Elección, toma y después

Cuatro días de toma estudiantil tras la elección de Juan Carlos Reboreda como decano. La sesión extraordinaria de Consejo Directivo se llevó a cabo el martes 22 en el Aula Magna del Pabellón I, con algunos incidentes que no impidieron realizar la votación. El decano Jorge Aliaga decidió permanecer en su lugar de trabajo pese al jaque de los estudiantes de la toma. Fuerte impacto mediático y dudas sobre la posibilidad de nuevas acciones.

31 de octubre de 2013

El martes fue un día muy particular para la comunidad de Exactas. Empezó temprano y terminó tarde. O, mejor, no terminó sino hasta tres días después. Incluso podría decirse que empezó un día antes. Para más claridad, es apropiada la cronología eligiendo como hito la asamblea convocada por el centro de estudiantes el lunes 21 de octubre. Todavía en la web del CECEN pueden leerse las resoluciones de esa asamblea; entre ellas, “impedir la elección de decano mandatando a los consejeros estudiantiles a que se levanten al momento de la elección e interrumpir entonces la elección entre todos”, aprobada por mayoría. Como hecho político y público, el dictamen de la asamblea fue conocido en poco rato por las autoridades de la Facultad, encargadas del “protocolo” de la reunión extraordinaria y, a su vez, testigos recientes del accionar de las agrupaciones que encabezan el centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras durante la elección de su decano respectivo. Esto es: tumulto, insultos, gritos, caminatas sobre la mesa del consejo, ducha de prepo a los consejeros. Con antecedentes o sin ellos, era previsible (por predefinido) que la elección del decano de Exactas se rompiera: el 21 a la noche había comenzado la vigilia convocada ese mismo día por una asamblea estudiantil, como preparativo ante la elección.

“Con la decisión de la asamblea a la vista, tomamos recaudos para evitar la interrupción”, dijo al aire el decano Jorge Aliaga durante una de las decenas de entrevistas que dio a los medios durante la toma que, finalmente, ocurrió a posteriori de la elección. Prevenidas, las autoridades de la Facultad decidieron anticipar la jugada y aplicar el cattenaccio, por usar una metáfora futbolística. Minutos antes de dar sala, las dos primeras filas del Aula Magna del Pabellón II y el borde del escenario estaban ocupados por profesores y graduados afines a la gestión, que también tenían presencia en los dos pasillos laterales. Mientras tanto, afuera del aula, pegados a las puertas todavía cerradas, esperaban, de un lado, militantes del CECEN y estudiantes que apoyaban el reclamo y, de otro lado, graduados, profesores, estudiantes y trabajadores no docentes que, en cambio, querían ver a Juan Carlos Reboreda electo decano. Los que tienen buen ojo se juegan en afirmar que había más de 500 personas en el Aula Magna. Se abrieron las puertas, entró la gente. Con las columnas, principalmente, del PO y de La Mella ocupando uno de los pasillos y empezando a chocar con cierta cautela contra aquellos de las primeras filas, el Aula Magna se completaba con una platea muy nutrida y el lateral derecho ocupado por no docentes en evidente ropa de trabajo. Por momentos, tres de ellos competían en ruido con la percusión trotskista dándole a un bombo con la inscripción “Los elegantes de Saavedra” (se entiende, una murga), según puede verse en un video acercado al canal de cable TN por un usuario. El video fue la primera pieza documental de denuncia de agresión que circuló en las redes sociales y fue grabado antes de las 11.00 por un docente de la Facultad que, a modo de presentador televisivo, señala como “barrabravas de Platense” a un grupo de personas en las puertas del Aula Magna mientras estos le dicen: “Pero si vos nos conocés!” (puede verse en la web de “TN y la gente”).

Con todos los consejeros en sus puestos, largaron las alocuciones. Como indica el Estatuto de la UBA, estaban presentes para elegir decano los consejeros directivos salidos de las elecciones de septiembre (y que asumirán definitivamente en marzo próximo) encabezados por el decano saliente, Jorge Aliaga, quien en pocas horas más se caracterizaría como “decano no saliente” por motivos ajenos a los estatutos. Guillermo Durán, representante del claustro de Profesores e integrante de la agrupación ADU, hizo la presentación de Reboreda como candidato a decano. Otro profesor de ADU, Darío Estrin, presentó al candidato a vice, Luis Baraldo. Le siguió en la palabra el consejero por la mayoría de Graduados, Federico Coluccio Leskow, quien, al final de su discurso, manifestó que la agrupación Sumatoria apoyaría a la dupla Reboreda-Baraldo. Por el lado opuesto, la mayoría de Estudiantes –pertenecientes a La Mella– y la minoría de éstos –Partido Obrero en La izquieda al Frente– indicaron a su turno que no participarían de la elección por considerarla antidemocrática, retirándose de la mesa a medida que dejaban el micrófono. También se retiró Renata Menéndez Hellman, consejera por la minoría de Graduados y miembro de Graduados al Frente. Fue más de una hora y cuarto de discursos ininterrumpidos y expresados sin ningún incidente. Juan Winograd, del PO, fue el último en hablar y el que más tardó en largar el micrófono. Anunció, como los estudiantes, que su agrupación abandonaría el lugar. Amagó con dejarle servida la reunión a los consejeros que permanecían sentados como para que eligieran al decano, aunque eso no ocurrió. En cambio, el peso de la “Cuarta Internacional” dejándose caer escaleras abajo cambió el eje de equilibrio: la columna del PO y la Mella, con apoyo del CRCR (dimisión del PCR), zarandeó al catenaccio y la presión física parecía abrir camino definitivo hacia el escenario. La intervención de un grupo de no docentes retrasó el adelantamiento de la columna de militantes y durante no más de cinco minutos se produjeron empujones y puteadas en el sector donde originalmente se habían ubicado quienes pretendían que se llevara a cabo el acto electivo. Después de que un anónimo (hasta el momento) dejara escapar un chorro de gas del matafuego ubicado junto al escenario y, más que nada, después de que la fórmula Reboreda-Baraldo se aprobara por 11 votos a favor y con 5 ausentes, el tumulto se desarmó. Otro dato de la previsión frente a posibles bombos, cánticos y megáfonos que pudieran impedir el voto a viva voz (estrategia usada el lunes 21 en Arquitectura): los consejeros contaban con carteles con los nombre de los candidatos y otro con la palabra “abstención” para posibilitar que el voto fuera notoriamente público en caso de ser necesario. Y lo fue.

Los momentos siguientes ampliaron el escenario. En el Pabellón I, se cerraba la formalidad de la elección y se felicitaba a Reboreda y Baraldo. En el Pabellón II, se preparaba una nueva asamblea encabezada por el CECEN donde se definiría la toma del decanato “tras los hechos de violencia ejercida por patotas y barrabravas” y se denunciaba la elección del decano como “antidemocrática” con la vista en la “democratización de la UBA”. El discurso que asociaba trabajadores no-docentes con patotas y barras se había anticipado en el video de la previa y también durante la sesión: había sido Winograd quien indicara que había “patotas” en el Aula Magna y, en sentido diverso, que las autoridades “usaban a los no docentes como carne de cañón”. Pocas horas después, los ingresos a los sectores administrativos estaban obstruidos con pilas de sillas, lo mismo las escaleras de emergencia, por mandato de la asamblea. Sin embargo, el decano Aliaga se encontraba previamente en el sector de decanato acompañado por algunos colaboradores y, atento al contexto, se mantuvo en el lugar sabiendo que salir significaría no poder volver a entrar. Cuando cayó el sol, la situación en Exactas era particular para el contexto de la UBA (ver artículo en página 4). El sector administrativo, bloqueado por estudiantes. El gremio no docente, de paro “hasta la normalización institucional”, considerándose ofendidos por las acusaciones y/o prejuicios. El decano, sin intención de dejar decanato, junto con la secretaria Académica, María Gassmann; el secretario de Extensión, Graduados y Bienestar, Leonardo Zayat, y quien escribe estas líneas. A esta altura, el canal TN titulaba “Barras bravas de platense golpean a estudiantes”. Exactas ya estaba instalada en la tele.

La hora de la resistencia
“Atrincherado no, es un término belicista”, insistía Jorge Aliaga durante el segundo día de la toma ante los periodistas que lo presentaban como “el decano atrincherado” y aclaraba que más que atrincherarse estaba llevando a cabo una “resistencia pacífica”. El martes, cerca de las 20.00, había comenzado la estadía forzada de lo que sería un encierro de cuatro días y tres noches, cuya crónica se puede rehacer a través de un tour mediático, recorriendo las web de los medios nacionales y las redes sociales que fueron tomando testimonio de la situación: una time line gigante, articulada a partir de múltiples pantallas, perfiles de Facebook, cuentas de Twitter, podcasts de radios, mails, videos, fotos. Ahora es así, nomás.

Sumado a la presencia de Aliaga en los programas de noticias (Skype mediante, como lo admitía la situación) y los mails dirigidos a la comunidad de Exactas, el martes a la madrugada se activó la cuenta de Twitter @decanatoFCEN, en la que todavía puede rastrearse parte de la cronología de los hechos y que incluye el link al video de la totalidad de la sesión extraordinaria, tomada sin cortes (vimeo.com/Exactas). Además de la palabra de los consejeros y el momento de la votación, pueden verse diversos paneos de cámara que abren un panorama del entorno, de las caras y de las actitudes de los presentes.

Al mediodía del jueves –tercer día de la toma– ocurrió un imprevisto. Sorpresa. Llegó a la puerta del Pabellón II un equipo de emergencias integrado por tres ambulancias y un patrullero con personal de Bomberos de la Policía Federal. Amenaza de bomba. La secretaria de Hábitat de la Facultad, Ana Svarc, entró en diálogo con el personal de emergencias y convergieron en que no era necesario ingresar a revisar el lugar ni evacuar el edificio por entender que se trataba de un aviso falso. Los móviles pegaron la vuelta. En el aire quedaba la denuncia inmediata que pudo advertirse en el hall del Pabellón II, cuando un estudiante con megáfono indicaba que el decano Aliaga había llamado a la policía para desalojar “a los palos”. También quedó en el aire la posible evacuación que hubiera dejado al decanato vacío.

Día movido el jueves. Fue poco más allá de las dos de la tarde cuando más de 300 graduados, profesores y estudiantes se juntaron para mostrar su apoyo a la resistencia de Aliaga y caminaron hasta los ventanales de decanato, donde hubo cánticos y aplausos. Otros tantos cientos, principalmente alumnos, comenzaban a llegar a la asamblea convocada por el CECEN donde se discutiría la continuidad de la toma. Mientras no aflojaba la presencia de Exactas en los medios de comunicación, la asamblea se definía entre dos propuestas, levantar la toma en ese momento o extenderla hasta el viernes a las 7.00. A la tardecita, los estudiantes presentes optaron por «continuar la medida hasta la movilización de mañana [NR: por la reunión de consejeros superiores del viernes pasado] al Consejo Superior a las 8 am en el Rectorado, y durante la noche, desbloquear y limpiar» y, entre otros puntos, pedir en la reunión del próximo Consejo Directivo la realización de jornadas para «discutir democratización en todos los niveles de gobierno». Pero hubo algo más, un punto que tuvo perfil muy bajo hasta que, cuatro días después, el CECEN diera a conocer los postulados aprobados en la asamblea: «Que se reconozca que fue un error hablar de la presencia de barrabravas».

Después vino la última noche. Y, a la mañana siguiente, ocurrió la salida del decano Aliaga del sector administrativo, junto con sus tres colaboradores. Lo esperaba una decena de cámaras que trasmitieron en vivo y en directo, apenas después de las 8.00, el traspaso de la puerta de vidrio que hacía algunas horas estaba cubierta de sillas. En cuanto a temas concretos, vale destacar la decisión del decano: ayer inició, resolución mediante, una investigación administrativa con el propósito de aclarar las acciones y establecer responsabilidades frente a los tumultos ocurridos el martes durante la elección de Reboreda.

Hoy en Exactas hay clases, funciona el jardín maternal, se mueven los expedientes y el decano entra y sale de su despacho a gusto e piacere. Pero el pedido de «democratización» de la universidad, leitmotiv del Partido Obrero, del PCR desde la segunda línea de batalla y que incorporó también La Mella, promete mucho todavía. ¿Volverá la toma a Exactas, asociada a esa demanda general, tras alguna reunión de Consejo Directivo? Habrá que atender lunes tras lunes de Consejo. ¿Aumentará la probabilidad de toma cuanto más cerca esté el 5 de diciembre, fecha de la elección de rector? Eso, hoy, es especulación pura. Mañana quizás no lo sea tanto.

Otras voces
En el blog del CECEN (http://www.cecen.com.ar) pueden consultarse las resoluciones de las distintas asambleas que se sucedieron desde el lunes 21 al viernes 25. También hay información al respecto en la web de las agrupaciones “FEM!” (http://elfem.com.ar) y “En Acción” (http://www.enaccion-fcen.com.ar).
Exactas UBA