
Detectan creencias erradas sobre sexo entre estudiantes
Lejos de estar desterrados, ciertos mitos sexuales siguen vigentes entre alumnos del nivel medio de escuelas porteñas y bonaerenses, de acuerdo con una encuesta llevada a cabo por especialistas del Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (CEFIEC) de la Facultad.
Aún perduran concepciones equivocadas sobre el sexo entre adolescentes y también mayores de 18 años que cursan el colegio secundario, según revela un estudio realizado en escuelas porteñas y bonaerenses por especialistas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). ¿Algunos de los errores más mencionados? Alrededor de la mitad de los encuestados considera que compartir la pileta de natación con hombres puede conducir a embarazos y, otro tanto cree que ponerse de pie durante o después de la relación sexual puede servir de método anticonceptivo.
“A pesar de todo lo que se habla de sexo, hay mitos que no se destierran”, indica Elsa Meinardi, secretaria académica a cargo del Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (CEFIEC) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, que llevó adelante la investigación junto con el Grupo de Investigación en Didáctica de la Biología. El equipo encuestó a 72 alumnos de 14 y 16 años de un colegio de nivel socieconómico medio y alto, y a 31 estudiantes mayores de 18 que cursan en dos escuelas secundarias para adultos de bajos recursos. “El estudio reveló que parte de la información que los estudiantes manejan es incorrecta. Suelen guiarse por lo que alguien les dijo o le contó, sin bases sólidas”, agrega la bióloga María Victoria Plaza, integrante del equipo.
Zambullirse en la misma piscina no genera ningún riesgo de embarazo, sin embargo, casi el 60% de las mujeres mayores de 18 años consultadas cree que compartir la pileta de natación con hombres puede conducir a la maternidad. “Al desconocer que un espermatozoide no puede sobrevivir en el agua de un natatorio, les lleva a conclusiones equivocadas”, puntualiza Meinardi.
La encuesta realizada de modo anónimo recopilaba creencias populares, a las cuales sólo se debía responder si eran ciertas o no. Por ejemplo, se les preguntó si evita el embarazo ponerse de pie durante o después de la relación sexual. Casi la mitad de los adolescentes contestó equivocadamente que sí puesto que la respuesta correcta es no. En tanto, entre los mayores de 18, acertaron el 42% de las mujeres y sólo el 23 % de los varones. “Una de las chicas dijo que no podía quedar embarazada porque sus relaciones sexuales eran de a pie. Ella nunca se había acostado con su novio. Este testimonio muestra obstáculos que se generan a partir del propio vocabulario y sobre el cual hay que trabajar”, indica Meinardi.
Varios son los mitos erróneos que no se logran desterrar. Uno es el que sostiene que se evita el embarazo si se orina antes o después de la relación. “Un 50% de los mayores de 18 años cree equivocadamente que éste puede ser un método anticonceptivo”, subraya Meinardi. En tanto, un 32 % de mujeres adultas considera, erróneamente, que no hay posibilidades de embarazo durante la primera relación sexual.
Aula y realidad
El equipo del CEFIEC investiga la educación para la salud sexual en la formación de profesores en la Argentina, un campo bastante novedoso dado que la ley de educación sexual integral fue aprobada en 2006 y en mayo del año pasado se acordaron los ejes para impartirla en la escuela dentro de un panorama inquietante. “En la Argentina, el aborto causa el 40% de las muertes en mujeres de 20 a 29 años y el 31% de las muertes en menores de 20 años. Los riesgos de mortalidad infantil se duplican si se trata de madres adolescentes”, indica el trabajo publicado en la Revista Ciência & Educação por Meinardi, Andrea Revel Chion, Elina Godoy, María Iglesias, Inés Rodríguez Vida, Leonor Bonan y Plaza.
El estudio indica que en la provincia de Buenos Aires, la maternidad adolescente representa el 25% de los nacimientos. “En las clases medias o altas una chica embarazada significa que se arruinó la vida o posibilidades de su futuro; en cambio en los sectores más humildes, esta situación es mirada y valorada de modo diferente porque la joven pasa a tener más consideración dentro del grupo”, indica Plaza, quien lleva adelante talleres de trabajo con alumnos y docentes para abordar esta temática.
Encuestas, talleres participativos, trabajo en equipo son algunas de las tareas de este equipo del CEFIEC que intenta develar mecanismos para obtener mejores resultados. En este sentido, detectar estas creencias equivocadas sobre el sexo es el primer paso de un largo camino. “Por un lado, se debe dar información correcta a los estudiantes, pero el contenido por sí solo no basta. Se debe trabajar en el modo en que se brinda”, destaca Plaza, quien elabora su tesis doctoral en educación sexual. En este sentido, Meinardi resalta un obstáculo habitual en el aula: “Los estudiantes separan lo que ven en la escuela con aquello que les pasa en su vida cotidiana. El contenido escolar lo perciben como un dato más que no tiene nada ver con lo que le sucede fuera del colegio. Debemos trabajar en unificar esta realidad percibida en forma paralela”, concluye.
Fuente: Publicado en La Nación el 17/08/2009