El clima que viene

Durante la última semana de octubre, alrededor de 350 científicos de 80 países de todos los continentes, se reunieron en la Facultad de Derecho de la UBA para analizar la evolución del cambio climático. El grupo de trabajo que se dio cita en Buenos Aires se ocupa de la evaluación del conocimiento mundial acerca de impactos, vulnerabilidad y adaptación ante este fenómeno.

8 de noviembre de 2012

Con mínima trascendencia mediática, en la semana del 22 de octubre estuvieron trabajando en Buenos Aires cerca de 350 científicos de 80 países de todos los continentes con el objeto de evaluar algunas de las aristas del efecto planetario que se conoce como cambio climático. En particular, se llevó a cabo la Tercera Reunión de Autores Principales del Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (más conocido como IPCC), que fue un paso más en el camino hacia el Quinto Informe de Evaluación, que culminará en octubre de 2014. En esta oportunidad, la Universidad de Buenos Aires actuó como anfitrión.

El Grupo de Trabajo II es el que se dedica a la evaluación del conocimiento mundial acerca de impactos, vulnerabilidad y adaptación ante el cambio climático. Desde la resonante presentación del último informe del IPCC, el Grupo ya se había reunido dos veces y, después de Buenos Aires, lo esperan Eslovenia en 2013 y el cierre en Japón 2014. En tierras niponas, el IPCC concluirá –como ocurre cada siete años– sus informes centrales a partir de los resultados del trabajo del Grupo II sumados a los grupos I y III, que analizan la investigación básica sobre el cambio climático y las estrategias para mitigar las consecuencias del cambio.

Vicente Barros, meteorólogo de amplia experiencia en temas de variabilidad climática en Sudamérica y profesor emérito de Exactas, es el vicepresidente del Grupo II. Muy conforme después de los tres días de actividad en la Facultad de Derecho, Barros comienza hablando de política internacional (N de R: la entrevista fue realizada los días previos a las elecciones en los Estados Unidos). “Si Barack Obama es elegido presidente y logra mayoría en las dos cámaras, es probable que tengamos una aceleración en las medidas para revertir el cambio climático. Ahora, si los republicanos están controlando la cosa, va a ser difícil, son muy extremistas al respecto y lo corren a Obama desde el punto de vista de los costos que supone bajar las emisiones, pero bueno, por algo no lo sacaron como tema de campaña, saben que es una cuestión sensible para mucha gente”.

– Si depende tanto de un único país la posibilidad de accionar globalmente, ¿qué papel cumple el IPCC?

– Lo que hace posible el IPCC es integrar todo el conocimiento disponible sobre el tema de cambio climático y ofrecer a los políticos una base científica sobre la cual puedan tomar decisiones, establecer acuerdos. La síntesis de todo el trabajo de siete años se hace en un lenguaje accesible a la clase política, pero no se recomienda cómo actuar políticamente, el Panel no tiene nada que ver con las negociaciones entre los países.
Por ejemplo, el 85 por ciento de la energía que usamos proviene de los hidrocarburos, así que ¿cómo haces para que los políticos discutan este tema y tengan una herramienta más o menos neutra que les permita entrever un panorama futuro? Dentro del IPCC habrá trabajos que reflejan un escenario posible, otros que reflejan otro, entonces la generación de esta herramienta balanceada resulta muy útil y por eso se le dio el Premio Nobel en el año 2007.

– ¿Cómo es el mecanismo detrás de esos siete años de trabajo que hay entre cada uno de los informes finales?

– El mecanismo de funcionamiento del IPCC es bastante complejo y sofisticado, y reconozco que puede resultar muy aburrido de explicar, pero lo que sobresale es que busca el equilibrio, busca que nadie pueda ejercer influencia decisiva. Pensá que es una estructura internacional de la que participan unos 800 autores que se dedican a revisar toda la investigación existente, toda la bibliografía, para hacer una síntesis y evaluación de las mismas. También hay informes parciales y se acuerdan borradores que se publican en la web y reciben comentarios de todo aquel que desee hacerlos. Ese es un gran trabajo para los autores porque hay borradores que tienen hasta 3000 comentarios y los investigadores del IPCC tienen la obligación de contestar cada uno. Es la única organización en todo el mundo que aplica este sistema, no hay otra ciencia en la que se haga esto. Al final, nuestro trabajo cierra con un sumario de todos los sumarios, que es el documento más político de todos, que se supone que va a ser para septiembre u octubre de 2014. Ahí termina un ciclo y vuelve a empezar otro round de unos seis, siete años.

– ¿Cómo fue la dinámica de trabajo durante esta reunión?

– Fue muy interesante, en el Grupo II tenemos treinta divisiones temáticas, que llamamos “capítulos”, veinte son sectoriales y diez son regionales. Tuvimos que lograr que no hubiera contradicciones y poder presentar el mismo problema visto desde todas las regiones y visto desde los distintos sectores. Estoy asombrado de la honestidad de la gente, de la buena onda que hubo para desarrollar un trabajo cooperativo, sobre todo teniendo en cuenta que se está juntando gente de distintas culturas, de todo el mundo.

-¿Qué distingue el trabajo del Grupo II?

-Yo te diría que el énfasis de este grupo está puesto en la certeza de que tenemos que dar soluciones. En el 2007, el gran mensaje fue que el cambio climático estaba ocurriendo. En nuestro grupo, el gran mensaje para dar es qué hacemos y cómo manejamos las decisiones en un contexto de incertidumbre. Digo incertidumbre porque no tenemos el 100 por ciento de seguridad de cómo va a evolucionar el clima. Sabemos que hay una tendencia, nada más. Esto te lo dije en veinte palabras y va a ser un documento de mil páginas. Obviamente, se va a meter en todos los detalles, regiones, sectores, cómo va a afectar cada actividad, qué soluciones se pueden dar, etcétera.

-¿Cuáles fueron los informes parciales del Grupo II? ¿Qué pudieron aportar?

-A principios de 2012, el IPCC tuvo dos informes, uno que es sobre energías renovables, que fue un informe del Grupo III. Es muy bueno porque mostró que con un escenario económica y técnicamente viable, es posible llegar al 2050 con el 80 por ciento de la energía renovable. Eso no es un sueño, hay todo un estudio que muestra las tendencias tecnológicas. Por nuestra parte, desarrollamos un informe parcial que trató sobre eventos extremos y manejo de desastres.

-¿Con qué resultados?

-Un desastre es la conjunción de factores. Por un lado, el fenómeno natural, que lo genera y que, a su vez, en este caso está condicionado por el cambio climático. Y también la vulnerabilidad de la población y la exposición. Esta conjunción genera un riesgo. La conclusión es que las temperaturas altas han ido aumentando en frecuencia y también han aumentado las tormentas intensas. También aumentó la vulnerabilidad en muchos lugares y en otros disminuyó, pero el factor determinante de los mayores desastres es el aumento que hubo en la exposición: las poblaciones se han ido ubicando en zonas vulnerables. La agenda se sale del cambio climático. Ese es el resultado sintético de dos informes especiales. Ahora pensamos que se puede superar muchísimo el informe que hicimos sobre extremos porque hay más bibliografía que va surgiendo todo el tiempo.

-¿Puede resultar incómodo investigar temas relacionados con el Cambio Climático, en cuanto a las tensiones políticas que genera?

-Sin dudas que el cambio climático suscita enormes intereses políticos, económicos, estratégicos, pero lo que pasa es que como la negociación se basa en lo que el IPCC hace y dice, ¿cuando querés voltear la negociación que hacés? Le pegás al IPCC. Entonces nosotros estamos en continuo ataque de los que se llaman a sí mismos “escépticos”. Greenpeace ha publicado una documentación que demuestra cómo los grupos escépticos son financiados por petroleras. Todo el ataque al IPCC es claramente injusto. Nos acusan, por ejemplo, de que trabajamos con estudiantes y, por supuesto, no tenemos estudiantes, sí jóvenes talentosos que todavía no son profesores. Por otro lado, nos acusan de ser siempre los mismos.

-Al comienzo de la entrevista hacía mención a los Estados Unidos…

-Esto se va a definir en los Estados Unidos porque toda Europa ya está involucrada, Japón también y los países en vías de desarrollo también toman compromisos, aunque están con un ojo mirando qué va a hacer Estados Unidos. Actualmente, tienen un compromiso formal de reducción de emisiones con metas para el 2020 pero todavía no está aprobado en el Congreso.

-¿China no resulta otra preocupación?

-China se comprometió a reducir la intensidad de las emisiones por unidad de producto bruto, reducirlas en un 35por ciento hacia el año 2020. Yo estuve en lo que ellos llaman Foro del Siglo XXII y advertí que los chinos tienen una fuerte preocupación por la gran dependencia hacia el petróleo. Casi todo el petróleo que va a China pasa por el estrecho de Malaca, en Singapur; cualquier conflicto localizado en ese lugar le paraliza la economía. Ellos tienen esa preocupación de buscar energías alternativas y posiblemente tengan más gobernanza y les permita avanzar en ese tema. Pero, de todas formas, creo que finalmente la última palabra la va a tener el propio clima, porque la gente es, finalmente, la que soporta las pérdidas. Los costos de los desastres naturales, los seguros, han ido aumentando en los últimos 50 años. En parte por la mayor exposición, en parte porque hay más riqueza entonces hay más bienes, pero también porque los fenómenos están ahí y están creciendo.

El clima en la UBA
Con el marco de la reunión en Buenos Aires del Grupo de Trabajo II del IPCC, el 24 de octubre pasado tuvo lugar la apertura del Taller “Adaptación al Cambio Climático en Sectores Clave en América del Sur”, como parte del Programa Interdisciplinario de la Universidad sobre Cambio Climático, de la Universidad de Buenos Aires.

Participaron de la inauguración del taller el rector de la UBA, Rubén Hallu; el secretario de Ciencia y Técnica de la UBA, Hugo Sirkin; la secretaria de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Ruth Ladenheim; la secretaria general del IPCC, Renata Christ, el copresidente del grupo II del IPCC, profesor emérito Vicente Barros; el director de Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Nazareno Castillo Marín, y la subsecretaria de Planificación de la Secretaría de Ciencia y Técnica y coordinadora general del PIUBACC, Ana María Balaszczuk.

 

Fuente: El Cable Nro. 809

Armando Doria