A fuego lento

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) dio a conocer un nuevo informe en el que confirma que el planeta está sufriendo un proceso de calentamiento global originado, principalmente, por la actividad humana. La climatóloga Matilde Rusticucci, una de las autoras del trabajo, detalló las principales conclusiones del reporte.

10 de octubre de 2013

A lo largo del año 2007 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), creado por la Organización Meteorológica Mundial y la Oficina de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, fue difundiendo mundialmente los distintos capítulos que conformaron su 4to. Reporte de Evaluación sobre el Cambio Climático. Sus conclusiones tuvieron un impacto tan fuerte en la opinión pública global que despertó el rechazo inmediato del poder económico y político mundial que inició una campaña de deslegitimación de sus resultados, por la cual, hasta llegó a perseguir judicialmente a algunos de sus autores.

Seis años después, el 27 de septiembre de 2013, en Estocolmo, Suecia, el IPCC inició el camino para dar a conocer su 5to. Reporte de Evaluación con la presentación del nuevo informe llevado a cabo por el Grupo de Trabajo I, que es el encargado de estudiar las bases físicas de este fenómeno (ver recuadro). El trabajo, a partir de un mayor número de observaciones de más calidad, de una mejor comprensión del sistema climático y de modelos más robustos, reafirma los resultados alcanzados en el documento anterior. En síntesis: “El calentamiento en el sistema climático es inequívoco y desde 1950 son muchos los cambios observados en todo el sistema climático que no tienen precedentes en los últimos decenios o milenios”. Y agrega que: “Es sumamente probable que la influencia humana haya sido la causa dominante de este calentamiento”.

“Se trata de un trabajo científico invalorable”, destaca con orgullo Matilde Rusticucci, una de los 209 autores de todo el mundo que participaron de la tarea de recopilación de datos y escritura de este monumental estudio, compilado en un texto de más de dos mil páginas, que contienen 1250 figuras, en las que se citan 9.200 publicaciones científicas. Este documento final comenzó a planificarse en 2008, se elaboraron cuatro borradores que fueron revisados por 1089 especialistas independientes que formularon 54.677 comentarios, cada uno de los cuales fue respondido por los autores.

Durante la última semana de septiembre, un grupo reducido de científicos, entre los cuales estaba Rusticci, mantuvo sucesivos encuentros con delegaciones de numerosos países del mundo. De allí surgió, tras maratónicas reuniones, un resumen de trece mil palabras destinado a los representantes gubernamentales. “En esos cuatro días, el texto fue aprobado palabra por palabra”, asegura la experta.
Ver para creer

Apenas regresada de la cumbre de Suecia, Rusticucci, profesora de Exactas UBA e investigadora del CONICET, brindó una charla en la que detalló algunos de los principales resultados del documento. En primer lugar se refirió a los cambios observados en los diferentes componentes del sistema climático. En ese sentido, el informe señala -a partir tres series independientes de datos globales, una de las cuales se inicia en 1850 y las otras dos en 1880-, que entre 1880 y 2012 la temperatura media anual del planeta aumentó 0,85ºC. Pero, en algunas regiones, el incremento ha sido mucho mayor y llega a superar los 2ºC.

Además, las últimas tres décadas han sido, sucesivamente las más cálidas desde que se tienen registros. Y, en el Hemisferio Norte, los treinta años que separan 1983 de 2012 se constituyeron en el período más cálido de los últimos 1.400 años. “El calentamiento del sistema climático es inequívoco. Esa frase viene del informe anterior, pero en éste la reconfirmamos”, señala Rusticucci.

En relación con otros elementos del sistema, el reporte señala que en las últimas dos décadas, la capa de hielo de la Antártida y de Groenlandia se está adelgazando, los glaciares continúan reduciéndose en casi todo el mundo y la cubierta de hielo marino en el Ártico y la capa de nieve en la primavera del Hemisferio Norte vienen disminuyendo su extensión. De hecho, ya han perdido varios millones de kilómetros cuadrados. “En el informe, cuando se habla de alguna región en particular, es porque los resultados son estadísticamente significativos. Eso quiere decir que hay registros que nos permiten decir eso”, precisa la investigadora.

Por otro lado, el nivel medio del mar, entre 1901 y 2010, creció 0,19 metros. Esto implica que la tasa de aumento del nivel medio del mar, para ese período, fue mayor que la registrada para los últimos dos milenios. El aumento del nivel del mar es producto, principalmente, del calentamiento del océano, cuyo promedio de temperatura en los 75 metros superiores de la masa de agua ha aumentado 0,11ºC por década, desde 1971.
Por mi culpa, por mi culpa

Otra de las variables seguidas con atención por los científicos del IPCC son los gases de efecto invernadero. El documento presenta una información contundente: las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono (CO2), metano y óxido nitroso han alcanzado niveles sin precedentes en, por lo menos, los últimos 800 mil años.

Además, las concentraciones de CO2 se han incrementado un 40% desde los tiempos anteriores a la era industrial como consecuencia, principalmente, de las emisiones generadas por la utilización de combustibles fósiles. A su vez, el océano ha absorbido alrededor del 30% de ese CO2 lo que ha provocado la acidificación de sus aguas.

De acuerdo con las mediciones, el CO2 que se origina en las actividades humanas es el elemento que provocó el mayor desbalance radiativo en la atmósfera desde 1750 hasta el presente. Lo que implica que es el principal responsable del cambio climático.

En este punto, la climatóloga anunció que se llegaba a la primera gran conclusión del documento: “más de la mitad del calentamiento observado en la temperatura media global desde 1951 a 2010 es extremadamente probable que haya sido causado por el aumento de los gases de efecto invernadero y otros forzantes antropogénicos”, asegura.

Es más, según el informe, la influencia humana ha sido detectada en el calentamiento de la atmósfera y los océanos, en los cambios en el ciclo global hidrológico, en la reducción de la nieve y el hielo, en el aumento del nivel medio del mar global, y en la mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos. “Esto está más claro que nunca”, afirma Rusticucci sin dejar margen para la duda.
Lo que viene

El informe se completa con una serie de proyecciones para el futuro. Con este objetivo, los científicos construyeron cuatro diferentes escenarios: uno de mitigación –sólo posible si la geoingeniería encuentra algún dispositivo tecnológico que permita la absorción de gases de efecto invernadero-, dos de estabilización y otro con emisiones muy altas. Sobre estos escenarios se corren los modelos y se proyectan los cambios a futuro.

Así, por ejemplo, es probable que, hacia fines del siglo XXI, la temperatura media global sea 1,5ºC mayor que la del período 1850-1900, excepto para el escenario más optimista. Incluso ese aumento podría superar los 2ºC en los dos escenarios más pesimistas. Además, para tres de los cuatro escenarios, el calentamiento continuará más allá del año 2100.

La temperatura del océano también seguirá aumentando a lo largo de este siglo. El calor se irá expandiendo desde la superficie hacia las profundidades y afectará la circulación de las corrientes marinas. Asimismo, en todos los escenarios, continúa aumentando el nivel medio global del océano, producto de su calentamiento y del derretimiento de los glaciares y las capas de hielo marino.

El informe subraya que, a medida que aumente la temperatura, también se acentuarán los contrastes regionales en las precipitaciones: lloverá más en las zonas húmedas y menos aún en las áridas. Lo mismo ocurrirá en el caso de las estaciones.

La cobertura de hielo del Ártico, muy probablemente, seguirá disminuyendo en su extensión y haciéndose más delgada. Incluso, en el escenario más desfavorable, se prevé que desaparecerá totalmente hacia fines de siglo. También la cobertura de nieve de primavera en el Hemisferio Norte continuará decreciendo y el volumen global de los glaciares se reducirá aún más.

Finalmente, el reporte sostiene que debido a la acumulación de emisiones antropogénicas de CO2 pasadas, presentes y futuras, el cambio climático persistirá inevitablemente y sus efectos perdurarán durante varios siglos. “Frente a este panorama -cerró Rusticucci- el único camino que queda para limitar el calentamiento global es efectuar una reducción pronunciada y sostenida de las emisiones de CO2”.
Mano a mano

Finalizado el encuentro, Noticias Exactas tuvo la oportunidad de realizar una breve entrevista con la investigadora.

– ¿Cuáles son las consecuencias que más le preocupan a nivel global?

– Lo que preocupa mucho es el aumento en el nivel del mar. Especialmente para países como Holanda, que tienen zonas bajas muy pobladas, igual que Inglaterra y la India. También América del Sur en las regiones costeras del norte y las islas del Índico, que son volcánicas y bajas. Son poblaciones que van a tener que mudarse. Van a ser asilados climáticos. Otra preocupación muy importante es el derretimiento del hielo en el Ártico, que es impresionante y el derretimiento del permafrost, que es el suelo congelado, en el norte de Rusia y Canadá.

– Y en nuestro país, ¿cuáles serán los cambios más graves?

– Depende de la región. En la Patagonia y en Cuyo las precipitaciones van a seguir disminuyendo. Esas regiones tienen una fuerte dependencia de los glaciares para obtener agua potable y con el derretimiento de los campos de hielo la situación se puede complicar. En la región pampeana, en cambio, al igual que en el noreste, las precipitaciones van a seguir aumentando. Por eso se extendió la frontera agropecuaria.

Otro inconveniente que vamos a tener que enfrentar en toda la Argentina es la mayor frecuencia de eventos extremos. Porque aún en Mendoza, por ejemplo, pese a la disminución de las precipitaciones, va a aumentar la frecuencia de lluvias extremas. Y también las olas de calor. De hecho, la mayor frecuencia de lluvias extremas que venimos sufriendo en Buenos Aires también se debe al cambio climático. Para eso nos tenemos que ir preparando.

– A pesar de los reiterados informes presentados por el IPCC, las acciones que los países han tomado hasta ahora para mitigar el fenómeno fueron entre escasas y nulas. ¿No siente algo de frustración?

– No, para nada. Desde el punto de vista científico nosotros hicimos lo mejor. Cada vez hay más gente involucrada, más publicaciones. En estos seis años que pasaron desde que dimos el informe en 2007, muchos países perdieron la mitad del tiempo discutiendo si esto era verdad o era mentira. Hasta que se convencieron de que era cierto. A partir de ahí, qué van a hacer los gobiernos, no lo sé. Yo soy optimista. Creo que cada vez se pueden hacer menos los distraídos. Esa es una realidad.

Cronograma
El camino para la presentación integral del 5to. Reporte de Evaluación del IPCC sobre Cambio Climático continuará a lo largo de 2014 de la siguiente forma:

– En marzo, en Yokohama, Japón, se presentará la contribución del Grupo de Trabajo 2, encargado de estudiar la vulnerabilidad económica y social al cambio climático y las posibilidades de adaptación.

– En abril, en Berlín, Alemania, se dará a conocer el informe del Grupo de Trabajo 3 que analiza las posibilidades de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y de mitigar los efectos del cambio climático.

– En octubre, en Copenhague, Dinamarca, concluye el ciclo con la presentación del informe de síntesis.

Toda la información y los documentos del IPCC se pueden encontrar en www.climatechange2013.org o www.ipcc.ch

Gabriel Rocca