Algas para hacer algo

Ciertas algas pueden tener aplicaciones en la industria farmacéutica como antivirales de origen natural. El equipo de investigadores dirigidos por Carlos Stortz afirma, además, que a partir de modificaciones en su composición química, podrán ser aplicables también en otras industrias como la química, la alimentaria y la cosmética.

7 de abril de 2017
Se ha encontrado que los polisacáridos de algas rojas y pardas pueden evidenciar una marcada actividad antiviral.

Se ha encontrado que los polisacáridos de algas rojas y pardas pueden evidenciar una marcada actividad antiviral.

 

El herpes resulta desagradablemente familiar para quien lo padece. Es que su presencia resulta insoslayable cuando se manifiesta en molestas y dolorosas úlceras en ciertas regiones de la piel y algunas mucosas. El herpes tipo I afecta generalmente la cara, los labios, la boca y la parte superior del cuerpo, y el herpes tipo II, se manifiesta en los genitales. En todos los casos, el causante de esta molesta enfermedad es un virus: el herpes simplex.

Sin embargo, nuevos estudios permiten albergar esperanzas ya que se ha descubierto que fármacos de origen natural pueden ayudar a paliar esta enfermedad.

El secreto radica en ciertas algas que, según los investigadores, podrían tener aplicación en la industria farmacéutica. “Entre la diversidad de macroalgas marinas que existen en la región patagónica, se ha encontrado que los polisacáridos de algas rojas y pardas pueden evidenciar una marcada actividad antiviral”, dice Carlos Stortz, director del Laboratorio de Polisacáridos Provenientes de Recursos Naturales Renovables.

Respecto de los resultados alcanzados hasta el momento, los investigadores destacan que en algas rojas han encontrado importantes cantidades de carragenanos totalmente caracterizados, mientras que en algas pardas hallaron alginatos y fucoidanos. Ambas familias de sustancias son polisacáridos, moléculas constituyentes de los seres vivos, compuestas por azúcares, que llegan a tener un peso molecular muy elevado. Los polisacáridos muchas veces  tienen amplia aplicación industrial, especialmente como gelificantes, estabilizantes o espesantes.

En el alga parda Adenocystis utricularis, particularmente, se han encontrado fucoidanos que han presentado una importante actividad inhibitoria, no sólo frente al virus herpes simplex, sino también frente al virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causante del SIDA.

(De izq. a der.) Adelante: Marianela Arijón, Vanina Cosenza, Andrea Ponce y María Cecilia Rodríguez. Atrás: Matías Villareal, Tomás Benech Arnold, Enrique Del Vigo, Diego Navarro, Carlos Stortz y Frank Sznaider.

(De izq. a der.) Adelante: Marianela Arijón, Vanina Cosenza, Andrea Ponce y María Cecilia Rodríguez. Atrás: Matías Villareal, Tomás Benech Arnold, Enrique Del Vigo, Diego Navarro, Carlos Stortz y Frank Sznaider.

“Nuestros estudios no tienen exclusivamente la misión de detectar productos con alta actividad biológica, sino también ampliar el conocimiento de la composición química de estos productos, y correlacionar la actividad biológica con los diversos factores estructurales de los mismos. En los últimos años, además, hemos dedicado buena parte de nuestros esfuerzos a modificar químicamente algunos de esos polisacáridos bien caracterizados con el fin de incrementar su actividad biológica o, inclusive, de generarla cuando ésta no estuviera presente”, aclara Stortz.

Los especialistas afirman que dichas modificaciones podrán ser aplicables no sólo en la industria farmacéutica, sino también en otras como la industria química, la alimentaria y la cosmética. De ese modo se podrían generar productos de alto valor agregado a partir de materias primas de costo relativamente bajo.

Por otra parte, los investigadores también se interesan por determinar estructuras de polisacáridos presentes en otros organismos como plantas halófitas, exudados de árboles y esponjas. Al mismo tiempo, se están llevando a cabo diversos trabajos en colaboración con otros grupos de investigación.

Una de esas colaboraciones se lleva a cabo con el grupo de investigación dirigido por Ana Rojas, del Departamento de Industrias. Los estudios sobre propiedades funcionales de polisacáridos que realiza el equipo de Rojas se complementan con estudios químicos realizados por el grupo de Stortz. Uno de los objetivos principales de este trabajo es la generación de productos de alto valor agregado para las industrias alimentaria o farmacéutica.

También mantienen colaboraciones para estudiar las paredes celulares de frutos sometidos a diferentes tratamientos previos y posteriores a la cosecha, que ya dieron lugar a cuatro tesis de posgrado. “Estas paredes celulares están fundamentalmente conformadas por polisacáridos de distintos tipos. Con estos estudios esperamos poder comprender los mecanismos químicos de cuestiones de importancia comercial tales como el daño por frío, el daño mecánico que sufren las frutas, o el efecto del agregado de ciertos compuestos químicos en la postcosecha”, relata el investigador.

Por otra parte, en el laboratorio también se realiza el análisis de la disposición espacial de compuestos relacionados con los carragenanos, una mezcla de polisacáridos que forman parte de las paredes celulares de las algas rojas. Los carragenanos son utilizados en la industria como espesantes o gelificantes en alimentos procesados. Para este trabajo se utilizan métodos de modelado molecular que son correlacionados con datos experimentales. “Estos resultados permiten explicar características físicas de los polímeros y nos dan indicaciones sobre su reactividad. Actualmente, hemos extendido estos estudios a otros compuestos cíclicos, con métodos computacionales más modernos. Por ejemplo, en colaboración con el grupo de Carla Marino del Departamento de Química Orgánica hemos extendido estos estudios de modelado a la predicción de reactividades de hidratos de carbono, por comparación con datos experimentales. Hemos puesto especial énfasis en el desarrollo de métodos reproducibles y veraces para estos cálculos complejos”, afirma Stortz.

Grupo de polisacáridos provenientes de recursos naturales renovables

Departamento de Química Orgánica

3er. piso, Pabellón II, 4576-3346.

Dirección: Dr. Carlos A. Stortz

Investigadores CONICET UBA: Andrea Ponce, Diego Navarro.

Investigadores UBA: María Rodríguez, Vanina Cosenza.

Tesistas de doctorado: Frank Sznaider, Tomás Benech Arnold, Matías Villareal , Enrique Del Vigo, Jessica González.

Estudiante de grado UNPSJB: Marianela Arijón.

Colaboraciones en curso: Elsa Damonte y Carlos Pujol (DQB), Ariel Vicente (UNLP), María L.Flores (UNPSJB), Dolores Raffo (INTA), Adriana Casas y Graciela Di Venosa (H.Clínicas), Fernando Dellatorre (CENPAT), Hebe Dionisi (CENPAT).

Patricia Olivella