100 motivos de orgullo
El programa de becas Sadosky de Exactas celebró la graduación del becario número 100. Un logro que habla de esfuerzos y del acompañamiento que la universidad pública sostiene para quienes más lo necesitan, incluso en contextos de desfinanciamiento de fondos y ajuste presupuestario.
La historia de vida y trayectoria de Fernando Huaranca —becario Sadosky y reciente graduado en Ciencias de la Atmósfera— no solo expresa el sueño de concretar una carrera universitaria, sino también el alcance del programa de becas que coordina la Secretaría de Extensión, Cultura Científica y Bienestar de la Facultad. Su recorrido por Exactas también es testimonio del valor de una política institucional que, desde hace más de veinte años, logra que las condiciones económicas no definan el acceso y la permanencia en la universidad pública.
Cuando Huaranca ingresó a la carrera de Ciencias de la Atmósfera sabía, además, que el esfuerzo académico no sería su único desafío. Obtener el título universitario implicaba también sortear obstáculos por sus limitaciones socioeconómicas. En su caso, como en el de tantas y tantos estudiantes que llegan a Exactas desde diversas realidades económicas, necesitaba un apoyo que le permitiera enfocarse en estudiar sin renunciar a su proyecto de vida para graduarse e iniciar su carrera profesional.
“Exactas me quedaba muy lejos porque vivo en San Francisco Solano (Quilmes) a tres horas de la Facultad. Pero tenía tantas ganas de estudiar que me anoté en el Ciclo Básico Común (CBC) en Avellaneda”, recuerda Huaranca sobre alguno de los desafíos que comenzaba a vislumbrar. Y reconoce: “Y encima, a la segunda semana de cursada en Exactas, empecé a trabajar en el kiosco del centro de estudiantes. Salía a las cuatro de la madrugada de mi casa y regresaba a media noche, para repetir lo mismo cada día”.
El impulso aliviador llegó en 2020 con la beca Sadosky, oportunidad que hoy lo convierte en el graduado número cien del Programa. “Fue un sostén económico que me dio tranquilidad para estudiar durante 6 horas seguidas. Porque cursaba materias y además me quedaba estudiando en la biblioteca” expresa sobre el ritmo exigente que vivía cotidianamente. Durante tres años, la beca que obtuvo alivió la presión económica y, al mismo tiempo, amplió sus posibilidades, lo ayudó a enfocarse únicamente en los estudios, a no abandonar la cursada y a proyectar un futuro profesional en el que pudiera aplicar los conocimientos aprendidos.
“Mi mamá me apoyaba para que estudie, pero mi abuelo quería que trabaje, y yo no lograba rendir bien simultáneamente con ambas cosas. Entonces cuando gané la beca sentí confianza y cierto mérito. Como si alguien dijera: ¡Se lo merece para que siga estudiando!”, asegura con emoción el flamante licenciado en Ciencias de la Atmósfera.
En noviembre pasado, en el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, expuso su tesis de licenciatura: “Redes neuronales para el posprocesamiento de pronósticos cuantitativos de precipitación a corto plazo”, dirigida por Juan Ruiz, docente e investigador de Exactas. Allí presentó una investigación que reduce la incertidumbre en pronósticos numéricos extendidos. “Por el propio caos que tiene la atmósfera, intentamos corregir pronósticos de eventos extremos a largo plazo con un método estadístico basado en inteligencia artificial que se llama redes neuronales”, detalla con orgullo sobre la elección del enfoque a explorar.
Actualmente tiene 26 años y sus motivaciones aparecen constantemente en la conversación. “Busqué muchos trabajos relacionados con energías renovables porque quería algo relacionado con energía eólica o solar que utilizara datos meteorológicos de viento o de radiación solar”, explica con precisión sobre sus sueños. Y agrega: “Ahora que encontré un trabajo junto a un equipo interdisciplinario de ingenieros –en el que soy el único meteorólogo– siento que, de alguna manera, logré alcanzar mi búsqueda”.
Este camino, que comenzó por una pasión por las tormentas y tornados y se sumergió de lleno en el estudio y la comprensión de las dinámicas atmosféricas, hoy se sella con un título que no solo sintetiza la razón de ser del Programa de Becas Sadosky sino que, a su vez, es un puente de inspiración para muchas otras historias.
“Sabés que la beca es una fuente de contención social y económica, pero también hay una transformación en tu vida, por así decirlo, en el hecho de sentir que sos alguien que la facultad elige para que puedas dedicarte de lleno a estudiar todos estos años”, describe con gratitud sobre el apoyo recibido. Y añade: “Al pasar tanto tiempo acá me llevo la sensación de que Exactas fue una familia”.
Un programa de oportunidades
Desde su creación en 2003, la misión de las becas Sadosky es acompañar trayectorias educativas mediante ayuda económica y acompañamiento académico. A lo largo de más de dos décadas, se convirtió en uno de los programas más importantes de la Facultad para garantizar el estudio en igualdad de condiciones.
En cada convocatoria se inscriben cerca de cuatrocientas personas. Aplicar a la beca requiere de un proceso de análisis y de evaluación que inicia con entrevistas personales con los equipos interdisciplinarios de la Facultad –para evaluar cada situación de vida particular– y una nómina con un orden de mérito.
Gracias al financiamiento sostenido de la Facultad y las donaciones de graduados y graduadas comprometidos con la formación científica –que desde 2009 se canalizan a través de la Fundación Ciencias Exactas y Naturales (FUNDACEN)—, el programa no solo se mantuvo, sino que creció y se fortaleció para poder acompañar a más de 240 becarios y becarias.
En un contexto de brusco descenso en la ejecución del presupuesto universitario para las universidades nacionales –con una disminución real del 22,5% con respecto a 2023– llevado a cabo por el gobierno nacional, la continuidad de programas de becas como las Sadosky es vital para permitir que las desigualdades económicas no determinen quienes pueden o no estudiar e investigar en la Argentina. Y, ante todo, reafirma que sostener la inversión en educación pública significa creer en el futuro de la Argentina.
¿Cómo funcionan las Becas Sadosky?
• La convocatoria se abre cada año entre los meses de marzo y abril.
• Están dirigidas a estudiantes de grado de todas las carreras de la Facultad y se renuevan anualmente hasta la graduación según el rendimiento académico.
• Se trata de un beneficio que incluye: una asignación monetaria mensual (a lo largo de un año y se renueva hasta la graduación según el rendimiento académico), acceso al comedor, material de estudios y acompañamiento pedagógico con tutorías.
Los requisitos se detallan acá:
► https://exactas.uba.ar/becas-para-estudio/becas-sadosky/
Fundacen recibe las donaciones en:

Facultad de Ciencias Exactas y Naturales - Universidad de Buenos Aires - Argentina