Por partida doble

Geraldine Guerón es bióloga y está completando su doctorado en Química Biológica en la Facultad. Un trabajo suyo recibió dos premios durante el congreso anual de la American Association for Cancer Research, la asociación más grande de los Estados Unidos de promoción de la investigación y lucha contra el cáncer.

13 de mayo de 2009

– Contanos acerca de los premios que recibiste.

– Bueno, la American Association for Cancer Research (AACR) es la asociación más grande de investigación en cáncer que hay en Estados Unidos y realiza un congreso anual al que asisten unas 25 mil personas. Es una reunión inmensa que abarca todo tipo de cáncer y todas las áreas, desde la investigación básica hasta la clínica. Para participar, como en todo congreso, tenés que presentar un resumen de tu trabajo y además postularte para alguno de los premios. Porque hay distintos tipos de premios de acuerdo con la línea que trabajes y también con la institución que lo otorga, pueden ser fundaciones, laboratorios.

– ¿Era la primera vez que participabas?

– No, ya había aplicado varios años al premio y finalmente lo sacamos. Yo creo que porque el trabajo evolucionó mucho y fue mejorando. El premio se llama AACR Scholar in Training Award, está destinado a investigadores jóvenes y la idea es financiarte el viaje y la estadía en el congreso. Además tuve que hacer una exposición oral del trabajo, en una sala enorme, para más de seiscientas personas. Me asustaba un poco, especialmente la parte de las preguntas, pero salió todo bien.

– Además recibiste otro reconocimiento.

– Sí, después de enterarme del primero, recibí otro mail, diciendo que también habíamos ganado otro premio otorgado por la Prostate Cancer Foundation. Yo me emocioné porque dije: ¡más plata! (risas). Este premio se lo dan sólo a un graduado y a un posgraduado, entonces es muy meritorio porque competís con muchísimos trabajos. Yo sentí que, de alguna manera, legitimaba el trabajo que hacemos. Porque lo que hacemos acá es a pulmón y fue un trabajo de tres años y medio. Vos, en biología celular, no tenés los resultados de un día para el otro, son experimentos muy largos y yo sentí que rendía sus frutos.

– ¿Cómo es la experiencia de participar en un congreso de estas características?

– La verdad es que es apasionante. Hay mucho intercambio con investigadores de otros países. Llegás y ves miles de metros cuadrados de posters, muchos relacionados con lo que vos hacés. Te da vuelta la cabeza. Son lugares inmensos y la verdad es que es inabarcable. En simultáneo con mi sesión había otras treinta sesiones, y, a su vez, en cada sesión había veinte personas que hablaban. Y además tenés otras sesiones de expertos y charlas de gente que son premios Nobel. Tenés tanto que es apabullante. Creo que si se pudiera todos los doctorandos deberían participar de un congreso nacional y uno internacional por año.

– ¿Podés explicarnos de qué se trata el trabajo premiado?

– Yo trabajo en el Laboratorio de Inflamación y Cáncer que dirige Elba Vázquez.
Trabajamos en cáncer de próstata y tenemos dos líneas principales. Una de ellas, que es el tema al que yo me dedico, tiene que ver con la hemo oxigenasa (HO), que es una proteína antiinflamatoria, y su rol dentro de la carcinogénesis prostática. Lo que nosotros empezamos a ver es que la HO estaba presente en tejidos de pacientes con cáncer de próstata. Entonces, pensamos, si la inflamación juega un rol tan importante en el cáncer y en su progresión, y esta es una proteína antiinflamatoria, puede ser que la HO juegue un rol en la progresión de esta enfermedad. Decidimos modularla farmacológicamente en líneas celulares, es decir aumentarla o reprimirla, para ver si tenía efectos celulares. Vimos que, si la aumentábamos, disminuía la proliferación celular, la invasión celular, la migración celular, que son todas características típicas de la progresión del cáncer cuando hace metástasis. El paso siguiente fue manipularla genéticamente. En lugar de hacerlo con una droga, generamos líneas estables que sobreexpresaban HO o la silenciaban y vimos que tenía los mismos efectos. No conformes con eso, generamos en ratones tumores con células que sobreexpresaban HO y células que no, y vimos que los tumores que sobreexpresaban HO tenían un tamaño muchísimo menor. Y no sólo eso, además notamos que la HO regulaba un gen, que se llama MMP9, que es una metaloproteinasa. Las metaloproteinasas son las que degradan la matriz extracelular, entonces, si una célula necesita migrar o invadir, necesita romper matriz para poder moverse y vimos que la HO reprimía por completo la MMP9. Fuimos los primeros en decir: HO regula esta metaloproteinasa en cáncer de próstata. La HO está jugando un rol antiproliferativo en cáncer de próstata y podría ser un nuevo target en la carcinogénesis.

– Dicho groseramente, al aumentar la hemo oxigenasa, se frena o se enlentece la proliferación del cáncer de próstata.

– Sí, groseramente es así. Tenemos un grupo de pacientes a los que les hicimos marcación de hemo oxigenasa, es un trabajo de una ex becaria de Elba Vázquez que se llama Paula Saca. Y ahora estamos haciendo dos cosas, por un lado, el seguimiento de esos pacientes para ver si tuvieron mejor pronóstico. Y, por otro, descubrimos que HO está presente en el núcleo. Eso es lo más intrigante ¿para qué se va al núcleo? Tal vez está regulando un montón de genes que están involucrados en la metástasis. En eso estamos.

Fuente: El Cable Nro. 716

Gabriel Rocca