El mal de los cítricos
La enfermedad Huanglongbing (HLB) o del dragón amarillo afecta a los cítricos en todo el mundo y produce enormes pérdidas comerciales. Investigadores encabezados por Esteban Hopp aplican conocimientos de genética molecular y genómica para tratar de hacerlos más resistentes.

En nuestro país las primeras plantas enfermas fueron detectadas en la provincia de Misiones en el año 2012.
Más de la mitad de la producción de frutas de la Argentina son cítricos. Las frutas cítricas constituyen el 63% de la producción frutícola nacional. Y, a su vez, esa producción representa el 3,56% de la producción mundial. Y, aunque la exportación argentina de limones se ha hecho famosa por las idas y vueltas para su ingreso al mercado de los Estados Unidos, no es menos cierto que, en el caso particular del limón, Argentina es líder en exportación de esta fruta.
Como en toda actividad agrícola, el éxito de la producción está siempre condicionado por eventos climáticos. Sin embargo, en el caso de los cítricos, la enfermedad Huanglongbing (HLB) o enfermedad del dragón amarillo es la que constituye la mayor amenaza mundial al cultivo citrícola. Existen registros que indican que esta enfermedad ya era conocida en China desde el año 1870. Hasta el momento, no tiene cura.
En el Grupo de Biología Molecular Vegetal Aplicada que forma parte del equipo interinstitucional de biotecnología agrícola, su director, Esteban Hopp, estudia -entre otros temas- la enfermedad Huanglongbing (HLB), “la más devastadora de los cítricos a nivel mundial”, según su propia definición. “El agente causal de esta enfermedad es una bacteria del género Candidatus liberibacter, que es transmitida por un insecto vector presente en las regiones citrícolas de nuestro país (salvo en Tucumán), el psílido Diaphorina citri”, explica Hopp.
En nuestro país las primeras plantas enfermas fueron detectadas en la provincia de Misiones en el año 2012. El agente infeccioso que ataca a los árboles hace que produzcan fruta amarga y con anomalías en su tamaño y forma, provoca deformaciones en los brotes, coloración irregular en los frutos, reducción de la producción y, en casos avanzados, puede incluso llegar a matar a los árboles. “En nuestro país, actualmente hay más de 200 detecciones de HLB reportadas por SENASA, que afectan a varias provincias citrícolas”, agrega Hopp.
Hasta el momento, la aplicación de insecticidas como método para atacar al insecto vector no ha dado buenos resultados a nivel mundial. Tampoco han resultado efectivos los antibióticos como herramienta para combatir a la bacteria. “Por no mencionar la poca sostenibilidad de utilizar agroquímicos y antibióticos”, acota el especialista. Por eso, la biotecnología se presenta como la alternativa más promisoria y sostenible.
Por esta razón, la investigación llevada a cabo por Hopp y su grupo tiene varios objetivos generales, entre ellos, aplicar los conocimientos más modernos de la genética molecular y genómica a la solución sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico de estos y otros problemas de la producción agroindustrial argentina. Para ello, en esta investigación sobre HLB integran su trabajo en la facultad con el de investigadores de otras instituciones relacionadas como el INTA, otras facultades (como la de Agronomía) y universidades (como la de La Plata).
“Por un lado, el grupo de la facultad, en el laboratorio de Agrobiotecnología del Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular (FBMC- IBBEA CONICET), ha venido identificando y caracterizando molecularmente genes codificantes para péptidos antimicrobianos de distintos orígenes como es el caso de la dermaseptina de rana, la lisozima de huevo de gallina”, detalla el investigador. “Desde el INTA Castelar, se ha hecho lo mismo con genes del grupo snakin/GASA”, agrega. “Estos genes, expresados en plantas transgénicas de papa y otras especies, confirieron resistencia contra varias enfermedades bacterianas y fúngicas. Por eso, este proyecto generó -gracias a las capacidades del grupo del Instituto de Biotecnología y Biología molecular de la Universidad Nacional de La Plata- naranjas y otros cítricos usados como portainjertos transgénicos para estos genes. Estos portainjertos están siendo evaluados para su resistencia a enfermedades bacterianas en el INTA Bella Vista”, explica Hopp.
Paralelamente, Gabriela Conti, utilizando la información proveniente del genoma de cítricos, logró identificar genes evolutivamente relacionados propios de los cítricos. “Su caracterización servirá para clonarlos y utilizarlos en la generación de plantas intra o cisgénicas (en lugar de transgenes de otras especies), mejorarlos por las nuevas metodologías de edición génica o utilizarlos en mejoramiento convencional asistido (mejoramiento genómico)”, agrega el especialista.
Por otra parte, utilizando la tecnología del INTA utilizada en la producción de nanoanticuerpos de llama monoclonales (VHHs), el equipo de investigadores comenzará, en breve, a trabajar en el mejoramiento del diagnóstico del patógeno. Comparados con los anticuerpos convencionales, los nanoanticuerpos presentan un gran potencial en el desarrollo de nuevos métodos diagnósticos más sensibles y específicos porque permiten detectar concentraciones significativamente menores de un antígeno.
Argentina es el octavo país productor mundial de cítricos, encontrar la forma de mejorar su producción y hacerlos más resistentes a estas infecciones podría redundar, sin dudas, en mayores beneficios económicos para el país.
Grupo Biología Molecular Vegetal Aplicada – Laboratorio de Agobiotecnología
(Departamento de Fisiología y Biología Molecular y Celular – INTA, Castelar)
Laboratorio de Agrobiotecnología, 2do. piso, Pabellón 2, e INTA Castelar y Bella Vista, Corrientes, UNLP.
Director del GBMVA: Ken Kobayashi
Dirección Equipo interinstitucional Biotecnología Agrícola: Esteban Hopp
Integrantes del grupo HLB: Gabriela Conti (FAUBA, CONICET e INTA), María Laura García (UNLP, CONICET), Carina Reyes (UNLP, CONICET), Blanca Canteros y Alberto Gochez (INTA Bella Vista)
Tesistas de doctorado: Melina Vandecaveye