Aprender jugando

Un proyecto para utilizar TICs en las aulas elaborado por un grupo de docentes del que formó parte la química e integrante del CEFIEC, Lydia Galagovsky, fue premiado en el concurso Conectar Igualdad. La propuesta consiste en enseñar contenidos de biología celular a partir del empleo de un videojuego y un cuestionario especialmente diseñado con ese fin.

1 de junio de 2011

Kokori es un vocablo de origen rapanui, que es el idioma que hablan los habitantes de la de la Isla de Pascua, que significa “juguemos juntos”. Ése, precisamente, fue el nombre elegido por un grupo interdisciplinario de científicos y docentes, argentinos y chilenos, para designar una iniciativa educacional cuyo objetivo es el desarrollo de un videojuego gratuito basado en los contenidos de biología celular que se enseñan en las escuelas. “Para los estudiantes resulta difícil entender la estructura celular. Tradicionalmente ven el esquema de una célula modelo como un huevo frito donde la yema es el núcleo y la clara el citoplasma pero esa explicación no es útil para comprender la cuestión tridimensional”, señala Lydia Galagovsky, evaluadora externa del proyecto, además de profesora del Departamento de Química Orgánica de la Facultad e integrante del CEFIEC (Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias).

El videojuego se sitúa en el interior de una célula en un escenario 3D con una muy buena resolución gráfica y puede ser jugado en cualquier computadora que cuente con un microprocesador Pentium IV y 1Gb de memoria RAM. Los jugadores tienen que recorrer la célula usando nanobots con el objetivo de cumplir distintas misiones. “Un estudio realizado en Estados Unidos indica que los chicos pasan un promedio de 1,8 horas por día entreteniéndose con videojuegos. Entonces, por qué no aprovechar esa motivación con algún propósito relacionado con la enseñanza”, reflexiona Galagovsky.

El equipo encargado de la creación del videojuego está integrado por investigadores y profesores de la Universidad Santo Tomás de Chile, la empresa Austral Biotech y la Universidad de Buenos Aires. Muchos de ellos son apasionados videojugadores que sabían que para que el Kokori tuviera éxito debía ser desafiante y entretenido. Para llevar adelante el proyecto consiguieron financiamiento del FONDEF, un organismo con una misión similar a la que despliega la Agencia en Argentina. Luego de tres años de trabajo la versión definitiva estuvo en la web para octubre del año pasado.

Poco tiempo después, en el mes de noviembre, el programa “Conectar Igualdad”, que se propone distribuir tres millones de netbooks entre 2010 y 2012, una para cada alumno y profesor de escuelas secundarias públicas e institutos de formación docente, lanzó el concurso “Propuestas para el aula” con el objetivo de recibir iniciativas para la aplicación de TICs (tecnologías de la información y la comunicación) en las clases. “Cuando se llamó a este premio el video ya lo teníamos pero consideramos que el videojuego en sí mismo no es un instrumento ciento por ciento de enseñanza. Es decir, un chico puede jugar sin entender cómo es el funcionamiento celular”, explica Galagovsky. Y agrega, “entonces decidimos incorporar como dispositivo didáctico una webquest, que es un cuestionario que se cuelga en la página, que toma elementos del video juego como disparadores y trata de relacionarlos con los contenidos científicos. Incluso en la webquest se sugiere adónde buscar en Internet las respuestas para que los estudiantes usen los dispositivos TICs, para que aprovechen Internet, pero no para que recorten y peguen, porque las preguntas están hechas de tal forma que sean orientativas”.

Además de Galagovsky, formaron parte del grupo Mariela Szwarcberg, bióloga de Exactas, docente en Agronomía e integrante del proyecto Kokori; Judith Garófalo y Sara Steven ambas egresadas de la Facultad que enseñan en el Instituto de Formación Docente Nro. 174 de Villa Ballester, unidad académica a través de la cual se presentó el proyecto.

Entre más de 200 trabajos presentados, el dispositivo Kokori más Webquest obtuvo el segundo premio en el área de desarrollo de aplicaciones interactivas, lo que se traduce en ocho mil pesos para el grupo, además de equipamiento para la institución y la videoteca educativa de Encuentro-Educar. A su vez, la iniciativa, junto al resto de los proyectos ganadores, va a permanecer en el portal de “Conectar Igualdad” a disposición de todos los docentes que deseen descargarlo y utilizarlo en sus clases. Esa página va a ser un punto de referencia central para maestros y profesores que busquen nuevas propuestas para aplicar con las computadoras que están repartiendo.

“Estamos muy entusiasmadas –confiesa Galagovsky-. Lo que les gusta a los chicos del videojuego es, primero, que los mantiene activos, y segundo, que si se equivocan no pasa nada porque vuelven a empezar. Esas son, justamente, las dos cosas que no ocurren durante la enseñanza tradicional, donde el alumno es pasivo y, si se equivoca, le va mal y pierde la materia”.

El dispositivo Kokori más Webquest puede ser utilizado en escuelas primarias, secundarias y también en los profesorados. Todo depende de la complejidad y profundidad de las preguntas formuladas. “Para mí es una herramienta extraordinaria. Un videojuego educativo con la calidad de uno comercial y en castellano, yo creo que es un caso único. Pienso que marca un punto de inflexión respecto de lo que va a tener que ser la educación del siglo XXI”, concluye Galagovsky.

A jugar
Todos los interesados en conocer y jugar con el Kokori pueden descargarlo de manera gratuita ingresando a la página www.kokori.net

Fuente: El Cable Nro. 769

Gabriel Rocca