los datos son confiables. Los modelos climáticos claramente no pueden reproducir lo que se observa si no hay un componente adicional de gases de efecto invernadero. O sea, la variabilidad natural únicamente no podría provocar lo ocurrido en las últimas décadas. Incluso han salido recientemente varios trabajos que indican que los hielos continentales se están derritiendo a una velocidad mayor a la que indican los modelos. El derretimiento de los hielos es una variable importante porque hay un acople entre el océano y la atmósfera y cuando esos hielos se derriten se vierte sobre el océano agua dulce, cambia la salinidad del agua, cambia la estratificación en el océano, y eso modifica la dinámica del océano, lo que provoca a su vez cambios en la atmósfera.
– Parece el argumento de la película El día después de mañana.
– Bueno, es un poquito extremo que ocurra en un día y medio (risas). Pero habrá que ver en varios cientos de años.
– ¿Cuáles son las perspectivas hacia el futuro si no se producen cambios drásticos?
– No soy muy optimista en pensar que va a ser un cambio de actitud de la sociedad lo que nos va a salvar. Pienso que hay un cierto cambio climático que ya es inevitable y que van a ser las sociedades que tienen más recursos las que van a sobrevivir mejor a las situaciones que se les presenten. Pienso que en sociedades más pobres habrá más victimas. Va a haber problemas en muchos lugares. Ya los hay. Hay islas en el Pacífico que ya se sabe que se van a tener que mudar y no son los únicos lugares.
– Es decir que usted cree que no se va a apuntar a prevenir los desastres sino a morigerar sus consecuencias.
– Ya hay muchos institutos serios que hacen investigación en geoingeniería para tratar de cambiar el albedo del planeta poniendo espejos en el espacio, cambiando la forma en que funcionan las nubes. ¿Y eso qué quiere decir? Que muchos están pensando que habrá que resolver el problema a través de herramientas tecnológicas porque las sociedades no van a responder con los cambios necesarios para frenarlo antes.
– Pero ese tipo de tecnologías parecen destinadas a estirar la vida de un modelo que es el que ha llevado al planeta a esta crisis ecológica.
– Sí, pero hay muchos intereses. No va a ser fácil cambiar el estilo de vida de las sociedades avanzadas. Si vivís en Estados Unidos o en Canadá el desperdicio de energía es súper evidente. Además no se le puede negar a China o a India con sus miles de millones de habitantes la posibilidad de su desarrollo. No hay autoridad moral para impedirlo. En realidad todo el mundo quiere tener el mismo estándar de consumo que el mundo desarrollado pero el planeta no da para que todos tengamos ese estándar.
– ¿Se vienen tiempos muy difíciles?
– Sí, si no se encaran cambios profundos y de largo plazo. Lamentablemente al político que está sólo cuatro años no le interesa. Lo que le interesa es hacer cosas que tengan impacto en el corto plazo. Pero si hubiera un movimiento social fuerte que reclamara por estos cambios a los políticos, quizá podrían ocurrir.
Fuente: El Cable Nro. 730