
Aire para Exactas
Desde fines del año pasado el Consejo Directivo dispuso la prohibición del consumo de tabaco en todos los pabellones que componen la Facultad. Esta semana comenzó una campaña de difusión que, por distintos medios, comunica el nuevo status de “edificio libre de humo”. Se espera la colaboración activa de toda la comunidad para lograr el cumplimiento de la resolución.
Pensar que hace 10 años se podía fumar hasta en los colectivos… Aunque, claro, había que tener la deferencia de abrir la ventanilla. La tolerancia hacia el humo del tabaco ha cambiado tanto en estos últimos tiempo que, a fines del año pasado, el Consejo Directivo de la Facultad aprobó sin despeinarse y por unanimidad una resolución fundamental en la avanzada contra el tabaquismo: a partir del 21 de diciembre de 2009 quedó prohibido “el consumo de tabaco en todas sus formas en todos los pabellones de esta Facultad”, dice el artículo 1ro y declara “libres de humo” a todos los edificios.
Una buena parte de la comunidad de Exactas se enteró de la novedad a través de la comunicación oficial que hizo la Facultad vía correo electrónico a fin de año y, si quedara alguna duda, se saldará con la campaña de difusión que se está llevando a cabo durante esta semana: nuevos cartelitos del tradicional “prohibido fumar”, mails, indicaciones en las puertas de entrada y afiches apoyando la propuesta de edificio libre de humo.
Hay humo en tus pasillos
La resolución del Consejo Directivo no salió de tierra yerma. “Desde hace años, la Comisión de Hábitat, que es una instancia de asesoramiento del decano, viene planteando la necesidad de hacer extensivas las resoluciones existentes sobre consumo de tabaco”, indica Ana Svarc, la secretaria de Hábitat de la Facultad. Las resoluciones mencionadas son dos. Una, de 1998, prohíbe fumar en aulas, laboratorios, oficinas, talleres y ascensores. Otra, de 2002, incluye a las bibliotecas en las zonas vedadas. Pero claro, las zonas “liberadas” venían siendo exprimidas por los fumadores. Habla Svarc: “Siempre recibíamos reclamos porque se fumaba en los baños, en las escaleras de emergencia, en pasillos internos de los pabellones I y II, e incluso porque el humo entraba en los laboratorios. Además, tenemos el caso del CBC, que es una fuente muy grande de humo y que afecta directamente a los pisos superiores”. El humo que sube, el del CBC, lo producen las decenas de jóvenes fumadores que pitan y espiran de siete de la mañana a ocho de la noche acodados en las barandas y que, además, están, digamos, bajo otra jurisdicción. “En estos casos resulta más difícil hacer cumplir una resolución de este tipo, por una cuestión de que responden a otra autoridad que no es la nuestra, y lo mismo pasa con el colegio secundario del subsuelo del Pabellón II, pero en todo lo que es edilicio la autoridad es la Facultad”, explica la titular de Hábitat, “por eso hablamos y se le mandaron notas a las distintas autoridades pidiéndoles colaboración”.
Ángel Lupinacci es el responsable del Servicio de Higiene y Seguridad de Exactas y afirma que desde el año pasado vienen recibiendo una buena cantidad de reclamos. “Mucha gente nos decía que no podía trabajar porque en la puerta de su oficina había compañeros fumando, por ejemplo, y otros nos insistían en cómo podía ser que los edificios de la Ciudad de Buenos Aires fueran libre de humo, lo mismo que los de la Nación, y acá se permitiera fumar”.
Lo cierto es que, más allá de la campaña de difusión, el efecto de la resolución “libre de humo” entró en vigencia en diciembre pasado, y ya hay experiencias para comentar. “Se ven muy pocos docentes y no docentes fumando en los edificios, lo que me parece esperable porque había un reclamo frente al tabaco. Pero ahora, que empezaron las clases, se empieza a ver que los que más fuman adentro son los alumnos”, agrega Lupinacci. Por su parte, Svarc indica que “llegar a la meta va a llevar tiempo. Lograr que la gente deje de fumar en los lugares cerrados en forma masiva va a costar, sobre todo con los alumnos nuevos, pero nos ayuda mucho el hecho de que ahora la gente tiene otra exigencia sobre el tema y son mayoría los que quieren que se cumpla la reglamentación”, y en cuanto a sus expectativas a corto plazo, afirma que “el 2010 tiene que ser un año de toma de conciencia de la situación, lo que permitirá lograr un cambio fuerte más adelante”. Y esto de la “conciencia” como condimento imprescindible se desprende de que no existe un sistema de vigilancia y castigo para los infractores, sólo queda la sugerencia por parte de una autoridad, de un compañero de trabajo, de clase o de un colega. Todo va por el camino de la buena onda.
La frontera
Exactas ahora es “libre de humo”, por lo tanto no se puede fumar en ningún lugar dentro de sus edificios; y “ninguno” es ninguno. Ante esto, los fumadores locales que se atuvieron a la reglamentación ya eligieron su lugar para darle al vicio: los sectores de ingresos a los pabellones. Por ejemplo, en la entrada del Pabellón II se produce en las horas pico una importante acumulación de fumadores, puchos en el piso y densidad de humo. “Es mucha la gente que comenzó a fumar afuera, lo que ocasionó el colapso de los ceniceros y la necesidad de tener gente barriendo el piso con mayor frecuencia”, relata Ana Svarc y comenta algunas situaciones que pueden resultar graciosas (o incomprensibles) para el no fumador y dramáticas para el fumador: “Tenemos quejas de fumadores de los pisos altos porque nos dicen que tienen que bajar para poder fumar y pierden demasiado tiempo. Muchos nos sugirieron que habilitemos las terrazas para que puedan fumar, incluso que las adecuemos, y otros nos pidieron que evaluemos la posibilidad de armar espacios con ventilación al exterior donde puedan fumar. Todo el tiempo nos proponen cosas, pero la realidad es que si Exactas es ´edificio libre de humo´ no puede contemplar excepciones”.
Respecto de los reclamos de los fumadores, Lupinacci reconoce que “algunos pueden sentirse perjudicados, sentir que es una molestia”, pero que la resolución del Consejo “es un avance importante para la salud del que no fuma. El fumador que se denomina pasivo se puede ver afectado tanto como el que fuma, dependiendo del tiempo que pase entre fumadores, por eso lo que se consigue con un edificio libre de humo es proteger la salud del no fumador”.
Por su parte, Svarc considera que éste puede ser un buen momento para propiciar el cambio: “Estamos pegando nuevos carteles, señalizaciones en las puertas, mandando mails, todo para difundir este nuevo estado de la Facultad, pero creo que para que los edificios de Exactas sean libres de humo, más allá de los papeles, el compromiso tiene que nacer de la comunidad. Y se nota que hay compromiso al respecto”. Los que vivieron la puesta en acción de las resoluciones del 98 y de 2002 relativas al tabaco cuentan que tardaron bastante en respetarse en espacios hoy muy respetados a la hora de fumar como pueden ser las aulas o los laboratorios de enseñanza. “Ahora va a ser más rápido”, asegura Svarc, “la sociedad es mucho más consciente de que el cigarrillo no sólo molesta a los no fumadores sino que los perjudica en su salud”.
Acá no se fuma, acá se fuma |
La resolución que convirtió a Exactas en facultad libre de humo es la número 3091/09, de diciembre del año pasado. Esto significa que dentro de edificio no hay lugares destinados a fumar o liberados de la reglamentación. Y esto corre tanto para los laboratorios, oficinas, pasillos, baños o cualquier recoveco que pueda existir. Las terrazas son parte del edificio, aunque no sea un espacio cerrado, por lo que no escapa la prohibición, como tampoco lo haría un patio interno, por ejemplo.
Como reglamenta todos los espacios que componen a la Facultad, están incluidos en la resolución los pabellones I, II, el de Industrias y el Bioterio. La Secretaría de Hábitat, dispuso de una dirección de correo electrónico para dirigir preguntas, sugerencias y reclamos al respecto: exactassinhumo@de.fcen.uba.ar. —- Palabra de OPS La Organización Panamericana de la Salud, en el informe “La Salud en las Américas”, de mayo de 2003, especifica “que la prohibición de fumar en el interior de espacios cerrados debe ser total para proteger la salud de todos de manera efectiva, ya que las restricciones parciales, como la existencia de áreas de fumadores y no fumadores, incluso cuando tienen sistemas de ventilación, no son suficientes. La prohibición de fumar en espacios cerrados reduce además la prevalencia y el consumo de tabaco de los que siguen fumando”. —- Ya se supo La ONG Global Smokefree Partnership reunió datos y conclusiones de investigaciones regionales y globales acerca del tabaco y sus consecuencias, entre las que se puede destacar: – Unos 200.000 trabajadores mueren debido a la exposición al humo de tabaco en el lugar de trabajo. – La exposición al humo de tabaco es una importante causa de enfermedades en los no fumadores, incluyendo cáncer de pulmón, enfermedad coronaria y muerte por enfermedades del corazón. – No hay ningún nivel seguro de exposición al humo del tabaco. – Los empleados de los restaurantes tienen un riesgo significativamente mayor de morir por cáncer de pulmón que la población general debido, en parte, a la exposición al humo de tabaco en el lugar de trabajo. – El cadmio, el benceno, el plomo y el arsénico son sólo algunos de los 4.000 componentes químicos peligrosos del humo de tabaco que también son toxinas comunes en algunas fábricas. En los obreros, el humo del cigarrillo y las toxinas del lugar de trabajo pueden multiplicar sinérgicamente el riesgo de contraer cáncer de pulmón hasta unas 53 veces. |
Fuente: El Cable Nro. 740