De cara a la comunidad

A poco de iniciar sus mandatos, las nuevas autoridades de la facultad, Guillermo Durán y Valeria Levi, brindaron una extensa entrevista en la que detallaron cuáles serán las prioridades de su gestión, describieron cómo será su modalidad de trabajo, su estrategia para conseguir recursos y el tipo de relaciones que establecerán con la UBA, el CONICET y el gobierno nacional.

12 de agosto de 2022

“Entré a Exactas en el año 83, hace 39 años. Dos tercios de mi vida, llevo acá adentro. Mis viejos eran ingenieros en tiempos que ambas Facultades estaban juntas; mis tres hermanos pasaron por esta facultad antes que yo; dos de mis tres hijos estudiaron acá (y el tercero colabora con el Instituto de Cálculo). Mi compañera de toda la vida labura acá. Así que esta es mi casa, mi vida, mi familia, casi. Siento un gran orgullo y una gran responsabilidad por estar donde estamos”, así define, con tono emocionado, el flamante decano Guillermo Durán el lugar que Exactas ocupa en su vida.

La nueva vicedecana, Valeria Levi, profundiza ese camino: “Es como mi casa. Así la siento desde que estudiaba y militaba en el Centro de Estudiantes. Fue mi lugar de crecimiento. Después de volver del postdoc a la Facultad, encontré que era la institución donde uno se puede desarrollar científicamente, donde puede aportar a la docencia, a la formación de recursos humanos”, describe y agrega: “Tenemos una comunidad que realmente es increíble. Hasta el jardín de infantes es un modelo, donde convivimos no docentes, estudiantes, docentes. Acá se generan unos vínculos increíbles que hacen que las cosas sean distintas. Se puede trabajar con honradez”.

Apenas unos días después de haber comenzado oficialmente su mandato, que se extenderá hasta 2026, las nuevas autoridades de aceptaron brindar una extensa entrevista conjunta -lo que sin dudas marca una impronta de su estilo de trabajo- durante la cual detallaron las principales metas de su gestión, que incluyen continuidades y rupturas en prácticamente todas las áreas, así como los medios para poder alcanzarlas.

¿Qué Facultad se viene?

Guillermo Durán: Como una impronta muy personal, tanto de Vale como mía, vamos a llevar adelante una gestión muy de cara a la comunidad. Nos planteamos hacer, al menos dos veces por año, reuniones casi con modalidad de asamblea con cada departamento, instituto y gremio, lo que nos permite entender una problemática cotidiana que si te quedás acá, encerrado en tu despacho, te queda un poco lejos. Porque esta facultad es muy amplia desde todo punto de vista, disciplinarmente y espacialmente. Recibimos una facultad ordenada, con fondos en el banco, la gestión anterior nos facilitó enormemente el traspaso. Siempre hablaremos bien de la herencia recibida. Venimos de 32 años de gestiones muy buenas de la facultad y esa es la base de la que partimos. Dicho esto, la gestión que planteamos irá bastante rápido tratando de resolver cuestiones que son esenciales para el funcionamiento de la Facultad, la falta de recursos no puede ser excusa para no resolver cuestiones que son esenciales para el laburo de todos los días.

Valeria Levi: Con respecto a la herencia recibida, cuentan también las consecuencias de lo que vivimos a nivel nacional con el gobierno pasado y con la pandemia, que en muchas circunstancias hicieron que las condiciones de la facultad no sean las ideales para hacer ciencia o desarrollarse profesionalmente. Es un momento relativamente expulsivo para las y los jóvenes investigadores y estudiantes. No es un momento donde veamos que ellos ven que hay un futuro. Hay gente que ingresa a una carrera y después de un año o dos se va, aun con becas. No queremos perderla porque es gente en la cual el Estado ha invertido muchísimo en formarla y, realmente, es necesaria para para el país.

GD: Si bien como facultad no tenemos tanto para hacer sobre los salarios y estipendios que se cobran, son parte del reclamo como institución que tenemos que hacer. También, entre lo que está a nuestro alcance, conseguimos ajustar las becas Sadosky inmediatamente para que al menos no se la coma la inflación. Y conseguimos hace pocos días 42 notebooks para 42 becarios y becarias Sadosky, donadas por la empresa Technysis, que tiene como CEO a un graduado nuestro de Computación, Miguel Santos. Respecto del claustro no docente, queremos recomponerlo tanto en número como en categorías en el menor plazo posible. Para eso necesitamos que la UBA nos ayude con recursos. Y donde claramente tenemos más potestades para poner manos a la obra es en las condiciones de trabajo de la gente, es esencial mejorarlas y es una prioridad de la gestión.

¿Cuáles son los objetivos centrales que esperan poder cumplir en los próximos cuatro años?

VL: Yo acepté ser candidata a vicedecana si abordaba dos temas en particular, el equipamiento para investigación y la igualdad de género. Por un lado, desde hace tiempo vengo trabajando mucho en la Comisión de Investigación del Consejo Directivo. Creo que la facultad es enorme, es súper heterogénea y tiene muchísimas potencialidades que no se están explotando. No hay mucha comunicación entre departamentos y no compartimos cosas muy básicas, como el equipamiento. Desde la administración central vamos a coordinar esa red de equipamientos e insumos para maximizar los recursos que tenemos. Hemos encontrado equipos multiplicados y subutilizados, y gente que necesita usarlos y que no sabe que existen, eso no puede pasar.

Esto plantea todo un cambio en el modelo trabajo.

VL: Nuestra idea es virar el modelo actual de investigación a uno mucho más en red donde, por ejemplo, el equipamiento se comparta. Queremos ir hacia un modelo de facilities que tienen muchas universidades del mundo, con equipamientos de punta que sean de acceso libre a toda la comunidad. Nos parece que este modelo, además de potenciar a los jóvenes, va a potenciar la producción científica de nuestra Facultad. En una situación donde los recursos no son muchos, hay que aprovechar al máximo lo que tenemos. Sabemos que eso no va a pasar de un día para el otro, pero cuando la propia gente se vaya dando cuenta de todo a lo que puede acceder si existe esta red de equipos, de a poco se va a ir cambiando la cultura. Nosotros vamos a estar incentivándola constantemente.

¿Cómo analizás la problemática ante la igualdad?

VL: La facultad tiene muchas deudas pendientes en ese sentido. Mi segundo gran objetivo es que realmente la facultad sea igualitaria en lo que tiene que ver con las políticas de género. Creemos que falta muchísimo por hacer. Hay departamentos donde la cantidad de profesoras es paupérrima en relación a la que podría haber de acuerdo con, por ejemplo, la cantidad de estudiantes mujeres. La ciencia es desigualitaria desde el jardín de infantes, eso no lo digo yo, está muy estudiado. Entonces, no es solamente trabajar en un Departamento para que haya una profesora mujer, sino desde las estudiantes que entran para que no tengan que sufrir todo lo que sufrimos las docentas e investigadoras que estamos en esta carrera y que nos ha sesgado muchísimo las posiciones que podemos tomar, los subsidios a los que podemos acceder, nos ha marcado nuestras trayectorias. Entonces, lo que vamos a buscar es que eso no se replique en las generaciones más jóvenes.

¿Cuáles son los otros objetivos centrales de la gestión?

GD: Una gran deuda pendiente es la creación de carreras nuevas y la reforma de planes de estudio. Claramente. En 2020 se creó la Licenciatura en Ciencia de Datos, antes de eso la Licenciatura en Paleontología se había generado en el año 2005. O sea, hubo 15 años donde no generamos ninguna carrera nueva. Las reformas de los planes de estudio en muchos casos están muy retrasadas. El caso de Química es uno de los más paradigmáticos. Matemática tiene un plan del 82, que es el que cursé yo. Los profesorados son larguísimos. Me parece que hay muchas cosas para modificar ahí y es uno de los puntos en que vamos a trabajar muy fuerte para lograr mejoras importantes en estos cuatro años.

También vienen destacando la problemática en infraestructura.

GD: Hay que mejorarla notablemente, es otro de nuestros objetivos centrales. Nos impactó entrar al Pabellón de Industrias, por ejemplo, y ver las condiciones tan malas en las que trabaja la gente. Si hay pronóstico de lluvias el fin de semana, tienen que cubrir de plástico todos los equipos porque se les pueden llenar de agua. Y cruzás la calle y tenés el Cero + Infinito. Hay un contraste demasiado grande entre esas dos cosas. Acá en el cuarto piso pasan cosas parecidas, en algunos lugares del Pabellón 1, lo mismo. Ya presentamos un proyecto para una convocatoria del Ministerio de Ciencia para trabajar en el corto plazo sobre toda la fachada del Pabellón 1, para mejorar  sus cuatro lados y el techo. No se trata de algo solamente estético, sino que va a mejorar el trabajo cotidiano. Y otro de los objetivos centrales es posicionar a Exactas como un importante actor de cara a los grandes problemas nacionales.

¿Algo similar a lo que hizo la Facultad durante la pandemia de covid-19?

GD: Completamente. Creo que estuvimos a la altura. Mostramos que la facultad tenía un montón para aportar en la lucha contra la pandemia. Bueno, trataremos de que la facultad se haga presente en los grandes problemas nacionales donde aparece la necesidad de ciencia, que es en la gran mayoría de los problemas.

Para conseguir los objetivos centrales hace falta más que el presupuesto anual con que cuenta la Facultad.

GD: Así es, y vamos a salir a buscarlo. Ya lo estamos buscando. Y hay que fortalecer a la Fundación Ciencias Exactas y Naturales para poder contar con apoyo. Son varios los caminos y hay que recorrer todos los que estén a nuestro alcance.

VL: Nosotros nos planteamos, un par de meses antes de empezar en la gestión, confeccionar un plan de 100 días, de manera que cada secretaría tiene claros los objetivos a corto plazo que tiene que cumplir.

¿Cómo prevén el contexto económico en el que va a tener que funcionar la facultad para el 2022 y 2023 en cuanto a los recursos del sistema?

VL: Tenemos muy buenos vínculos con el Ministerio de Ciencia, con la Agencia, con CONICET, y queremos potenciar todavía más esos vínculos. Yo veo que a pesar de la crisis económica que vive el país, hay una continuidad en la inversión en ciencia y tecnología. Hay convocatorias extremadamente interesantes. Así que el panorama, a cortísimo a plazo, no es tan malo en cuanto a inversión en ciencia. Sí es malo en cuanto a salarios, en cuanto a estipendios de becas, en cuanto a la perspectiva de futuro de nuestros recursos humanos y también a la situación económica de las y los estudiantes y no docentes. Un estudiante que necesita trabajar y que no le alcanza es alguien que está más expuesto a dejar la carrera en un futuro cercano. Tenemos que ocuparnos mucho de esos casos. Por eso, lo primero que hicimos fue ajustar las becas Sadosky para que, al menos, no se la coma la inflación. Nuestro objetivo es proteger a la población más vulnerable de nuestra Facultad. Eso es lo que por ahí a mí más me preocupa.

GD: Estamos generando un convenio de cooperación en ciencia y educación con la Provincia de Buenos Aires, que es algo que salió naturalmente por todo el trabajo que hicimos con la Provincia durante la pandemia. El objetivo es articular distintas tareas donde la facultad pueda llegar a los municipios bonaerenses, ya sea con docentes nuestros o la posibilidad de que vengan a la Facultad estudiantes becados que terminan la escuela media en la Provincia. Siempre pensando en carreras que no se dictan en el interior de la Provincia.

A lo largo de las últimas décadas la relación con la UBA pasó por momento buenos y también por momento de tensión. ¿Cómo se imaginan esa relación para lo que viene?

GD: Yo me la imagino mejor que lo que fue los últimos tiempos. Me parece que nos tenemos que insertar más en la Universidad de Buenos Aires. Tenemos que tener mejores relaciones con el Rectorado independientemente de que después los posicionamientos filosóficos o políticos puedan ser diferentes. Nosotros no votamos a este rector, tampoco al vicerrector y estamos convencidos de lo que hicimos. Pero eso no quita que nos sentemos a hablar en todas las mesas que haga falta por el bien de la facultad. Y también, para nuestro gusto, hay demasiado poca relación con las otras facultades de la UBA. Tenemos que tener una fuerte relación con los amigos de Arquitectura porque compartimos un predio; tenemos muchos temas disciplinares comunes con Ingeniería, con Farmacia, con Agronomía, con Veterinaria, y ya empezamos a hablar con los decanos y decanas. Más allá de la relación muy sólida que tenemos con Sociales y Filosofía por cuestiones ideológicas y políticas que, por supuesto, la vamos a mantener.

VL: Hoy, por ejemplo, estuve en la asunción de la nueva decana de Agronomía y, además de elaborar el tema género interfacultades, que es algo que estamos haciendo entre decanas y vicedecanas, hay temas que las otras facultades trabajan muchísimo como la cuestión ambiental, que nosotros también lo tenemos en agenda. Entonces, no puede ser que siendo parte de la misma UBA, no tengamos un diálogo en esos temas.

Ustedes están planteando la necesidad de potenciar las relaciones de la Facultad con el Estado, con el territorio, y llegar a lugares nuevos. Eso está muy relacionado con la transferencia, que es un tema que históricamente a la Facultad le ha costado. ¿Cómo piensan trabajar sobre este punto?

VL: Estamos trabajando en eso. Creemos que la vinculación tecnológica que puede hacer la facultad es muchísima. Tuvimos bastantes problemas con UBA y CONICET en lo que hace a la tramitación de convenios, a la transferencia de tecnologías. Estamos buscando las vías para que esos mecanismos sean más eficientes. El diálogo en este caso es con UBA y con CONICET. Sabemos que nuestros investigadores e investigadoras están en condiciones de hacer vinculaciones pero, en muchos casos, esas vinculaciones existen y se caen por un problema burocrático. Eso no puede pasar. Y ojo que cuando hablamos de vinculación no hablamos solo con la empresa privada sino también con el sector público y con organismos de lo más variados. Es algo en lo que vamos a trabajar para potenciarlo lo más posible.

¿Cómo proponen manejar la relación con los institutos de CONICET que a lo largo del tiempo ha tenido algunos inconvenientes?

VL: Nosotros creemos que los institutos CONICET tienen ventajas que no tienen los departamentos, por ejemplo, la capacidad de contratar personal de apoyo, de tener fondos propios que pueden ser destinados para determinados fines y eso los departamentos no pueden hacerlo. Ahora bien, esas relaciones no tienen por qué ser contradictorias, se pueden potenciar. Hay departamentos e institutos que conviven realmente bien y desde la gestión le vamos a dar lugar a los institutos. Están acá, no podemos decir que no forman parte de la Facultad, somos los mismos con otras camisetas, potenciemos todo lo que tenemos. Ese va a ser el espíritu, cada vez que haya que hacer cosas colectivas, se va a convocar a departamentos e institutos indistintamente. Eso hicimos recientemente para la convocatoria del programa Equipar. Es necesario planificar en cuanto equipamiento y también en cuanto obras, que es algo que estamos empezando a trabajar. Tiene que haber un plan de obras conocido por todos y todas y, entonces, todo el mundo va a saber cuál es el renglón que sigue de acuerdo al monto de la convocatoria.

Ustedes vienen teniendo militancia en la Facultad desde hace mucho tiempo, ¿se imaginaban hace unos años estar ocupando estos lugares tan importantes para la Facultad?

GD: Hasta hace unos años no me lo imaginaba. Después, a alguna gente le pareció que era hasta natural… A ver, yo hago militancia política desde hace 39 años. Hace un año, cuando le conté a uno de mis referentes chilenos sobre esta posibilidad, me dijo: “vos tenés que convencerte de que el lugar al que te ofrecen ir lo querés por lo que podés hacer ahí y no por la tarjetita que diga ‘Guillermo Durán, decano’. Si te convencés de eso, dale para adelante, sino quédate en tu casa. Pero no te mientas”. Creo que es un buen mensaje. Es un lugar donde tenemos ganas de estar para transformar la realidad de la Facultad. Por eso cuando me dicen: “Che, mirá en la que te metiste”, yo digo que no tenemos ningún derecho a quejarnos porque nadie nos obligó, teníamos ganas y aquí estamos.

VL: Mi militancia empezó siendo estudiante secundaria. No una militancia partidaria, pero siempre política. Yo creo que la política es la herramienta para construir, para cambiar la sociedad. Recuerdo alguna reunión que tuvimos en un departamento con una profesora que decía: “Esto no cambia más”. Bueno, yo seré pesimista en varias cosas, pero creo que la política es el único camino posible para cambiar las cosas.

Gabriel Rocca