Biodiversidad

Un tesoro en Buenos Aires

El 2° sitio más relevante para la bioversidad en la capital

Créase o no, en la ciudad más importante del país y una de las más protagonistas en Latinoamérica, la biodiversidad es altísima. Y esto se explica gracias a que aquí, confluyen una variedad de ambientes naturales (que se denominan ecorregiones) construyendo en conjunto un escenario muy especial.

A pesar de no verla, la CABA resguarda una inmensa cantidad vida, además de los 3 millones de porteños y porteñas que la habitamos. Es hogar para la Universidad de Buenos Aires, entre tantas otras instituciones de gran valor para nuestro país.

Aquí en la Ciudad Universitaria de Buenos Aires, cuidamos un hotspot (vocablo en ingles para ‘punto caliente’) de diversidad biológica. Si. El campus universitario gracias a contar con una Reserva Ecológica de 21 manzanas de superficie alberga muchas especies distintas de seres y formas de vida que, en su conjunto, conforman una valiosísima muestra representativa de la naturaleza típica de nuestra región. Exploremosla un poco…

¡1000 seres vivos distintos!

¿Tenemos 1000 individuos o 1000 especies diferentes?

Gracias al trabajo realizado en el Informe Diagnóstico , los relevamientos a campo y el monitoreo participativo en nuestro proyecto de ArgentInat, sabemos que, como mínimo, en la Reserva de Ciudad Unversitaria, viven 1000 especies de seres vivos diferentes. Esto significa que contamos con mucho más que 1000 individuos ¡mucho más! De hecho, sería muy dificil contabilizar la totalidad de seres vivos presentes, dado que muchos se mueven.

Hablando de movimiento…

Solo los animales se mueven. ¿o no? Mmm, podemos discutir un poco esa afirmación. Veamos: la Reserva se encuentra a orillas del estuario del río de la Plata. Un gran curso de agua que transporta líquido, gas y sólidos. ¿Qué sólidos? No solo contaminación, sino materia orgánica como troncos y hojas, pero también semillas y frutos. Por él, cirulan nutrientes, gases como el óxigeno disuelto en el agua, residuos (basura) y muchas otras cosas. También en el río vienen hongos, algas, microorganismos de todo tipo. Esporas o incluso hasta parte de seres vivos. Huevos, larvas y capullos. Muchas formas de vida, en diferentes estadíos de su ciclo se mueven. Y no todo es agua. También contamos con el aire: los vientos, y en especial la Sudestada, son el vehículo para miles de semillas de los pastos que componente la pampa ondulada, por ejemplo.

Pero si pensamos en animales

  • En la Reserva viven anfibios, reptiles, mamíferos, aves y peces. Ellos, son en conjunto, los animales vertebrados.
  • También contamos con «bichos», muchos bichos. Los insectos, el grupo más abundante en la Tierra, tiene sus delegados en la RECUCN: avispas, escarabajos, mariposas, abejas, grillos, langostas, libélulas, chinches, moscas, hormigas, mosquitos, entre otras. Más de 50 familias.
  • Arañas. Las queremos mucho en la Reserva y por eso ¡tenemos más de 100 especies diferentes! ¿Te sorprende el número?
  • Y todo termina ahí. ¿Seguros? Nos faltan aliados indispensables para el funcionamiento del ambiente. Moluscos. Como por ejemplo… ¡caracoles! un gran alimento parte de la dieta de muchas aves como el Caraú.

Plantas: La estructura del ecosistema

Lo que mas se ve. ¿Adivinás cuantas especies hay? ¿Sabes como se hace para averiguar esto? Un pista: hay más de cien, pero no mas de mil.

Algas y  hongos. ¿Son plantas? No, en realidad, algunas de sus partes son parecidas a las plantas, pero otras no se asemejan en nada. Quizás, la confusión tenga que ver con nuestra imaginación. Creemos que ninguno de los tres «tipos de vida» se mueven. Entonces, las asociamos a lo mismo.
Las hay de muchos tamaños diferentes: pueden ser visibles y formar «hojas», pero también microoscópicas y solo verse usando instrumentos especiales en el laboratorio. Algunas aparecen cuando hace calor y otras solo cuando falta oxígeno en el ambiente. ¿De quiénes estamos hablando? ¿Te diste cuenta?
En la escuela los estudiamos como «descomponedores». Pero ese título les saca valor a su belleza en si misma. Además de su ‘rol en el ecosistema’ y en la red trófica ambiental, ellos, tienen todo tipo de formas y hábitos. Pueden crecer sobre la tierra, adentro de otro ser vivo, sobre un tronco o directamente en un fruto. Si los vemos en hojas de plantas, nos llaman la atención, porque estas lucen raras.
¿Y que pasa si los juntamos? ¡Paff! Aparecienron los líquenes. Que son, ni más ni menos, que una asociación simbiótica entre un alga y un hongo. Y de ellos, también tenemos representantes en la Reserva.