Alberto Kornblihtt, Mirtha Lewis, Eduardo Ceccarelli y Gabriela Amodeo.

Elecciones en defensa de la ciencia

En el marco de una tensa situación debido al ajuste que viene sufriendo el sistema científico nacional, investigadores de todo el país podrán elegir, entre el 22 y el 31 de mayo, a su representante en el Directorio de CONICET para el área de ciencias biológicas y de la salud. Los tres postulantes se presentaron en la Facultad para exponer sus propuestas, debatir sus ideas y contestar las preguntas del público.

11 de mayo de 2018

En unas pocas semanas se llevará a cabo el proceso comicial por el cual, poco más de tres mil científicos de todo el país, podrán votar a su representante para la Gran Área de Ciencias Biológicas y de la Salud en el Directorio del CONICET.  La elección cobra un valor particular dada la agudización de las protestas que una parte importante de la comunidad científica viene llevando adelante frente a las políticas de ajuste que está implementando el gobierno nacional y que afectan particularmente al CONICET a raíz de la reducción de un 20 por ciento en los gastos de funcionamiento de los institutos, las restricciones y falta de actualización de los subsidios y el fuerte recorte en los ingresos a la carrera de investigador.

En ese marco, son tres los científicos que presentaron sus aspiraciones para ocupar esa posición. Ellos son: Mirtha Lewis, doctora en Ciencias Veterinarias por la Universidad Nacional de La Plata; es directora del Centro de Investigaciones y Transferencia del Golfo San Jorge e integrante del Comité Asesor Científico Tecnológico de la Iniciativa Estratégica de Investigación Pampa Azul. Eduardo Ceccarelli, doctor en Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario; es director de Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (UNR) y se desempeña como profesor del Doctorado en Ciencias Biológicas y del Doctorado en Medicina (UNR). Alberto Kornblihtt, doctor en Ciencias Químicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; es director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE UBA-CONICET), y es profesor del Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular (Exactas UBA).

Los tres candidatos aceptaron presentarse en la Facultad para exponer sus propuestas, debatir sus ideas y responder las inquietudes del público asistente. El encuentro se llevó a cabo en el Aula 6 del entresuelo del Pabellón 2. Luego de que durante casi una hora los aspirantes fueran detallando las principales iniciativas que impulsarían en caso de ser electos, llegó el tiempo de las preguntas. La primera de ellas hizo referencia a un tema que sobrevolaba la reunión y que afecta de manera directa la representatividad del actual Directorio del CONICET. En efecto, en junio de 2016, Roberto Salvarezza resultó elegido por sus pares como representante para el área de Ciencias Exactas y Naturales de ese organismo. Sin embargo, y a pesar de haberse impuesto por amplio margen, el gobierno nunca oficializó su nombramiento.

Con ese antecedente muy presente, el investigador Roberto Etchenique quiso saber qué actitud adoptaría cada uno en caso de que se repitiera una situación similar, y si estarían dispuestos a asumir el cargo, si el gobierno se los ofreciera, aun no siendo los más votados. Las respuestas brindadas marcaron el punto de mayor diferencia entre los tres aspirantes.

Siguiendo el orden de las exposiciones la primera en responder fue Mirtha Lewis. La investigadora se mostró dubitativa: “dar respuesta ahora es un poco apresurado”, señaló. Pero enseguida explicó su postura: “Creo que dependería de la cantidad de votos que tuviera y de la diferencia con el primero. Si la distancia es grande -como ocurrió en el caso de Salvarezza- no aceptaría. Pero si la diferencia es pequeña, yo asumiría”.

Por su parte, Eduardo Ceccarelli, comenzó su respuesta declarando su absoluta independencia y quiso dejar sentado que “no represento ninguna idea política”. Luego señaló que el convertirse en candidato “acepté los reglamentos existentes”. Y siguió con su razonamiento: “En el momento en el que se me solicite ser Director, si no fuera el candidato más votado, lo evaluaría. No tengo una postura decidida. Pero no considero que aceptar fuera un hecho amoral o no honorable. Sería nada más que cumplir con la legislación vigente”, completó.

A su turno, Alberto Kornblihtt fue tajante y marcó claras diferencias con sus predecesores. “Yo no aceptaría el cargo a menos que me votara la mayoría. Y, si me quisieran ofrecer el cargo siendo segundo o tercero, inmediatamente preguntaría por qué no se lo quieren ofrecer al primero”, sostuvo y, a continuación se preguntó: “De no ser así, ¿para qué hacemos una elección?”.  Posteriormente y en respuesta a lo que calificó como “afirmaciones incorrectas que circulan por las redes sociales”, Kornblihtt aclaró: “Si saco la mayoría de los votos y soy nombrado, voy a aceptar. Esta no es una candidatura testimonial. Mi intención es ganar y aceptar”, afirmó, rotundo.

Antes de este jugoso contrapunto, los tres candidatos tuvieron quince minutos cada uno para exponer los principales ejes de sus plataformas electorales. A continuación, una breve síntesis de sus propuestas.

A territorializar

El primer turno lo tomó Mirtha Lewis. La investigadora patagónica comenzó haciendo hincapié en su experiencia como gestora y señaló que a lo largo de su trayectoria tuvo que dirigir tanto institutos de dependían exclusivamente del CONICET, como organismos que también estaban integrados por universidades. “Remarco este dato porque esto me ha permitido conocer las diferentes problemáticas”.

Lewis expresó que, en caso de resultar electa, pretende darle un fuerte impulso a las políticas de descentralización y federalización del organismo. “Con ese objetivo pienso trabajar junto con el representante de las provincias en el Directorio”, adelantó.

En esa línea, Lewis avanzó con una de las líneas centrales de su plataforma: la necesidad de que los Centros Científicos Tecnólogicos (CCT) puedan “territorializar” en sus regiones. “Si nosotros no acordamos la necesidad de hacer investigación relacionada con la problemática regional nunca vamos a obtener los votos para que nos aumenten el presupuesto”, apuntó. Con ese objetivo a la vista, la investigadora planteó la necesidad de que le entreguen a los CCT una serie de herramientas de las que hoy carecen. “Tenemos que tener la posibilidad de firmar en tiempo real un convenio con un usuario que nos demanda un estudio de impacto ambiental o una planificación sobre algún tema de interés local”, ejemplificó. Y completó: “Necesitamos elaborar nuestros propios planes estratégicos que tengan que ver con las áreas de vacancia en la región y lo que es prioritario para la población del lugar”.

En relación con las evaluaciones, Lewis propuso que, además de los papers, se deben valorar los informes técnicos. “Los informes técnicos son muy importantes, no sólo para los científicos que trabajan en las provincias sino también para aquellas que están en CONEA, CONAE, INIDEP, INTA, y otros organismos. Esos informes producen un gran impacto social pero no son valorados como corresponde. Y lo mismo ocurre con los estudios interdisciplinarios”, completó.

Más presupuesto

El segundo lugar le correspondió a Eduardo Ceccarelli. El investigador rosarino también hizo un rápido repaso de su carrera resaltando sus diferentes experiencias de gestión. “Me siento capacitado para cumplir el rol de miembro del Directorio del CONICET porque, como ustedes, yo quiero lo mejor para la institución y para todos nosotros”, subrayó.

Enseguida criticó la situación presupuestaria del CONICET y afirmó que “no se puede desarrollar una institución sin recursos”. Asimismo, consideró que, de conseguir más fondos para el organismo, éstos no sólo deberían destinarse al incremento de becas y subsidios. “Necesitamos que se siga financiando el crecimiento de la infraestructura para la ciencia y disponer de más recursos para gastos de funcionamiento”, expresó.

Para Ceccarelli, resulta imprescindible establecer una mecánica de lobby permanente a través de canales directos de conversación y presión con los decisores políticos. “Tenemos que lograr un sistema continuo de análisis de presupuesto y de solicitud de recursos a las autoridades. Esto es esencial. No podemos funcionar si no tenemos una ampliación real de presupuesto que cubra las necesidades del sistema”, remarcó.

Más adelante, coincidió con Lewis en la necesidad de profundizar la federalización del CONICET y se quejó: “No se pueden aplicar políticas generales para lugares del país que son muy diferentes, porque cada uno tiene sus problemáticas particulares”. Con ese objetivo propuso darle a los CCT una mayor autonomía y poder de decisión tanto en aspectos administrativos como científicos.

Finalmente, Ceccarelli consideró que es muy importante la vinculación y la transferencia del CONICET con la sociedad, pero que esto no debe realizarse de cualquier manera. “Nuestra  transferencia nuestra tiene que estar basada en la calidad científica y en la excelencia, y no en un sistema de servicios que puede ser realizado por cualquier otra persona o empresa fuera de nuestra estructura”, remató.

Bajo ataque

El último de los postulantes fue Alberto Kornblihtt. El biólogo molecular quiso dejar en claro, de inicio, los aspectos políticos de su candidatura. En ese sentido, manifestó que considera que el CONICET se encuentra bajo ataque a partir de una sostenida reducción presupuestaria. Para sostener sus dichos, Kornblihtt desplegó una serie de cuadros con diferentes indicadores que indican el recorte que viene sufriendo la institución.

Pero, para el investigador, al recorte de fondos se le suma otro ataque destinado a dañar el prestigio del organismo. “Muchas de las autoridades han desplegado una serie de ideas falsas, como que antes se financiaba una ciencia inútil y ahora se va a financiar sólo ciencia útil; que los investigadores tiene que fundar su propias empresas y convertirse en emprendedores; que los científicos no hemos hecho otra cosa en nuestra vida más que publicar papers, como si publicar papers fuera un pecado”, se lamentó.

Inmediatamente, mostró el mail en el cual le informan que este año la primera cuota para gastos de funcionamiento se reduce un 20 por ciento en términos nominales respecto de 2017. “Esto es como una cachetada. Porque uno está acostumbrado a que las cosas no aumenten pero no a que bajen”, se indignó. Y completó: “En este cuadro de situación el tema presupuestario es central porque sin recursos muchas de las cosas que los tres proponemos serán imposibles de hacer”.

En otro orden de cosas, manifestó su oposición a que los llamados a carrera de CONICET se restrinjan exclusivamente a las unidades ejecutoras. “El CONICET debe financiar la investigación de gente talentosa en cualquier lugar, no sólo dentro de los institutos”.

Finalmente, Kornblihtt rechazó el carácter secreto que hoy tienen las reuniones del Directorio y sostuvo la necesidad de que, por lo menos, las actas sean públicas. “Actualmente no se sabe qué vota quién. No podemos estar dependientes de un Directorio en el cual, muchos de sus miembros actúan casi como si fueran miembros del gabinete del presidente del CONICET. Yo no quiero ser miembro del gabinete. Yo, si soy director, será para llevar adelante este programa y responder a los votantes”, definió.

Debate en imágenes

El debate completo y las preguntas de los asistentes ya están disponibles en YouTube en http://bit.ly/2FPels4

El currículum completo de los candidatos y sus plataformas en https://bit.ly/2HOJy3O

Gabriel Rocca