
Relaciones peligrosas
El Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental organizó una charla para alertar acerca del riesgo que el cambio climático entraña para la biodiversidad en el planeta. ¿En qué consiste el Convenio sobre la Diversidad Biológica y qué están haciendo el mundo y nuestro país para protegerla?
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 22 de mayo como el Día Internacional de la Diversidad Biológica, con el objeto de promover la difusión y la comprensión de esta temática en todo el planeta. A su vez, definió que para este año el principal aspecto que se desarrollará, será la vinculación entre cambio climático y diversidad biológica.
El Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental (BBE) de la Facultad brindó una charla y proyectó un video elaborado por la ONU, con la intención de explicar algunos aspectos básicos de esta problemática y alertar sobre el peligro que implica el calentamiento global para la supervivencia de numerosas especies animales y vegetales.
La exposición estuvo a cargo de Cecilia Carmarán, secretaria de Políticas Externas del
Departamento, quien estuvo acompañada por Victoria Lichtschein, funcionaria a cargo de este tema en la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, y también egresada de Exactas.
La investigadora comenzó definiendo qué se entiende por biodiversidad. “Es la variabilidad de los organismos vivos. Comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas”, dijo.
Enseguida pasó a destacar a la taxonomía como la más importante entre las distintas ciencias dedicadas al estudio de la diversidad biológica y explicó que la taxonomía abarca el descubrimiento, la descripción e identificación de los organismos y también la enunciación de sus relaciones y roles ecológicos.
“La taxonomía nos permite recuperar información, sirve de base para la realización de estudios comparativos y nos permite armar clasificaciones. ¿Por qué es importante? Porque el objetivo de la clasificación biológica no es solamente ponerle nombre a un organismo, sino que también implica el conocimiento de las leyes generales que rigen sobre esos organismos y de las relaciones causales existentes entre ellos. Por lo tanto la taxonomía se ocupa de formular hipótesis explicativas”, sostuvo Carmarán.
Ahora bien, un dato sorprendente para el sentido común, es que actualmente se conoce menos de un 10 por ciento de la biodiversidad de la Tierra. Esto plantea un problema grave para quienes luchan por preservarla frente a la presión que el hombre ejerce sobre los ecosistemas, dado que resulta imposible saber que una especie ha desaparecido, si antes no ha sido registrada.
La gran preocupación que despierta esta situación fue plasmada en el Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD), elaborado durante la Cumbre de la Tierra, llevada a cabo en Río de Janeiro en 1992. Este acuerdo constituye básicamente un compromiso de los diferentes países para conservar la biodiversidad, para usarla de manera sostenible y para que sus beneficios se distribuyan de manera equitativa. Casi todos los países son parte del CBD. Lamentablemente no llama la atención que la principal potencia del mundo, Estados Unidos, se haya negado, hasta el momento, a suscribirlo.
Alcanzado este punto, comenzó la proyección de un video especialmente elaborado por la ONU, sobre la base a un informe redactado por la misma institución, para explicar la grave amenaza que representa el cambio climático para la conservación de la biodiversidad del planeta.
El peor enemigo
El documento señala que el hombre está cambiando los ecosistemas mucho más drástica y rápidamente que en cualquier otro período de la historia. Y que esa presión está produciendo pérdidas en un nivel nunca visto con anterioridad. También establece que, “antes del fin de este siglo, el cambio climático puede convertirse en la fuerza dominante de la pérdida de la diversidad biológica. Los cambios de clima proyectados, combinados con el cambio de los usos de la tierra y la propagación de las especies exóticas, probablemente restringirán la capacidad de emigrar y acelerarán la pérdida de algunas especies”.
El calentamiento global, producto del aumento de la emisión de gases de efecto invernadero a partir, principalmente, de la quema de combustibles fósiles, ya provocó que, desde mediados del siglo XIX, la temperatura media global subiera alrededor de 0,6°C. Este ascenso provocó durante el siglo XX repercusiones a escala mundial. Por ejemplo:
– la media global del nivel del mar subió de 10 a 20 cm;
– el volumen total de los glaciares en Suiza disminuyó dos tercios;
– el espesor del hielo ártico, al fin del verano y a comienzos del otoño, se redujo alrededor de un 40%;
– los montes Kenya y Kilimanjaro perdieron, respectivamente, el 92 y el 82% de su masa de hielo.
Estas transformaciones ya provocaron consecuencias irreparables: “el sapo dorado y la rana arlequín de Monteverde, recientemente extintos, son considerados como las primeras víctimas del cambio climático”, asegura la ONU.
Además, distintos modelos informáticos predicen que estas modificaciones se profundizarán. Para el año 2100 se espera un aumento de la temperatura media global de 1,4 a 5,8ºC. Este incremento provocará numerosos cambios, entre ellos:
– un ascenso global del nivel del mar de 9 a 88 cm;
– más precipitaciones y una mayor probabilidad de inundaciones en algunas regiones del planeta, mientras que en otras, las lluvias disminuirán y habrá una mayor probabilidad de sequías;
– acontecimientos climáticos más extremos y frecuentes, como olas de calor, tormentas y huracanes;
– un mayor calentamiento del Ártico y de la Antártida, con mayor desaparición del hielo marino.
El informe sostiene que si bien en el pasado los ecosistemas se han ido adaptando a condiciones cambiantes, estas variaciones nunca fueron tan veloces y profundas, y que,
por lo general, cuanto más rápidos son los cambios climáticos, mayor es el impacto en el hombre y los ecosistemas. Por eso, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero puede disminuir estas presiones y dar más tiempo a los ecosistemas para que se adapten.
Más adelante, el documento asegura que existe evidencia de que el cambio climático ya afecta y continuará afectando la diversidad biológica. Y agrega que algunas de sus consecuencias sobre las especies son: modificaciones en su distribución, en sus tiempos de reproducción y en la duración de la estación de crecimiento de las plantas, además de un aumento de las tasas de extinción.
Algunas especies, que ya se ven amenazadas, son particularmente vulnerables a los impactos del cambio climático. El informe enumera algunos ejemplos:
– En el Ártico, períodos más cortos del mar cubierto de hielo, ponen en peligro el hábitat y la existencia del oso polar, al reducir su tiempo de caza.
– Los manglares de Asia son algunas de las áreas más grandes donde vive el tigre. El proyectado ascenso del nivel del mar podría causar la desaparición del hábitat de este animal, amenazando la supervivencia de la especie.
– En África, las presiones creadas por períodos secos más largos y por espacios para vivir más reducidos, convierten al elefante en una posible víctima del cambio climático
Ahora bien, las vinculaciones entre diversidad biológica y cambio climático actúan en ambas direcciones: el cambio climático amenaza a la diversidad biológica, pero la diversidad biológica puede reducir el impacto del cambio climático.
Por esta razón el escrito indica que la resistencia de los ecosistemas puede acrecentarse y el riesgo de daño para el hombre y los ecosistemas naturales puede reducirse, poniendo en marcha estrategias de adaptación y mitigación basadas en la biodiversidad. Entre los ejemplos posibles detalla:
– el mantenimiento y restablecimiento de los ecosistemas nativos;
– la protección y el aumento de los servicios provenientes de los ecosistemas;
– la gestión de los hábitat de las especies en peligro;
– la creación de refugios y zonas de amortiguamiento, y
– el establecimiento de áreas protegidas terrestres, marinas y de agua dulce que tomen en consideración los cambios climáticos proyectados.
¿Y por casa cómo andamos?
Nuestro país dictó la ley para adherir al CBD en 1994. La norma designó a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable como su autoridad de aplicación. Este organismo, a su vez, designó al Departamento de BBE de Exactas como uno de los tres puntos focales de Argentina, encargados de llevar adelante las iniciativas que establece el tratado.
“La iniciativa más importante que estamos llevando adelante, es tratar de armar una red nacional de biodiversidad. Por primera vez hay un documento firmado, donde están todas las grandes instituciones del país, comprometiéndose a llevar esto adelante”, se entusiasma Carmarán, y agrega, “Argentina posee gran cantidad de información, pero no está fácilmente disponible. Esto es casi como no tenerla, porque a la hora de tomar medidas resulta muy difícil consultarla. Si nosotros no podemos tomar decisiones sobre la base de información confiable, no podemos tomar decisiones confiables. Entonces para proteger la biodiversidad de nuestro país sería muy importante asegurar la disponibilidad de la información. Es algo así como romper barreras para poder tomar decisiones más ajustadas a lo que son las necesidades de nuestro país”.
Desde el punto de vista ambiental, Carmarán destaca entre los ecosistemas más amenazados de Argentina a “nuestra selva paranaense que debe enfrentar, por un lado, una creciente deforestación y, por otro lado, la forestación con especies no nativas, como el pino y otras, que destruyen el ecosistema nativo. También el bosque chaqueño es una zona en peligro ya que está camino a la desertificación. Se va corriendo la frontera agrícola, cada vez se expande más y eso hace que el bosque chaqueño se vea muy afectado”.
Para la investigadora, Argentina posee un riquísimo patrimonio en términos de diversidad biológica, pero todavía falta una decisión común de protegerlo. En relación con el futuro no se muestra muy optimista. “Estamos bastante atrasados. Si bien tenemos un poco de culpa porque a veces las cosas son complicadas de implementar, también es una realidad que la desventaja del Convenio es que no cuenta con un apoyo financiero. Entonces se fijan determinadas metas; pero sin apoyo financiero, para países como el nuestro, resulta muy arduo cumplirlas”, se lamenta Carmarán.
Fuente: Cable Semanal Nro. 649