
Corazonada
La doctora en Física Paula Villar, investigadora y docente de Exactas, obtuvo la Beca L’Oreal - UNESCO “Para mujeres en ciencia”. Con el premio, de 40 mil dólares para dos años de trabajo, Villar viajará al Centro Nacional de Supercomputación, en Barcelona, para desarrollar un modelo computacional del corazón, que permitiría elaborar diagnósticos de alta precisión y probar nuevas terapias.
– ¿Qué significado le das al premio que recibiste?
– Lo siento como un reconocimiento, especialmente porque primero evalúan a las candidatas, que deben ser consideradas sobresalientes y recién después se analizan los proyectos. Si bien acá no se conoce mucho, es el premio más importante que da la UNESCO. Cuando llegás a París para recibirlo te das cuenta que allá es muy conocido.
– ¿Cómo es la operatoria para postularse?
– Hay que presentar un formulario con todos tus antecedentes desde el colegio secundario y además el proyecto con el que vas a participar. Todos esos papeles los presenté en junio del año pasado. En julio me dijeron que había sido seleccionada por Argentina, porque primero hay una preselección a nivel local y en octubre me avisaron por mail que había ganado la beca. Me acuerdo que cuando lo vi, me imaginé de qué se trataba. Y ahí sí, el corazón te empieza a latir más fuerte porque tenés que abrirlo para comprobarlo. Me acuerdo que estaba sola en mi casa y no sabía qué hacer, porque primero viene la alegría y enseguida el susto. Porque empezás a pensar ¡¿y ahora qué hago?! Lo más llamativo de la carta era que te decía que para hacerte acreedora de la beca tenías que asistir, sí o sí, a la ceremonia en París. ¡¿Cómo me la iba a perder?!
– Contanos acerca del proyecto que presentaste.
– Es para desarrollar un software que simule el funcionamiento del músculo cardíaco en tres dimensiones y que permita tener diagnósticos de alta precisión para enfermedades cardíacas. El corazón en sí, tiene un sistema eléctrico, un sistema mecánico y tiene un fluido, que es la sangre. La idea es poder representar estos dos sistemas y poder describir, a través de la computadora, el funcionamiento correcto de todos estos elementos. ¿Para qué? Para que el día de mañana se convierta en una nueva herramienta que le permita al médico, ingresando los valores de cada paciente, obtener una muestra del funcionamiento del corazón de cada persona, como si fuera un simulador.
– Es decir que sirve tanto para diagnóstico como para probar terapias.
– Claro. Y también para conocer más acerca de su funcionamiento, porque todavía hay muchos aspectos controvertidos. Este simulador lo que haría es probar teorías y además poner a punto técnicas que hoy se están usando experimentalmente.
– ¿Cómo llegaste desde la física a este tema?
– Yo integro el Grupo de Física Teórica, que encabezan Diego Mazzitelli y Fernando Lombardo, y desde hace algún tiempo estoy trabajando con el llamado efecto Casimir. En algún momento nos interesó mucho utilizar la computadora para resolver algunos problemas del efecto Casimir. Como somos un grupo muy teórico y no teníamos mucha experiencia en la parte numérica de la computadora nos pusimos en contacto con el físico Mariano Vázquez, egresado de la UBA, que es el director de un grupo de investigación del Centro Nacional de Supercomputación en Barcelona. El proyecto de esta gente es desarrollar un hombre computacional pero como eso es muy complejo, lo que ellos hacen es dividirlo en distintos sistemas. Entonces, por ejemplo, ahora están estudiando el corazón, después también las arterias del cerebro y así sucesivamente. Para eso utilizan técnicas numéricas muy avanzadas, aplicadas en este caso al tema del corazón. Pero, una vez que vos aprendés a usar esas herramientas después las podés aplicar a lo que sea. Entonces hablamos de la posibilidad de ir para allá, pero para eso necesitábamos encontrar algún tipo de financiamiento y a partir de allí surgió el proyecto para presentar a la beca, que finalmente cerró por todos lados. Ahora espero viajar, aprender y después, cuando vuelva a mi grupo, poder aplicar acá mis nuevos conocimientos para lo que sea necesario.
– ¿Vos ya estuviste en Barcelona trabajando para desarrollar este proyecto?
-Sí, en una estadía corta, en octubre y noviembre del año pasado, pero por el tema Casimir. A mí hasta ahora me paga Conicet, como becaria posdoctoral y mi tema de investigación es Casimir. Calculo que recién a mitad de año me iré con lo de L’Oreal.
– ¿La beca alcanza para cubrir todos tus gastos por dos años?
– La beca otorga 20 mil dólares por año. Esa cantidad no alcanza para vivir en Europa. Por lo tanto o no me quedo todo el año allá o me tengo que buscar alguna otra cosa. Ahora estamos viendo si conseguimos alguna beca del Ministerio de Ciencia o quizá el centro de investigación mismo me paga como si fuera una beca de doctorado. En principio si consigo la financiación me quedaría, y si no, podría estar seis meses allá y los otros acá. Pero bueno, recién ahora tengo el contrato, y empieza toda la parte burocrática. Ahora viene la parte más difícil, ya se acabó la fiesta en París. Además, como yo quiero volver, voy a tener que mantener una cierta actividad de manera que cuando regrese no sea una extraña. Mi aspiración es ingresar a la carrera de investigador del Conicet, entonces tengo que seguir trabajando como hasta ahora para conseguirlo.
Fuente: El Cable Nro. 711