Escapate si sabés

En esta edición de La Noche de los Museos, la Facultad inauguró una nueva atracción entre sus propuestas: “La Sala de Escape Científica”. La actividad capturó el interés de los visitantes durante toda la noche.

6 de diciembre de 2018

El sábado 10 de noviembre pasado tuvo lugar una nueva edición de La Noche de los Museos en Exactas. Se cumplieron quince años de participación ininterrumpida de la Facultad popularizando el conocimiento científico. En cada uno de esos años, no sólo aumentaron el número de visitantes y la oferta temática sino también la relevancia estética de la muestra. En 2018, si bien la gran tormenta que se desató esa noche amedrentó visitantes, la calidad de la oferta siguió en ascenso.

Entre las varias novedades, se destacó la Sala de Escape Científica. Un lugar marginal de la muestra -el subsuelo del pabellón- con diez estaciones de acertijos en formato de experimentos o deducciones. En cada uno se debían generar las claves necesarias para permitir el escape a una decena de participantes por turno en no más de 45 minutos. Todo en una ambientación de laboratorio abandonado y en medio de una historia integradora de los acertijos.

“Nobleza obliga admitir que la amable invitación que recibimos a principios de año del Centro Cultural de la Ciencia para visitar su sala de escape nos estimuló a crear una propia pero incorporándole la impronta de Exactas. Nuestra condición era que estuvieran representadas temáticamente las diez carreras de la Facultad y que no fuera un mero juego de ingenio sino un verdadero instrumento de comunicación”, explica Guillermo Mattei, coordinador del Equipo de Popularización de la Ciencia (EPC) de la SECCB.

La idea de involucrar a las diez carreras de Exactas le demandó al EPC usar la red de referentes departamentales de extensión que dispone todo el año para asesorarse en los contenidos de los diferentes formatos de sus comunicaciones públicas. De esta manera se fueron perfilando las actividades propias de cada acertijo.“Un punto de inflexión en la configuración de la sala lo aportó el curso Diseño de Experiencias y Materialización de Divulgación Científica, organizado por la SECCB -en el marco del Convenio que la Facultad tiene con la Fundación YPF- y que estuvo a cargo de docentes investigadores de la FADU”, explica Mattei. En uno de los trabajos prácticos del curso, el EPC planteó la idea de la sala y muchos de sus aspectos finales fueron el resultado de ese taller. Este Taller también permitió brindar herramientas para enriquecer proyectos tales como Semanas de las Ciencias, Talleres de Ciencia de la DOV y UBA XXII.

En general, los aportes de cada departamento docente funcionaron casi desde la primera propuesta y, con el correr de las semanas, se fueron ajustando. “La idea era que cada participante pudiera llegar a diez resultados codificados alfanuméricamente a partir de ejecutar experimentos y deducciones analíticas sencillos. Las claves debían ser cargadas apropiadamente en un sistema que indicaría el lugar de la llave de salida”, explica Mattei. Al final, el enigma se develaría mediante una consigna de defensa social de la ciencia, la tecnología y la educación en clave #SOSCiencia.

Párrafo aparte merece el trabajo de guionado y ambientación. “La historia de una científica viajera del futuro que nos venía a advertir acerca de los peligros de no popularizar y apoyar la ciencia, la tecnología y la innovación nos permitió dejar un mensaje muy apropiado a los tiempos que vivimos”, explica la bióloga Romina Carnevale del EPC. “Logramos armar una escenografía con material museográfico prestado que dió la ambientación que pretendíamos”, comenta la museóloga del CONICET Vanesa Iglesias.

La sala despertó una gran expectativa previa entre el público visitante. Seis contingentes la experimentaron y cuatro de ellos cumplieron la consigna de resolver el enigma planteado en menos de 45 minutos. “Los comentarios de las y los escapistas fueron muy elogiosos”, explica Martín Farina, divulgador de Paleontología.  Mauricio Mendiluce, divulgador de Matemática a cargo de una de las coordinaciones internas de la Sala opina: “No solo fue una buena idea, sino que salió todo perfecto. Fue muy interesante ver la reacción de la gente desde nuestro punto de vista. Sé que fue un laburo agotador pero me parece súper productivo por lo novedoso”. “Para mí salió perfecto, mucho mejor de lo que esperaba”, opina Gonzalo Fernández, uno de los aportantes del acertijo de computación y de la integración de las diez claves. “Me pareció muy divertido el hecho de que los visitantes tuvieran que darse cuenta casi solos de qué hacer todo el tiempo sin descanso”, dice Ezequiel Zubieta, estudiante de Física y voluntario en la coordinación interna. “Me divertí, la mayoría de las pistas me parecieron re ingeniosas y para usar la cabeza. Me gustó que nos hicieran trabajar en equipo y ponernos de acuerdo para pedir las pistas. ¡Ojalá el año que viene lo vuelvan a hacer!”, declaró la visitante Ludmila.

“El desafío ahora es sostener este recurso durante todo el año”, concluye Mattei.

Aquí están, estos son

Quienes participaron del proyecto Sala de Escape de Exactas fueron: Mirko Bahoz Torrico; Romina Carnevale; Tomás Cicchini; Christian Cossio; Martín Farina; Catalina Feledi; Gonzalo Fernández Florio; Valeria Fornes; Gonzalo García Ulibarri; Valeria Genoud; Pablo González; Carolina Grillo; Vanesa Iglesias; Anita Martín; Melina Martínez; Guillermo Mattei; Lucía Mazza; Mauricio Mendiluce; Nahuel Mirón Granese; Matías Pallás; Erina Petrera; Rocío Romero Goldar; Javier Velardi; Maximiliano Vita; Melina Vladisaukas.

Guillermo Mattei